Muchas son las iniciativas encaminadas a eliminar intervenciones clínicas de poco valor en la asistencia sanitaria. Desde el Comité de Calidad Asistencial y Seguridad del Paciente de la Asociación Española de Pediatría, se ha propuesto la elaboración de recomendaciones de «no hacer» (RNH) con el objetivo de señalar una serie de prácticas evitables en la atención del paciente pediátrico en atención primaria, urgencias, hospitalización y domicilio.
Material y métodosEste trabajo se desarrolló en 2fases: una primera en la que se propusieron posibles RNH y una segunda en la que se consensuaron las recomendaciones finales mediante el método Delphi. Tanto las propuestas como las evaluaciones partieron de miembros de los grupos y sociedades pediátricas a los que se les realizó la propuesta, coordinados por miembros del Comité de Calidad Asistencial y Seguridad del Paciente.
ResultadosFueron propuestas un total de 164 RNH por la Sociedad Española de Neonatología, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría, la Sociedad Española de Pediatría Interna Hospitalaria y el Comité de Medicamentos de la Asociación Española de Pediatría con el Grupo Español de Farmacia Pediátrica de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria. Se logró reducir el conjunto inicial a 42 RNH y en sucesivas fases se llegó a la selección final de 25 RNH, 5 RNH por cada grupo o sociedad.
ConclusionesEste proyecto ha permitido seleccionar y consensuar una serie de recomendaciones para evitar prácticas inseguras, ineficientes o de escaso valor en distintos ámbitos de la atención pediátrica, lo que podría resultar útil para mejorar la seguridad y la calidad de nuestra actividad asistencial.
There are many initiatives aimed at eliminating health care interventions of limited utility in clinical practice. The Committee on Care Quality and Patient Safety of the Spanish Association of Pediatrics has proposed the development of «do not do» recommendations (DNDRs) to establish a series of practices to be avoided in the care of paediatric patients in primary, emergency, inpatient and home-based care.
Material and methodsThe project was carried out in 2 phases: a first phase in which possible DNDRs were proposed, and a second in which the final recommendations were established by consensus using the Delphi method. Recommendations were proposed and evaluated by members of the professional groups and paediatrics societies invited to participate in the project under the coordination of members of the Committee on Care Quality and Patient Safety.
ResultsA total of 164 DNDRs were proposed by the Spanish Society of Neonatology, the Spanish Association of Primary Care Paediatrics, the Spanish Society of Paediatric Emergency Medicine, the Spanish Society of Internal Hospital Paediatrics and the Medicines Committee of the Spanish Association of Pediatrics and the Spanish Group of Paediatric Pharmacy of the Spanish Society of Hospital Pharmacy. The initial set was limited to 42 DNDRs, and the selection over successive rounds yielded a final set of 25 DNDRs, with 5 DNDRs for each paediatrics group or society.
ConclusionsThis project allowed the selection and establishment by consensus of a series of recommendations to avoid unsafe, inefficient or low-value practices in different areas of paediatric care, which may contribute to improving the safety and quality of paediatric clinical practice.
En los últimos años existe una gran preocupación por el sobreúso de las intervenciones sanitarias que, en ocasiones, se realizan sin disponer de la evidencia científica suficiente y pueden conllevar riesgos y el incremento injustificado de los costes sanitarios1,2. En este sentido, se estima que entre el 20 y el 30% de las pruebas diagnósticas y tratamientos realizados en los Estados Unidos son innecesarios, no mejoran la asistencia o bien conllevan un daño para el paciente3, además de un impacto económico que supera el 20% del total del gasto sanitario4.
Ante este hecho, diferentes sociedades e instituciones científicas, tanto nacionales como internacionales, han puesto en marcha diferentes estrategias con el objetivo de disminuir procedimientos diagnósticos y terapéuticos innecesarios, que muestran escasa o dudosa efectividad, no son coste-efectivos o presentan efectos iatrogénicos5.
Entre estas estrategias destacan la iniciativa estadounidense Choosing wisely (eligiendo con prudencia), en la que las sociedades médicas, incluida la Academia Americana de Pediatría6, seleccionan las 5actuaciones que consideran más importante evitar, con recomendaciones que abarcan también distintas áreas de la pediatría7,8. En esta línea, la Asociación Médica Americana ha llevado a cabo la propuesta Less is more (menos es más). De forma simultánea, el Instituto Nacional para la Calidad de la Sanidad y de la Asistencia de Reino Unido (NICE) ha venido elaborando las Do not do recommendations (dndR)9, con más de 1.500 recomendaciones de no hacer hasta la fecha. A estas iniciativas se ha sumado también la Academia Europea de Pediatría10 con un listado de recomendaciones de elegir con prudencia por cada especialidad pediátrica que pueden consultarse en su web11.
En este contexto, en España, el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social puso en marcha en 2013, a iniciativa de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), el proyecto «Compromiso por la calidad de las sociedades científicas en España»12, programa similar al estadounidense Choosing wisely y en el que han participado numerosas sociedades científicas, entre ellas la Asociación Española de Pediatría13. El objetivo principal de dicho proyecto es disminuir la utilización de intervenciones sanitarias innecesarias, entendiendo por innecesarias aquellas que no han demostrado eficacia, tienen efectividad escasa o dudosa, no son coste-efectivas ni prioritarias.
Las sociedades pediátricas españolas y sus grupos de trabajo han propuesto recomendaciones «no hacer» que abordan temas específicos (intoxicaciones, infecciones, etc.)14,15 o están relacionadas con su ámbito asistencial16,17 y, recientemente, se han publicado recomendaciones de «no hacer» en cuidados intensivos pediátricos18.
Los pacientes pediátricos presentan una mayor probabilidad de presentar efectos adversos relacionados con la asistencia sanitaria y de consecuencias graves, lo que hace muy relevante la puesta en marcha de estrategias como esta que aporten seguridad en el proceso asistencial. Es por ello por lo que, desde el Comité de Calidad Asistencial y Seguridad del Paciente de la Asociación Española de Pediatría, se ha propuesto la elaboración de recomendaciones de «no hacer» en los distintos ámbitos de atención pediátrica. En esta iniciativa han participado varias sociedades pediátricas con el objetivo de elaborar una serie de recomendaciones de «no hacer», para la atención del paciente pediátrico en atención primaria, urgencias, hospitalización y domicilio.
Material y métodosEn la fase inicial del estudio se remitió a los responsables de las sociedades participantes, Sociedad Española de Neonatología (SENEO), Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPAP), Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP), Sociedad Española de Pediatría Interna Hospitalaria (SEPIH), Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos (SECIP) y Comité de Medicamentos de la AEP (CM-AEP) y el Grupo Español de Farmacia Pediátrica de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (GEFP-SEFH), una solicitud de participación y un documento explicando los objetivos del proyecto, incluyendo ejemplos ilustrativos de cómo proceder para enviar los datos necesarios. Dicho documento ponía el énfasis en la recomendación de efectuar, dentro de cada sociedad, una «lluvia de ideas» con el fin de proponer un listado final de «recomendaciones de no hacer» que priorizaran aspectos frecuentes y basados en la evidencia científica. Desde el grupo coordinador del proyecto se propuso que dichas recomendaciones se centraran, en lo posible, en los ámbitos de información/comunicación, transferencia de pacientes/uso seguro de medicación/buenas prácticas y prevención.
Para unificar criterios, se instó a las sociedades para que la elección del listado final se hiciera a partir de la aplicación de la metodología Delphi con los siguientes criterios: los integrantes del panel de expertos de cada sociedad puntúan todas sus propuestas obtenidas tras la lluvia inicial de ideas con una escala de Likert (1 totalmente en desacuerdo, 9 totalmente de acuerdo). Serán seleccionadas las propuestas que obtengan una puntuación media superior o igual a 8 y al menos 2/3 de los participantes hayan puntuado por encima de 7. Serán eliminadas las propuestas que obtengan una puntuación media inferior a 6. Las dudosas pasarán a una segunda ronda para su nueva valoración. Tras este proceso reglado de selección, cada sociedad deberá remitir un listado final que incluya entre 3 y 5 recomendaciones.
En la fase final, el grupo coordinador del proyecto reunió los listados finales de las «recomendaciones de no hacer» de cada una de las sociedades y se revisaron de forma global para comprobar que no se repetía ni se solapaba ninguna propuesta. En este caso, se propondría cambiar la recomendación afectada por la siguiente más votada. Asimismo, se revisó la redacción de las recomendaciones para que fueran concordantes entre sí.
ResultadosDurante la primera fase del trabajo se recopilaron un total de 164 RNH aportadas por profesionales de 5sociedades y grupos pediátricos: 12 del grupo de SENEO, 40 de la AEPAP, 65 de la SEUP, 11 RNH de la SEPIH, 36 RNH del CM-AEP y el GEFP-SEFH. Los miembros de la SECIP no participaron activamente haciendo propuestas, ya que habían realizado este trabajo, que finalizaron en 202118.
La distribución por cada grupo de trabajo y sociedad de las RNH propuestas resultó muy heterogénea. Tras su evaluación, miembros voluntarios de los distintos grupos y sociedades, que habían participado en la primera fase del estudio, lograron reducir en la primera ronda el número inicial a 42 RNH y tras la segunda o más rondas llegaron a una selección final de 5 RNH por cada grupo de trabajo o sociedad (fig. 1 y tabla 1).
Número de RNH propuestas por cada grupo o sociedad pediátrica en cada fase del estudio
Grupo o sociedad pediátrica | Fase preliminar | Tras primera ronda Delphi | Tras segunda ronda Delphi |
---|---|---|---|
SENEO | 12 | 5 | - |
AEPAP | 40 | 7 | 5 |
SEUP | 65 | 5 | - |
SEPIH | 11 | 5 | - |
CM-AEP y GEFP-SEFH | 36 | 20 | 12 |
AEPAP: Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria; CM-AEP: Comité de Medicamentos de la AEP; GEFP-SEFH: Grupo Español de Farmacia Pediátrica de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria; SENEO: Sociedad Española de Neonatología; SEPIH: Sociedad Española de Pediatría Interna Hospitalaria; SEUP: Sociedad Española de Urgencias de Pediatría.
En la tabla 2 se muestra el conjunto final de 5 RNH por cada grupo o sociedad, seleccionadas tras la segunda o más rondas del Delphi; en aquella que 2sociedades coincidían se pasaba a la siguiente RNH más votada.
Listado de las 5 RNH finales seleccionadas por cada grupo o sociedad
Grupo o sociedad pediátrica | Enunciado RNH | Razonamiento |
---|---|---|
SENEO | 1. Realizar una técnica invasiva en el neonato sin haber valorado y manejado el dolor con medidas farmacológicas o no farmacológicas | El dolor existe en los neonatos, incluso en los más prematuros. La evidencia actual hace imprescindible su abordaje con un programa de evaluación del dolor de manera rutinaria, así como disminuir el número de procedimientos dolorosos y prevenir el dolor agudo secundario a los procedimientos invasivos21 |
2. Mantener antibioticoterapia empírica sin justificación clínica o microbiológica | El uso indiscriminado de antibióticos para el manejo de infecciones en los recién nacidos ha generado un aumento en la resistencia antibiótica, lo que a su vez lleva a tasas más altas de fallo terapéutico con el uso de las terapias antibióticas empíricas15,22 | |
3. Realizar cambios de apósitos de vías centrales diariamente de forma rutinaria | Los apósitos de la vía central no deben cambiarse todos los días a menos que estén sueltos o sucios. Las recomendaciones actuales son cambiar el apósito de gasa cada 2días y el apósito transparente semipermeable cada 7 días, a menos que esté sucio o suelto23 | |
4. Separar al binomio madre e hijo/a siempre que haya una alternativa posible | La evidencia disponible sugiere que el contacto piel con piel entre la madre y el recién nacido/a en las 24 h siguientes al parto tiene un efecto beneficioso para ambos24 | |
5. Pinzar precozmente el cordón umbilical en recién nacidos a término o prematuros tardíos que no precisen reanimación | El pinzamiento tardío presenta beneficios, como la prevención de la anemia neonatal, favorece la adaptación cardiovascular y tiene beneficios hemodinámicos, disminuye el riesgo de sepsis tardía, hemorragia intraventricular y la necesidad de transfusión25 | |
AEPAP | 1. Retirar el gluten de la dieta sin causa justificada | No debe iniciarse una dieta sin gluten antes de tener el diagnóstico de un especialista, ya que dificultaría el diagnóstico de la enfermedad26 |
2. Tratar faringoamigdalitis con antibiótico sin confirmar la etiología bacteriana (mediante test rápido de detección de antígeno o cultivo) | La gran mayoría de estas infecciones son causadas por virus. No se deben usar antibióticos salvo demostración etiológica de faringoamigdalitis estreptocócica7,15 | |
3. Utilizar fármacos de baja utilidad terapéutica en el tratamiento de la rinofaringitis aguda (como mucolíticos, expectorantes, antitusígenos, antihistamínicos, descongestivos, antibióticos o corticoides) | Los estudios han demostrado que estos productos ofrecen pocos beneficios a los niños y pueden tener efectos secundarios potencialmente graves7 | |
4. Prescribir en el asma fármacos inhalados sin educar al niño y la familia en la técnica adecuada a cada edad | La educación del paciente y la familia es uno de los pilares principales del manejo del asma. Todos los profesionales que atienden a pacientes con asma deben participar en la educación sobre el asma27 | |
5. Retrasar la administración de adrenalina por vía intramuscular en la anafilaxia | La adrenalina es un fármaco de acción rápida, eficacia demostrada y muy seguro, por lo que su administración nunca debe retrasarse en caso de sospecha de anafilaxia28 | |
SEUP | 1. Iniciar tratamiento antibiótico en un paciente con sospecha de infección del tracto urinario sin haber recogido previamente un urocultivo por método estéril | El diagnóstico de infección del tracto urinario en pediatría requiere siempre la recogida por metodología estéril de un urocultivo previo a la instauración del tratamiento antibiótico, que permita posteriormente realizar un tratamiento dirigido y basado en el antibiograma15 |
2. Administrar antibiótico a un paciente con una infección respiratoria viral no complicada (catarro de vías altas, laringitis, bronquitis, bronquiolitis) | Se estima que en el 50% de las infecciones respiratorias virales se prescriben antibióticos innecesariamente, lo que incrementa los costes de la atención médica, el riesgo de eventos adversos, así como de resistencias antimicrobianas7,15 | |
3. Retrasar el inicio de la antibioticoterapia empírica para obtener cultivos (sangre o líquido cefalorraquídeo) en un paciente con sospecha clínica de sepsis | La sepsis es una enfermedad tiempo-dependiente, su pronóstico depende de la precocidad en su sospecha diagnóstica y en el inicio del tratamiento17 | |
4. Dejar de comunicar cualquier sospecha de maltrato o abuso | El maltrato infantil y el abuso sexual es una realidad en nuestra sociedad. El profesional de salud debe notificar cualquier caso de sospecha de maltrato o abuso17 | |
5. Administrar agua, leche o carbón activado tras la ingestión de productos domésticos o industriales. En casos excepcionales, una cuidadosa evaluación puede modificar esta recomendación en cuanto al uso de carbón activado | La administración de cualquier líquido o sólido se considera, en general, contraindicada si la posible aparición de vómitos aumenta el riesgo de aspiración (por ejemplo, en la ingestión de hidrocarburos) o de lesión de la mucosa digestiva (cáusticos)14 | |
SEPIH | 1. Efectuar el ingreso hospitalario sin comprobar la pulsera identificativa, los antecedentes alérgicos ni la hoja de tratamiento | Se estima que los errores en la comunicación se presentan en el 70% de los errores clínicos graves, por lo que es fundamental un protocolo estandarizado de transferencia de pacientes29 |
2. Emplear fluidos hipotónicos como fluidoterapia de mantenimiento | En algunos estudios se concluye que la utilización de fluidos isotónicos como fluidoterapia de mantenimiento, en comparación con hipotónicos, disminuye el riesgo de aparición de hiponatremia sin aumentar el riesgo de complicaciones como hipernatremia, hipertensión arterial o edemas30 | |
3. Administrar medicamentos que no estén correctamente identificados | Los errores de administración representan el 60% de todos los errores de medicación. Es fundamental aplicar procedimientos y estrategias para una administración segura de los medicamentos31 | |
4. Ocultar, encubrir y tomar actitudes punitivas ante eventos adversos ligados con la hospitalización | Una cultura positiva sobre seguridad del paciente en las instituciones sanitarias es un requisito indispensable para prevenir y minimizar incidentes relacionados con la seguridad del paciente y aprender de los errores para reducir la probabilidad de que se vuelvan a producir32 | |
5. Realizar cualquier traspaso de cuidados entre profesionales de forma delegada, sin que esté presente alguno de los responsables de la asistencia | La transferencia de cuidados es un proceso de alto riesgo al que se somete al paciente en numerosas ocasiones durante la asistencia sanitaria. La comunicación constituye un elemento clave en este proceso y está involucrada en el 70% de los eventos centinela notificados29 | |
CM-AEP y GEFP-SEFH | 1. Mantener los medicamentos a la vista y al alcance de los niños o en un envase diferente del original | Cada año, alrededor de 50.000 niños menores de 5 años acuden a urgencias por intoxicación medicamentosa. Los medicamentos pueden producir eventos adversos graves, especialmente en niños, por lo que es fundamental su prevención33 |
2. Proporcionar información escrita sobre la medicación a los padres/personas cuidadoras, sin las explicaciones orales pertinentes y sin verificar que la comprenden | La falta de una información adecuada sobre los medicamentos es una causa muy frecuente de los errores notificados en pacientes pediátricos. Por ello, es de gran importancia que los profesionales sanitarios proporcionen una información clara a los padres o cuidadores, les expliquen cómo deben utilizar los dispositivos para dosificar los medicamentos y comprueben que han comprendido bien la dosis que tienen que administrar34 | |
3. Prescribir en cucharadas o prescribir exclusivamente en mL sin utilizar unidades de masa (por ejemplo, mg), concentración o presentación específica | Los pacientes pediátricos son más susceptibles de sufrir errores de medicación que los adultos y de que estos sean más graves. Son errores que mayoritariamente se producen en las etapas de prescripción y administración, y el problema suele ser un error en la dosificación del medicamento34 | |
4. Prescribir sin comprobar el peso actual del paciente, alergias, contraindicaciones y posibles interacciones | Los errores de prescripción en pediatría son frecuentes, sobre todo los relacionados con la dosificación. La prescripción debe incluir todos los datos necesarios para un uso seguro: identificativos, clínicos (diagnóstico, alergias, condiciones especiales, etc.), antropométricos (peso, talla, etc.) y datos del medicamento, incluyendo nombre del fármaco, dosis, vía de administración y fecha y orden de administración34 | |
5. Almacenar los medicamentos de alto riesgo sin identificar junto al resto de los medicamentos en los botiquines de los centros sanitarios | El riesgo de que los errores de medicación causen eventos adversos en niños es hasta 3veces mayor que en los adultos; son imprescindible prácticas de prevención de eventos adversos relacionados con la medicación de alto riesgo35 | |
SECIP18 | 1. Demorar el inicio de alimentación enteral sin que esté contraindicada | Los estudios recomiendan la nutrición enteral como el método preferente de elección para el aporte nutritivo en los pacientes pediátricos críticos, dadas su viabilidad y seguridad. Por lo tanto, la interrupción o el retraso de la nutrición enteral debe ser minimizado, para alcanzar los objetivos nutricionales mínimos a través de la vía enteral36 |
2. Prolongar la duración del tratamiento antibiótico más tiempo del recomendado | Algunos estudios (por ejemplo, proyecto PISA) encontraron que la duración del tratamiento antibiótico en la mayor parte de los casos fue inadecuada37. La eficacia de la antibioterapia se acumula en los primeros días de tratamiento y no mejora con su prolongación. Además, la presión de selección de mutantes resistentes se incrementa a medida que se alarga la duración15 | |
3. Dar de alta sin supervisión sanitaria a un paciente que ha recibido sedación para un procedimiento antes del restablecimiento de su situación basal previa | Ciertos fármacos pueden dificultar la recuperación del estado basal del paciente, por lo que necesitan tiempos de observación extra. Esto es especialmente importante en lactantes y niños transportados en sillas y carritos, en los que se ha descrito resedación con obstrucción de la vía aérea38 | |
4. Demorar la colocación de un acceso intraóseo en un paciente en parada cardiorrespiratoria o peligro inminente de parada por canalizar una vía venosa central | El acceso intraóseo es muy útil en urgencias, cuando el acceso intravenoso es difícil. Es un acceso más rápido que el central, por lo que no debe perderse tiempo en canalizar una vía central con ecógrafo39 | |
5. Trasladar un paciente pediátrico antes de su estabilización en las mejores condiciones posibles en el hospital emisor | No se llevará a cabo el traslado hasta que no se tengan las mejores condiciones clínicas posibles para el niño. Está demostrado que iniciar un traslado sin una estabilización previa repercute de modo importante en la morbimortalidad40 |
AEPAP: Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria; CM-AEP: Comité de Medicamentos de la AEP; GEFP-SEFH: Grupo Español de Farmacia Pediátrica de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria; SECIP: Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos; SENEO: Sociedad Española de Neonatología; SEPIH: Sociedad Española de Pediatría Interna Hospitalaria; SEUP: Sociedad Española de Urgencias de Pediatría.
Las recomendaciones de «no hacer» definitivas abordan dimensiones de la calidad asistencial y seguridad del paciente, como la información y comunicación, la transferencia segura del paciente, uso seguro de la medicación, buenas prácticas y prevención (fig. 2)..
Discusión y conclusionesEn este trabajo hemos conseguido disponer de un conjunto de recomendaciones de prácticas evitables en diferentes ámbitos de atención al paciente pediátrico en España. En este cometido, hemos contado con la colaboración de diferentes sociedades científicas pediátricas y grupos de trabajo dedicados a promover una mejora en la calidad asistencial al paciente pediátrico, así como con la implicación de muchos profesionales de pediatría, enfermería y farmacia. Para ello, al igual que han hecho otras sociedades científicas18, hemos empleado la metodología Delphi, con la que se pretende conseguir el parecer general de un grupo de expertos tras un proceso de acuerdo entre ellos. La utilización de dicha metodología ha permitido disponer en un espacio razonable de tiempo el consenso entre muchos profesionales sobre qué prácticas son las más importantes para eliminar en diferentes ámbitos de actuación.
La identificación de prácticas innecesarias, entendidas como aquellas que no han demostrado eficacia, tienen efectividad escasa o dudosa, no son coste-efectivas o no son prioritarias, contribuye a una mejora en la calidad asistencial y en la utilización de recursos19. Debemos promocionar la prevención cuaternaria, entendida como el conjunto de medidas que se toman para evitar, disminuir o paliar el daño producido por estas actividades sanitarias innecesarias20. La prevención cuaternaria tiene que ver con el hecho de que en medicina es más fácil revertir lo que se deja de hacer (por defecto) que lo que se hace en exceso: es una cuestión social que interesa al conjunto de la población, especialmente en el actual contexto de creciente medicalización.
La instauración de prácticas seguras en el ámbito de la pediatría es una necesidad y uno de los principales objetivos del Comité de Calidad Asistencial y Seguridad del Paciente de la Asociación Española de Pediatría. El paciente pediátrico está más expuesto a presentar efectos adversos en la asistencia sanitaria y de que estos tengan consecuencias más graves en caso de que se produzcan. Por ello, resulta necesario identificar las principales prácticas evitables en los diferentes ámbitos de atención al paciente pediátrico.
Ante cada intervención que realizamos debemos plantearnos diferentes aspectos: ¿es eficaz?, ¿es segura?, ¿cómo es el balance beneficio-riesgo?, ¿es necesaria?, ¿existen alternativas más sencillas?, ¿es útil, le va a aportar algún resultado al paciente?, ¿es adecuada?, ¿va a afectarle en la mejora de su calidad de vida?, ¿es razonable?
La identificación e integración de las prácticas «no hacer» señaladas en este trabajo pueden ayudar a mejorar la calidad y seguridad con la que atendemos a los pacientes pediátricos en cada uno de nuestros ámbitos de trabajo.
Por todo ello, la publicación y difusión de estas prácticas contribuye a la mejora en la calidad y seguridad con la que se atiende a los niños en diferentes ámbitos (atención primaria, urgencias, hospitalización pediátrica, neonatología, cuidados intensivos y domicilio) y ayuda a disminuir la variabilidad en la práctica clínica y las consecuencias iatrogénicas de intervenciones innecesarias.
El Comité de Calidad Asistencial y Seguridad del Paciente de la Asociación Española de Pediatría seguirá proponiendo y desarrollando iniciativas en este sentido.
FinanciaciónEste trabajo no recibió ninguna ayuda financiera.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Agradecimientos a SENEO: Roberto Ortiz Movilla, Mar Albújar Font, Elisabeth Gómez Santos, Beatriz Vacas del Arco, Tamara Carrizosa Molina, Marta Nicolás López, Felipe Verjano Sánchez, Adoración Vega Gil, Ana Filgueira Posse, Isabel de las Cuevas, Raquel Pinillos Pisón, Montserrat Sánchez Rubio, Elena Varela Rubio, Caridad Tapia Collados, Alicia Llorca Porcar, miembros del grupo SEGURNEO.
Agradecimientos a AEPAP:
Grupos de trabajo: Cooperación, Inmigración y Adopción; Educación para la Salud y Comunitaria; Familia y Salud; Pediatría Basada en la Evidencia; Previnfad; TDAH y Desarrollo Psicoeducativo; Vías Respiratorias; Patología Infecciosa; Relaciones con Europa; PAPenRED; Gastronutri y FAPAP.
Federadas: Andalucía, Aragón, Canarias, Castilla y León, Madrid, Murcia.
José Mengual Gil, José Miguel Ángel Fernández-Cuesta y Juana María Ledesma Albarrán.
Agradecimientos a SEUP: Carles Luaces Cubells, Francisco Javier Benito Fernández, Abel Martínez Mejías, Andrés González Hermosa, María Luisa Herreros Fernández, Silvia González Lago, Paula Vázquez López, Juan Luis Santos Pérez
Agradecimientos a SEPIH: Pedro Alcalá Minagorre, Valeria Antoñanzas Bernar, Ángela Vidal Bataller. GT Calidad y Seguridad SEPIH. José David Martínez Pajares, Mariona Fernández de Sevilla, Ana Amat, Aroa Rodríguez, Ana Cordón, Nuria Gorina Ysern y Jimena Pérez. Junta directiva SEPIH.
Agradecimientos al Comité de Medicamentos de la AEP (CM-AEP): Cristina Calvo Rey, Ignacio Díez López, Raquel Escrig Fernández, M. Ángeles Gil Lemos, Daniel Lozano Martínez, Marcos Madruga Garrido, Santiago Manzano Blanco, Esmeralda Núñez Cuadros, Roi Piñeiro Pérez, Belén Rodríguez Marrodan, Pedro Viaño Nogueira.
Agradecimientos al Grupo Español de Farmacia Pediátrica de la SEFH (GEFP-SEFH): M. José Cabañas Poy, Concepción Álvarez del Vayo Benito, Carmen Gallego Fernández, Beatriz Garrido Corro, Ana Alejandra García Robles, Yolanda Hernández Gago, Ceclina Martínez Fernández-Llamazares, Cristina Martínez Roca, M. Teresa Pozas del Río, Belén Rodríguez Marrodán, Miquel Villaronga Flaque, Daniel Fresán Restituto, Raquel Escrig Fernández.
Agradecimientos a SECIP: María Teresa Alonso, Francisco José Cambra, Santiago Mencía, Raúl Borrego, José Luis de Unzueta, Alba Palacios, Alberto Salas, Julio Parrilla, Juan Carlos de Carlos, Sylvia Belda, Silvia Redondo, María José Solana, Rafael González, Mario Sánchez, Susana Reyes, Natalia Ramos, Artur Sharluyan, M. Dolores Calvo, Reyes Fernández, José Luis López Prats.
Grupo de trabajo de Seguridad de la SECIP.
Agradecimientos al Comité de Calidad Asistencial y Seguridad del Paciente: Marian Cuesta Rodríguez, Pilar Díaz Pernas, Victoria Díaz Marugán, Cristina Casado Reina, M. José Salmerón Fernández.