Hemos leído el reciente e interesante trabajo de Prieto Tato y sus colaboradores del Hospital Universitario de Getafe en Madrid sobre el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad de Kawasaki en niños1. El estudio, si bien es cierto incluyó de manera retrospectiva el análisis de solamente 23 niños en un tiempo adecuado de 7 años, describe los hallazgos más importantes que en general siempre deseamos conocer sobre esta interesante y misteriosa enfermedad y aporta datos importantes para los médicos de la región. Si bien es cierto reconocemos la naturaleza retrospectiva del estudio y las posibles limitantes que esto implica, nos parece importante conocer algunos detalles que no fueron mencionados y que son de interés para el pediatra general y el lector de esta revista.
Quisiéramos saber por ejemplo, ¿cuáles fueron los diagnósticos iniciales más comunes que fueron dados a estos pacientes antes de establecerse el diagnóstico final del Kawasaki? Igualmente, ¿qué porcentaje de estos pacientes había recibido uno o más antibióticos en los días previos al diagnóstico? ¿en cuántos pacientes se describió eritema y/o descamación genital durante la fase aguda de la enfermedad?, ¿qué porcentaje de pacientes presentaron elevación de transaminasas, hipoalbuminemia e hiponatremia?, y ¿cuáles fueron los otros factores de riesgo coronario encontrados en los tres pacientes que desarrollaron aneurismas coronarios? Finalmente, durante las citas de seguimiento en cardiología u otras especialidades, ¿en cuántos pacientes se documentó descamación de dedos y ortejos?, ¿cuántos desarrollaron líneas de Beau en las extremidades?
Sabemos que a nivel mundial, uno de los problemas más importantes en esta enfermedad es la falla o el retraso que existe en el diagnóstico clínico de la misma, sobre todo en las edades extremas de niños menores de seis meses y niños mayores 5 años2–6. La sospecha clínica a veces es baja y esto es un factor en contra para realizar un diagnóstico temprano y tratamiento oportuno. Datos preocupantes establecen que en algunos casos, hasta más del 50% de los pediatras y el 25% de los infectólogos pediatras, no consideran la posibilidad de Kawasaki en niños menores de los 6 meses y mayores de 8 años7. En este grupo los casos refractarios a tratamiento inicial con inmunoglobulina intravenosa son más frecuentes, así como las complicaciones coronarias.
En el Hospital Nacional de Niños de Costa Rica hemos analizado la epidemiología de la Enfermedad de Kawasaki durante los últimos 17 años, siendo esta serie de más de 200 niños la casuística más grande hasta ahora en Latinoamérica (por publicar)8,9. En esta serie, hemos encontramos que aproximadamente 72% de los pacientes habían recibido antibióticos por otros diagnósticos previos a establecerse el diagnóstico final de la enfermedad, lo cual indica que existe un desconocimiento de la misma y un bajo índice de sospecha, y que la enfermedad es confundida con otras patologías infecciosas10.