El Leuconostoc es un coco grampositivo con patogenicidad infrecuente pero que sin embargo puede ser grave; por esto nos gustaría presentar el caso de una paciente etíope de 47 días de vida cuya madre adoptiva trajo a nuestro hospital tras su llegada desde su país de origen. Presentaba malnutrición grave y un cuadro de diarrea prolongada con signos de deshidratación moderada a grave.
Desde su nacimiento, la paciente había sufrido varios episodios de gastroenteritis y deshidratación en los que había recibido fluidoterapia y tratamiento antibiótico intravenoso. Tras su ingreso se inició rehidratación intravenosa, nutrición por vía oral y tratamiento antibiótico oral con metronidazol. Tras 48h sin mejora en relación con la diarrea se decidió administrar nutrición enteral continua mediante una sonda nasogástrica y alimentación parenteral a través de una vía periférica. Desde el décimo día de ingreso, la niña experimentó ganancia ponderal continua hasta su alta.
El decimoquinto día de ingreso presentó fiebre de hasta 39°C, irritabilidad y afectación del estado general a las que se asociaron, además, nuevas deposiciones diarreicas. El hemograma mostró leucocitosis con 19.000 neutrófilos por μl absolutos y se observó un aumento de la proteína C reactiva de 16,6 a 86,6mg/l en 2 muestras de sangre obtenidas con 10h de diferencia. Tras el diagnóstico clínico de sepsis de origen desconocido se inició tratamiento antibiótico con ceftriaxona tras la toma de hemocultivos. Después de 3 días, la fiebre desapareció y la paciente recuperó una buena condición clínica. En los hemocultivos recogidos durante el episodio séptico se aisló Leuconostoc spp. que mostró resistencia in vitro a vancomicina, penicilina y cefalosporinas, con sensibilidad a ampicilina y macrólidos.
Tras 21 días de ingreso, la paciente fue dada de alta y se incluyó entre sus diagnósticos el de sepsis causada por Leuconostoc spp.
La resistencia intrínseca a la vancomicina es el principal punto diferenciador entre el Leuconostoc y otros patógenos grampositivos1. La penicilina sola o combinada con un aminoglucósido es el tratamiento de elección. Aunque no se ha demostrado la actividad in vitro de la clindamicina, el trimetroprim-sulfametoxazol o las cefalosporinas contra este germen, como en el caso de nuestra paciente, sí se han descrito en tratamientos efectivos2.
A pesar de que es un patógeno infrecuente, el Leuconostoc debe considerarse como causa potencial de sepsis en pacientes con factores de riesgo como nutrición enteral continua, tratamiento previo con vancomicina, inmunodepresión o en pacientes con enfermedades graves3–6. La literatura médica refleja algunos casos de infecciones focales causadas por esta bacteria, como meningitis, neumonía, gastritis, osteomielitis e infecciones del tracto urinario7–10, aunque en general son escasas las referencias a este patógeno como causante de enfermedad en pacientes pediátricos.