In Memoriam
VICTORIA CASTEL SÁNCHEZ (1944-2024)
Queremos recordar a Victoria Castel Sánchez, pionera de la Oncología Pediátrica, que nos dejó recientemente, en la serenidad de su hogar, rodeada de sus seres queridos, tras una enfermedad que vivió con entereza y lucidez hasta el final. Su vida ha sido y es un ejemplo para las generaciones de profesionales entregados a mejorar la curación de los cánceres infantiles a través de la investigación y el cariño.
Nacida en Requena en plena posguerra, era de esa generación de mujeres fuertes que crecieron en la austeridad y el esfuerzo. Le costó alcanzar sus logros más que a sus compañeros, como a todas las mujeres brillantes que, en esos años, se enfrentaban a una sociedad desigual. Tras completar su licenciatura en 1967 en la Facultad de Medicina de Valencia y un período formativo en el Hospital Clínico Universitario de Valencia, se trasladó a La Fe en 1971, donde desempeñaría toda su carrera profesional hasta su jubilación, salvo dos períodos de estancias en el extranjero: en 1972 en Berna como research fellow y en 2008 en San Francisco. De 1973 a 1977, ejerció como médico adjunto y, a partir de entonces, asumió el rol de jefa clínica, dedicando su energía a desarrollar la Unidad de Oncología infantil. Victoria siempre trabajó con una visión de equipo y multidisciplinar en todos los ámbitos, desde enfermería hasta el resto de especialistas implicados en la asistencia al niño oncológico (cirujanos, radioterapeutas, radiólogos, patólogos, etc...) con una visión muy práctica y dirigida siempre a mejorar la asistencia, los cuidados y la rehabilitación entendiendo la importancia de crear buenos equipos de especialistas, estimulando y ampliando el conocimiento para el tratamiento de los niños con cáncer de España. Así, organizó la primera Unidad de Trasplante de Médula Ósea Pediátrico en la Comunidad Valenciana (1989), creó la primera unidad de hospitalización a domicilio en 1997, el primer programa de rehabilitación neuropsicológica para niños con tumores cerebrales en el año 2000. La excelencia en la asistencia fue su máxima: en 1973 creo el Comité de Tumores Infantiles y en 2017 creó e impulsó el Comité de Medicina de Precisión del Hospital La Fe. Convencida de la utilidad de la investigación y de la importancia de las muestras biológicas en enfermedades raras, creó el Biobanco de tumores pediátricos y Neuroblastoma. Por supuesto, no olvidó el aspecto biopsicosocial, propició la creación de la primera asociación de padres de niños con cáncer en España (ASPANION) en 1985.
Si en la Comunidad Valenciana, Victoria desarrolló su labor más continuada, su papel en el seno de la Oncología Pediátrica nacional es, también destacado: junto con un grupo de pioneros fundó la SEOP y el RNTI (Registro Nacional de Tumores Infantiles, en 1980, hoy conocido como RETI-SEHOP. Pronto, entre sus responsabilidades, figuró la de dirigir el Grupo Español de Neuroblastoma junto con compañeros como Dr. Ruiz- Jiménez, Dra. Trini Hurtado, Dr. Bezanilla, sustituido por Dra. Navajas, Dra. García de Miguel, Dra. Carmen Melero, Dr. Samuel Navarro, Dra. Badal. Todos ellos, bajo el liderazgo de Victoria, desarrollaron el primer protocolo nacional N-I-87, al que siguieron otros que mejoraron la supervivencia de niños con neuroblastoma. En 1992 construyó a nivel nacional una red cooperativa en la que, desde Valencia, se coordinaban estudios biológicos, protocolos de tratamiento y segundas consultas. A nivel europeo, participó en el primer ensayo clínico conjunto en esta enfermedad en 1994. A partir de ahí, fue miembro fundador de SIOPEN y lideró en España diferentes ensayos clínicos que mejoraron la supervivencia en Neuroblastoma. En 2001 fue la investigadora principal y promotora del HR-NBL1, consiguiendo en 2011 tratar a la primera paciente española con Dinutuximab, después de una década de desarrollo del anticuerpo de la mano de SIOPEN. Sólo los investigadores implicados en el desarrollo del anticuerpo durante más de 10 años saben lo doloroso, complejo y arduo que fue conseguir la autorización para su uso en Europa y España. El mismo año que el grupo americano publicó un incremento superior al 30% en la supervivencia de los pacientes con neuroblastoma de alto riesgo, conseguimos tratar el primer paciente español en La Fe (Valencia).
A nivel internacional, compartiendo conocimientos con las sociedades internacionales a través de la Sociedad Internacional de Oncología Pediátrica SIOP y de la Europea SIOPEN, Victoria siempre fue escuchada y considerada en las discusiones y foros internacionales, por la seriedad de su trabajo y su sentido común a la hora de plantear y responder a preguntas científicas, siempre buscando la mejora para el paciente desde la ciencia. Participó en las discusiones que definieron los primeros sistemas de estadiaje consensuados en neuroblastoma, a nivel global: INSS (1989) y el INRC (1993), patrocinadas por la Fundación Forbek, así como el INRG (2000), a cuya primera reunión acudió muy ilusionada.
Participó en múltiples congresos nacionales e internacionales. Los que estábamos con ella, observábamos como, además de reconocida, era respetada y querida, por compañeros que, para los jóvenes aprendices de oncólogos, eran “auténticas figuras la oncología pediátrica mundial”.
Victoria encontró su verdadera vocación y trabajó con pasión durante toda su carrera, trabajaba centrada en lograr sus objetivos con sentido común y, una vez conseguido y comunicado, se focalizaba en el siguiente paso ya que siempre nos faltará algo por hacer o conseguir. Algo en lo que poder mejorar nuestro trabajo en beneficio de nuestros pacientes y sus familias. Ese es el motor que hace que algunas personas, las imprescindibles, no se rindan nunca, a pesar de todas las dificultades. Y Victoria era una de esas personas que no se rindió jamás.
Estos días muchos de sus pacientes y familiares han sentido una tristeza enorme con la noticia de su fallecimiento, con sus pacientes siempre fue una médica atenta, cuidadosa y meticulosa con su trabajo, que convertía la habitación del hospital en un grito de futuro y valentía. Su capacidad de trabajo, tenacidad, compromiso, franqueza, valentía, la firmeza en sus decisiones, su forma de analizar los problemas y de anticiparse al futuro es y será siempre un ejemplo y camino a seguir.
Descansa en paz, Victoria.
Adela Cañete, Amparo Verdeguer, Aurora Navajas, Carlos Esquembre, Désirée Ramal, Jose Maria Fernández, Julia Balaguer, Maria Tasso y Vanessa Segura Sociedad Española de Hematología y Oncología Pediátricas (SEHOP)