En 2016, Cronin et al. publicaron un trabajo que demostraba la equivalencia terapéutica entre la prednisolona y la dexametasona en el tratamiento agudo del asma en pediatría1. El tratamiento del broncoespasmo con dexametasona requiere de una dosis única, lo que mejora la adherencia al mismo de los pacientes con respecto a la prednisolona. Por ese motivo, en diciembre de 2016 nuestra unidad de urgencias de pediatría decidió incorporar la dexametasona en manejo del broncoespasmo, para lo que se impartió en el servicio de pediatría una sesión formativa de 15min revisando la evidencia científica sobre el uso de la dexametasona en el tratamiento del asma por parte de un adjunto de urgencias de pediatría, esta sesión se repitió de manera individual durante los turnos asistenciales a aquellos residentes y adjuntos de pediatría que realizan asistencia en urgencias y no estuvieron presentes en la primera sesión.
El objetivo del presente trabajo fue evaluar el impacto de la sesión formativa en el tratamiento de las crisis asmáticas, para lo que se analizó el porcentaje de pacientes que recibieron uno y otro corticoide. Como objetivo secundario se analizó el efecto de este cambio en la evolución de los pacientes, para lo que se analizó el porcentaje de pacientes que ingresaron o reconsultaron en urgencias.
Se realizó un estudio observacional en el que se revisaron los registros de los pacientes atendidos entre el 1/1/2016 y el 31/12/2017 en la unidad de urgencias de pediatría de un hospital terciario, con diagnóstico al alta de broncoespasmo (CIE-9 493.90). Se recuperaron los datos de la base informática del hospital. Se dividió la muestra en 2 periodos, el pre-intervención, con los pacientes vistos entre el 1/1/2016 y el 30/11/2016, y el postintervención, con los pacientes atendidos entre el 1/1/2017 y el 30/11/2017. El mes de diciembre se consideró como «periodo ventana», ya que durante el mismo se llevaron a cabo las sesiones informativas. La variable resultado fue el corticoide pautado en el tratamiento del paciente.
Durante el periodo de estudio se analizaron 1.688 pacientes. Durante el periodo pre-intervención se atendieron 734 pacientes, y en el postintervención, 750. En el periodo ventana se atendieron 204 pacientes. No hubo diferencias entre los 2 periodos en edad (la mediana de edad en el periodo «Pre» fue de 27,8 meses (rango intercuartílico: 14,6-61,9), por 23,7 (rango intercuartílico: 12,1-38,7) en el periodo «Post»; p=0,08) ni en gravedad de los episodios (mediana de valor del Pulmonary Score en ambos periodos fue 4 [rango intercuartílico: 3-5]; p=0,430). El 48,4% de los pacientes del periodo «Pre» (n=343) presentaron un triángulo de evaluación pediátrica alterado a su llegada a urgencias, por un 49,9% (n=360) del «Post» (p=0,557). En el periodo «Pre», 371 (50,5%) pacientes recibieron tratamiento corticoideo, por 449 (59,9%) en el «Post» (p<0,01). En el periodo pre-intervención, 341 (91,9%) recibieron tratamiento con prednisolona y 16 (4,3%) con dexametasona, mientras que en el postintervención recibieron prednisolona 91 (20,3%) y 354 (78,8%) dexametasona (p<0,01). En la figura 1 se muestra el porcentaje de pacientes tratados con cada uno de los corticoides a lo largo de los meses. No hubo diferencias en el porcentaje de ingresos (9,3% en el periodo «Pre» por 9,0% en el «Post», p=0,865) ni en el de reconsultas (6,6% en el grupo «Pre» y 6,8% en el «Post»; p=0,821).
Se han de señalar, como limitaciones del estudio, el hecho de que no está documentado el grado de adherencia al tratamiento con prednisolona en nuestro entorno, por lo que no es descartable, aunque sí poco probable, que el efecto de la prednisolona haya sido infraestimado por falta de cumplimiento del mismo por los pacientes. Además, la idea de «obligatoriedad» de uso de la dexametasona por parte del personal pediátrico puede haber aumentado falsamente la eficacia de las sesiones formativas. Sin embargo, el hecho de que no haya un protocolo específico escrito en la unidad para el manejo del asma hace poco probable este último punto.
Nuestro estudio muestra que la impartición de sesiones formativas en el servicio de pediatría supuso una acción de mejora eficaz para realizar un cambio en el tratamiento de las crisis asmáticas de manera segura para los pacientes.