La consulta virtual (CV), las consultas médicas electrónicas (CME) y la telemedicina están en auge, sobre todo en atención hospitalaria (AH) en pacientes adultos1 y en consultas como dermatología. Aunque están definidas sus aplicaciones en pediatría2, existe muy poca experiencia en centros pediátricos en nuestro medio. La CV es una herramienta que permite al pediatra de atención primaria (AP) realizar una consulta sobre un aspecto concreto al pediatra de AH de una determinada subespecialidad. A diferencia de la CME, la interacción se produce entre profesionales. Pretende mejorar la adecuación de las derivaciones, empoderar al pediatra de AP y mejorar la accesibilidad de los pacientes al medio hospitalario. Con la instauración de CV se pretende facilitar la comunicación entre profesionales y dar respuesta a problemas de AP con tiempos de respuesta inferiores a los cauces habituales. El paciente puede beneficiarse de la asistencia sin tener que desplazarse, evitando absentismo escolar y laboral3, pudiendo ser especialmente útil en áreas rurales. Los menores tiempos de respuesta pueden derivar en menor retraso diagnóstico en ciertas patologías. Presentamos los resultados de un proyecto piloto iniciado en la Sección de Gastroenterología y Nutrición Infantil del Hospital Regional Universitario de Málaga, en colaboración con el Distrito de AP de Málaga y en el que han participado 13 centros de salud.
Se definieron patologías que, por sus características, las hacían más subsidiarias de prestarse a una consulta telemática, aunque el pediatra de AP podía realizar cualquier tipo de consulta. Se incluyeron 13 centros de salud, tanto centros cercanos al hospital como otros más alejados del mismo y en áreas rurales. Se creó una agenda semanal para estas consultas. Se estableció el tiempo de respuesta máximo desde AH en siete días. Tras un período de cuatro meses, se enviaron cuestionarios de satisfacción a los compañeros de AP que realizaron alguna CV durante el período, empleándose la escala Likert.
Se atendieron un total de 77 CV en 28 semanas, lo que supone un índice de actividad del 10,1% respecto al total de primeras visitas (763) en ese período. Se constató una clara mejoría del índice primeras visitas/sucesivas, pasando de 2,95 al comienzo de las CV (1 de octubre 2019) a 2,28 en el mes de marzo 2020; lo que puede deberse a una mejor derivación del paciente, y en un menor tiempo, tras la implantación de la CV. A criterio del pediatra gastroenterólogo, 15 derivaciones (19,5%) cumplían criterios para ser valoradas presencialmente desde el inicio. Las patologías por las que se realizó derivación se muestran en la figura 1. El contenido de las CV fue diverso: dudas sobre prescripción de fármacos, enfoque diagnóstico en pacientes, consulta sobre resultados analíticos como cifras de colesterol o elevación de anticuerpos antigliadina, seguimiento de pacientes crónicos, etc. En 64 casos (83,1%) se dio respuesta al problema, acortándose los plazos de derivación o mediante realización de prescripción electrónica. En el grupo de pacientes que requirió derivación física, se disminuyó en un 18,4% la realización de pruebas complementarias. Sólo en un caso, el pediatra tuvo que volver a realizar una consulta o derivación física por el mismo motivo. La baja tasa de reconsulta puede reflejar de manera indirecta la seguridad del método, situación ya analizada en otros sistemas de telemedicina3.
Se envió la encuesta a 20 pediatras de AP, respondiendo 17. Más del 75% de los pediatras que respondieron se mostraron satisfechos o muy satisfechos con determinados aspectos de las CV, valorando positivamente la accesibilidad, el tiempo de respuesta, la adquisición de autonomía en el seguimiento de determinadas patologías y la comodidad derivada en la atención al paciente, que evitaban el desplazamiento de la familia y, por tanto, absentismo escolar y laboral (fig. 2). Señalaron como inconvenientes las trabas informáticas en el programa y problemas de comunicación respecto a cuándo y en qué pacientes realizar una CV, lo que deja patente que es necesario establecer mejoras, además de hacer el programa accesible a todos los centros de salud de nuestra área de referencia para obtener conclusiones más sólidas. No hubo diferencias de participación entre Centros de Salud, según distancia al centro hospitalario.
La época que nos está tocando vivir a causa de la pandemia mundial ha precipitado el trabajo telemático por parte de muchos profesionales para evitar la transmisión y propagación del virus4. Al igual que en la atención del paciente adulto5, el desarrollo de CV pediátricas es una realidad que está naciendo, fruto de un tiempo nuevo y, aunque en determinadas circunstancias la exploración física será irreemplazable, creemos que es necesario que se pongan en marcha más proyectos como el que presentamos. El momento actual quizás ha hecho a los pacientes y a los profesionales más conscientes de la necesidad de instaurar este tipo de iniciativas, siendo una oportunidad única para ello. El equilibrio entre asistencia sanitaria presencial y virtual lo marcarán las necesidades del paciente, pretendiendo desde esta perspectiva crear una medicina mucho más personalizada. Será necesario que las autoridades competentes establezcan una base legal sobre la que sustentar este tipo de consultas6, y que los profesionales creen métodos de análisis de la calidad, seguridad y coste-efectividad de esta asistencia.
FinanciaciónEste proyecto no ha recibido financiación total o parcial para su desarrollo.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
A Javier Blasco Alonso, María Juliana Serrano Nieto, María Pilar Ortiz Pérez y Antonio Vázquez Luque, profesionales que han contribuido a la puesta en marcha de este proyecto.