Las manifestaciones extrapulmonares de la infección por VRS son frecuentes en pacientes con infección severa1,2, dada la diseminación sistémica del virus.
Se han descrito en asociación con la infección, distintas formas de afectación cardíaca (arritmias3-7, taponamiento cardíaco1, miocarditis1,2, shock cardiogénico1).
Presentamos dos casos de taquicardia supraventricular coincidentes en la epidemia estacional 2009-2010.
El primer paciente es una neonata de 11 días de vida, previamente sana, que consulta por dificultad respiratoria, mala coloración, rechazo de tomas y decaimiento. Al ingreso, presenta presión arterial de 95/65 mmHg, frecuencia cardíaca de 160 lpm, frecuencia respiratoria de 90rpm y saturación de oxígeno del 94% con FiO2 del 30%. Score de bronquiolitis HSJD de 11. Se auscultan crepitantes e hipoventilación basal izquierda. Se traslada a nuestro centro en ventilación mecánica.
La radiografía de tórax evidencia infiltrado basal izquierdo. Se inicia antibioterapia sistémica, hasta conocer la negatividad del hemocultivo. El VRS en exudado nasal es positivo y la detección de virus H1N1 negativa. Requiere ventilación mecánica invasiva cuatro días, y CPAP cinco días más. Al sexto día del ingreso, presenta taquicardia supraventricular paroxística a 300 lpm (fig. 1), remitiendo tras una dosis de adenosina a 0,05mg/kg. Se realiza digitalización rápida con tres dosis de digoxina a 0,03mg/kg/día. La ecocardiografía descarta cardiopatía estructural y miocarditis. La CK es de 129 U/L (5-195) y la troponina T es de 0,001 ng/mL (0,00-0,10). Es dada de alta al undécimo día de ingreso.
El segundo paciente es una neonata de 18 días de vida, previamente sana, diagnosticada de bronquiolitis en su hospital de origen, y trasladada por frecuentes accesos de tos cianosante, seguidos de apneas que requieren estimulación y oxigenoterapia.
A su ingreso presenta aceptable estado general, con buena perfusión periférica, presión arterial de 82/49 mmHg, frecuencia cardíaca a 150 lpm, frecuencia respiratoria 60rpm y saturación de oxígeno 92% con FiO2 del 25%. Score HSJD de bronquiolitis de 9. Se conecta a CPAP nasal por aumento de la intensidad y frecuencia de las apneas y posteriormente requiere ventilación mecánica tres días. Tras la extubación, a los siete días de ingreso, presenta taquicardia supraventricular paroxística a 300 lpm cediendo con un bolo de adenosina a 0,05mg/kg. Requiere drogas inotrópicas y reintubación por inestabilidad hemodinámica. La ecocardiografía descarta cardiopatía estructural y miocarditis. La CK es de 33 U/L (5-195) y la troponina T es de 0,005 ng/mL (0,00-0,10). Se realiza digitalización rápida profiláctica. Presenta condensación de todo el pulmón izquierdo con mínimo derrame pleural y atelectasia del lóbulo superior derecho, requiriendo modificación de la antibioterapia inicial, ventilación mecánica convencional y VAFO, durante cinco días y CPAP seis días más.
El antígeno de VRS en exudado nasal fue positivo y la detección de virus H1N1, la serología para Bordetella y los hemocultivos, negativos.
Es dada de alta el día treinta de la hospitalización.
En ambos casos, se suspende el tratamiento con digoxina a los seis meses de seguimiento, por no haber presentado recurrencias de la arritmia.
La bronquiolitis es la causa principal de ingreso por infección respiratoria aguda de vías bajas en los menores de dos años, siendo el agente más frecuentemente identificado el VRS8. En nuestro centro, las bronquiolitis VRS positivas durante la epidemia del año 2009/2010, supusieron el 67,3% de los ingresos por bronquiolitis.
El riesgo de ingreso por bronquiolitis aguda en los primeros años de vida es entre el 1 y el 3,5%, aunque varía en función a la pertenencia a distintos grupos de riesgo (prematuridad, broncodisplasia, cardiopatía congénita, inmunodeficiencias).
La bronquiolitis es un motivo frecuente de ingreso en la unidad de cuidados intensivos pediátricos en menores de un año durante la epidemia estacional, y hasta el 5-10% de estos pacientes, requerirán ingreso por insuficiencia respiratoria o complicaciones asociadas a la enfermedad9. En nuestra serie, el 12% del total de las bronquiolitis requirieron cuidados intensivos, suponiendo el 13,2% del total de las bronquiolitis VRS positivas.
Las arritmias cardíacas en pacientes sin anomalías cardíacas congénitas estructurales han sido descritas como complicaciones extrapulmonares en la infección por VRS1, constituyendo en algunas series el 2,5% de las complicaciones recogidas. En nuestra casuística las arritmias supusieron el 2,9% de las complicaciones por VRS.
Se ha descrito en la bibliografía asociación entre taquicardia supraventricular, taquicardia ventricular y bloqueo auriculoventricular completo, a menudo en un patrón caótico pudiendo ser arritmias muy resistentes al tratamiento3–7,10.
Es necesario que los médicos que asisten a estos pacientes, conozcan esta rara posibilidad de asociación entre infección por VRS y arritmias, para actuar de forma eficaz ante la presentación de las complicaciones cardíacas.