El citomegalovirus (CMV) constituye en el mundo desarrollado la primera causa de infección perinatal. Se estima que ocurre en un 0,5–2% de todas las infecciones congénitas que ocurren en el mundo desarrollado1–3. La gran mayoría de las infecciones por CMV permanecen asintomáticas, y únicamente el 10–15% es evidente clínicamente; existen casos de remisión espontánea de la enfermedad, especialmente en aquellos que no presentan manifestaciones sistémicas1,4,5. Estas manifestaciones clínicas son muy variadas. La más importante es la sordera neurosensorial, ya que se sabe que la infección por CMV es la primera causa de sordera neurosensorial no hereditaria en niños5,6. Junto con esta afectación se describen déficit del desarrollo neuromotor, calcificaciones intracraneales, coriorretinitis, alteraciones hematológicas, disfunción hepática e incluso sepsis3,4.
El diagnóstico de la infección por CMV se basa en la detección del antígeno viral en orina, y la antigenemia se puede determinar en sangre periférica4.
Presentamos el caso de un niño pretérmino (34s y 2.150g), que presenta al nacimiento un cuadro de distress respiratorio inmediato con hepatoesplenomegalia y soplo I/VI. En los exámenes complementarios destaca una alteración en la coagulación; cifras de transaminasa glutámico oxalacética (GOT) de 275 U/l; transaminasa glutámico piru´vica (GPT) de 85U/l; gammaglutamil transpeptidasa (GGT) de 133U/l; bilirrubina total de 8,4mg/dl, y bilirrubina directa de 4,5mg/dl. La ecografía cardíaca muestra un leve insuficiencia mitral (IM). El foramen oval (FO) es normal. La ecografía abdominal muestra hepatomegalia sin lesiones parenquimatosas. Ante el cuadro de sospecha de hepatitis neonatal se solicita, entre otras pruebas, un cultivo de antígeno (Ag) de CMV en orina con resultado positivo, por lo que se inicia tratamiento con ganciclovir intravenoso durante 6 semanas. Al finalizar el tratamiento presenta cifras de GOT de 105U/l; GPT de 114U/l, y GGT de 456U/l, y bilirrubina total de 3,5mg/dl, con leve hepatomegalia persistente en la ecografía.
En un control posterior, al mes de terminar el tratamiento, presenta cifras de aminotransferasas de GPT de 846U/l; GOT de 658U/l, y GGT de 446U/l. Se realiza un nuevo cultivo de orina, que es positivo al CMV, por lo que se inicia una nueva tanda de tratamiento con ganciclovir durante 6 semanas (10mg/kg/día), con cifras de GOT de 121U/l y de GPT de 71U/l al finalizar el tratamiento; se continúa posteriormente con valganciclovir oral (15mg/kg/día), previo consentimiento de los padres, y presenta cifras de aminotransferasas a los 2 meses de iniciado el tratamiento con valganciclovir de GOT de 61U/l; GPT de 69U/l, y GGT de 56U/l.
El ganciclovir es el tratamiento de elección para la infección congénita por CMV, y se ha demostrado su utilidad para disminuir la gravedad de la infección por CMV en los diferentes órganos, principalmente en el desarrollo de una mayor pérdida de audición. La dosis recomendada es de 10–12mg/kg/día y la duración más usada es de 6 semanas1,3,6,7. El problema de esta pauta de tratamiento estriba en que un número bastante considerable de niños presentan reactivaciones de la infección que, en muchas ocasiones, precisan una nueva tanda de tratamiento. Por este motivo, hay estudios que defienden el uso de una pauta de tratamiento más larga, de hasta 10 meses, ya que se ha visto que consigue una menor pérdida de audición y una mejoría de las manifestaciones sistémicas de la infección4,5. El problema de este tratamiento prolongado estriba en la necesidad del uso de un acceso venoso central con las complicaciones que éste conlleva8. El valganciclovir es una valina éster del ganciclovir, que es muy bien absorbido por vía oral y es rápidamente metabolizado a ganciclovir. Actualmente su uso no está aprobado en neonatos, ya que existe poca experiencia en niños, pero se ha usado a dosis de 15mg/kg/día durante 4 semanas y se han logrado descensos en la cifra de viuria9,10. Presentamos el caso de una infección congénita por CMV que, por reactivación de la infección, precisó una nueva tanda de ganciclovir y se ha continuado con valganciclovir oral, con lo que se logró una normalización de la cifras de aminotransferasas y una negativización de la viremia. Pensamos que el uso de valganciclovir puede abrir una nueva opción de tratamiento para estos niños, aunque siguen siendo necesarios más estudios para recomendar su tratamiento firmemente.