Las enfermedades cardiovasculares se asocian a factores de riesgo como la obesidad y la dislipemia que, instalados en la infancia, tienden a mantenerse en la adultez.
ObjetivoEstimar la prevalencia de exceso de peso y estudiar el perfil lipídico. Relacionar el índice de masa corporal con las variables en estudio.
Material y métodosEstudio descriptivo observacional de 1.043 niños y adolescentes, estratificados en tres grupos etarios. Según el índice de masa corporal se clasificaron en normopeso, sobrepeso y obesos. Se determinó el colesterol total, el colesterol de las lipoproteínas de alta densidad (c-HDL) y los triglicéridos. Se calculó el colesterol de las lipoproteínas de baja densidad (c-LDL) y el colesterol no-HDL (c-no-HDL).
ResultadosÍndice de masa corporal: en la población total el porcentaje de sobrepeso fue del 13,9 % y de obesidad del 5,4 %. Las mayores prevalencias fueron entre 10 y 14 años (16,9 %) y entre 5 y 9 años (9,9 %), respectivamente. Los indices promedio se correlacionaron con la edad en varones y mujeres. Perfil lipídico (categorización según el National Cholesterol Education Program): se hallaron valores en situación de riesgo potencial en el 30 % de la población total para colesterol, el 16 % para triglicéridos, el 28 % para c-LDL y el 17 % para colesterol no-HDL. Los valores de riesgo fueron del 3, 2, 4 y 3%, respectivamente. Se observaron diferencias significativas en los valores de lípidos alterados entre la población total y aquella con sobrepeso y obesidad.
ConclusiónSe observa alta prevalencia de exceso de peso y correlación entre el índice de masa corporal y dislipemias, con mayores alteraciones lipídicas en la obesidad. Esto enfatiza la necesidad de la prevención del sobrepeso y las dislipemias desde edades tempranas.
Cardiovascular diseases are associated with risks factors such as obesity and dyslipaemia, which if present during infancy could continue throughout adult life.
ObjectivesTo investigate the prevalence of overweight and study lipid profiles.To relate body mass index (BMI) with the studied parameters.
Materials and methodsDescriptive and observational study of 1,043 children and adolescents, stratified into three age groups. Taking into account their BMI, they were classified as within normal weight, overweight and obese. Total cholesterol (T-chol), HDL-cholesterol (HDL-chol) and triglycerides (TG) were determined and LDL-chol and non HDL-chol were calculated.
ResultsBMI: Among the total population, the percentage overweight was 13.9 % and obesity was 5.4 %, with a higher prevalence between 10 and 14 years and also between 5 and 9 years. BMI means were correlated with age in females and males, being higher for females at all ages. Lipid profile (classified according National Cholesterol Education Program): values of cholesterol in potential risk situations were found in 30 % of the population, 16 % for triglycerides, 28 % for LDL-cholesterol and 17 % for non-HDL cholesterol, the risk values being 3 %, 2 %, 4% and 3% respectively. Significant differences were observed in lipid values in the total population, overweight and obesity.
ConclusionA high prevalence of overweight was observed, as well as a correlation between body mass index and dyslipaemia. This emphasises the need for prevention of overweight and dyslipaemias from an early age.
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son causa de más de un tercio de las muertes ocurridas en los países desarrollados. Se manifiestan generalmente en la edad adulta, aunque diversos estudios encuentran factores de riesgo involucrados en el desarrollo de las mismas en niños y adolescentes. Éstos, instalados en la infancia, tienden a mantenerse durante el crecimiento y en la adultez.
La extensa lista de factores de riesgo comprende factores modificables y no modificables. Los modificables incluyen: presión arterial, obesidad, perfil lipídico, inactividad física, tabaquismo, etc. Se propone que niños y adolescentes pueden reducir su riesgo de padecer ECV en la edad adulta controlando los factores de riesgo modificables desde edades tempranas. La alteración del perfil lipídico instalado en la niñez tiende a persistir durante toda la vida.
La obesidad y el sobrepeso a todas las edades se han ido incrementando en países en transición epidemiológica, hasta llegar a constituir un problema importante en salud pública regional y mundial1,2.
La obesidad infantil resulta un trastorno nutricional muy frecuente con serias consecuencias3. Dado que en la infancia y adolescencia se incorporan las pautas de estilo de vida, es esperable que la implementación de medidas preventivas durante este período puedan ser más efectivas.
Es aconsejable la detección, control y corrección del mayor número posible de factores de riesgo modificables para propender a mejorar la salud cardiovascular.
El objetivo de este estudio es estimar la prevalencia del sobrepeso, la obesidad y el perfil lipídico en una población pediátrica y relacionar el índice de masa corporal (IMC) según la edad y el sexo con las variables en estudio.
Material y métodosPoblación estudiadaSe realizó un estudio descriptivo observacional con 1.043 niños y adolescentes de ambos sexos escolarizados de la ciudad de Rosario (Santa Fe), los cuales fueron estratificados en tres grupos etarios.
Se solicitó autorización por escrito a los padres mediante una carta de consentimiento, se les informó sobre el proyecto de trabajo y la participación de los escolares en el mismo.
Los criterios de exclusión aplicados fueron: no presentar el consentimiento de los padres o tutores, resistencia a la extracción de la muestra de sangre, presencia de estado febril, curso durante el mes previo al estudio de alguna enfermedad infectocontagiosa (hepatitis, sarampión, varicela, etc.) o enfermedades crónicas previamente diagnosticadas.
La población escolar pertenece a una zona de los suburbios de la ciudad donde asisten a un comedor escolar con dieta controlada.
Realizada la evaluación inicial, se categorizó al total de niños según el IMC en obesos, sobrepeso y normopeso.
Análisis químicosSe obtuvo una muestra de sangre con ayuno previo y en condiciones preanalíticas estandarizadas para la realización de las siguientes determinaciones:
- a)
Colesterol total (CT): método colesterol-oxidasa.
- b)
Colesterol de las lipoproteínas de alta densidad (c-HDL): método precipitación-colesterol-oxidasa.
- c)
Triglicéridos (TG): método enzimático colorimétrico.
Se calcularon:
- –
El colesterol de las lipoproteínas de baja densidad (c-LDL) por la fórmula de Friedewald.
- –
El colesterol no-HDL (c-no-HDL = CT – c-HDL)
Se tomaron como valores de corte para definir el perfil lipídico los recomendados por el National Cholesterol Education Program (NCEP)4:
- –
Valores deseables: CT ≤ 170mg/dl; TG ≤ 100mg/dl; c-LDL ≤ 100mg/dl y c-no-HDL ≤ 130mg/dl.
- –
Valores de riesgo: CT ≥ 200mg/dl; TG ≥ 150mg/dl; c-LDL ≥ 130mg/dl y c-no-HDL ≥ 160mg/dl.
- –
Valores de riesgo potencial: CT (> 170-< 200mg/dl), TG (> 100-< 150mg/dl), c-LDL (> 100-< 130mg/dl) y c-no-HDL (> 130-< 160mg/dl).
Para clasificar el sobrepeso y la obesidad en estas edades se adoptó el criterio recomendado por el Comité Norteamericano de Expertos para la Obesidad del Niño, que define como niños con sobrepeso a los que tienen un IMC con percentiles entre 85 y 95; con obesidad a quienes tienen un percentil a partir de 95 y con normopeso a quienes tienen percentiles comprendidos entre 10 y 85 (todos percentilados según edad y sexo).
Se determinó el peso y la talla, y se calculó el IMC (= peso en kg/talla en m2).
Estudios estadísticosEl estudio fue efectuado para cada variable individualmente mediante un ANOVA a tres criterios de clasificación, aplicando luego, en los casos que lo requirieron los contrastes múltiples de Tukey. La validez del modelo fue estudiada mediante el análisis de residuos. En las variables CT, TG y c-no-HDL se utilizó transformación logarítmica, y en c-LDL se trabajó con la raíz cuadrada de la variable. Las diferencias con una probabilidad asociada mayor al 5 % fueron consideradas no significativas.
ResultadosLa población total fue de 1.043 niños y adolescentes, 714 mujeres (68 %) y 329 varones (32 %), agrupados por edades: de 5 a 9 años (24 %), de 10 a 14 años (41 %) y de 15 a 18 años (35 %) y que se presentan en la tabla 1.
Los valores medios de las variables estudiadas no muestran diferencias significativas entre sexos, prueba t de Student < 0,001 (tabla 2).
Promedio y desviaciones estándar de las variables estudiadas en la población total
Variables | Total | Mujeres | Varones |
IMC (kg/talla en m2) | 19,2 ± 3,6 | 19,7 ± 3,5 | 18,3 ± 3,7 |
Colesterol (mg/dl) | 164,4 ± 23,1 | 165,3 ± 23,7 | 162,2 ± 21,5 |
Triglicéridos (mg/dl) | 76,3 ± 31,1 | 77,3 ± 30,7 | 73,9 ± 32,0 |
c-HDL (mg/dl) | 55,1 ± 6,0 | 56,1 ± 6,2 | 55,3 ± 5,8 |
c-LDL (mg/dl) | 92,5 ± 22,9 | 93,3 ± 23,9 | 90,9 ± 20,6 |
c-no-HDL (mg/dl) | 109,3 ± 23,8 | 110,4 ± 24,5 | 107,1 ± 22,0 |
c-HDL: colesterol de las lipoproteínas de alta densidad; c-LDL: colesterol de las lipoproteínas de baja densidad; IMC: índice de masa corporal.
La evaluación del estado nutricional, según el indicador antropométrico calculado se presenta en la tabla 3.
En 1.043 niños y adolescentes estudiados se halló una prevalencia global de sobrepeso y obesidad del 13,9 y el 5,4 %, respectivamente.
Al considerar la población según los grupos etarios se observa que de 10 a 14 años se da la mayor prevalencia de sobrepeso (16,9 %) y de 5 a 9 años, el mayor porcentaje de obesidad (9,9 %). Se observa aumento en el IMC promedio correlacionado con la edad tanto en varones como en mujeres.
No se detectan interacciones ni diferencias significativas atribuibles al sexo, pero sí en cuanto al grupo etario (p < 0,05) y al IMC (normopeso, sobrepeso y obesidad) (p < 0,001) (tabla 4).
Promedio y desviaciones estándar del índice de masa corporal* según edad y sexo
Total | Normopeso | Sobrepeso | Obesidad | |
5-9 años | ||||
Mujeres | 16,6 ± 3,3 | 15,3 ± 1,8 | 16,8 ± 0,81 | 23,1 ± 2,7 |
Varones | 16,3 ± 3,2 | 15,1 ± 1,9 | 19,0 ± 0,8 | 23,0 ± 3,0 |
10-14 años | ||||
Mujeres | 19,5 ± 3,4 | 18,1 ± 2,4 | 23,0 ± 2,0 | 26,3 ± 3,4 |
Varones | 18,7 ± 3,1 | 17,7 ± 1,8 | 22,8 ± 1,6 | 23,1 ± 2,1 |
15-18 años | ||||
Mujeres | 21,0 ± 2,8 | 20,3 ± 1,8 | 26,4 ± 3,0 | 30,4 ± 1,0 |
Varones | 22,5 ± 3.1 | 21,2 ± 2,2 | 25,9 ± 1,7 | 29,3 ± 1,5 |
En las figuras 1 y 2 se muestra el comportamiento de las medias del log CT e intervalos de Tukey del 95 % para cada grupo etario e IMC.
No se detectan interacciones significativas ni diferencias significativas atribuibles al sexo; sí en cambio, al grupo etario (p < 0,05) y al IMC (normopeso, sobrepeso y obesidad) (p < 0,001).
Efectuados los contrastes se concluye que el valor promedio es significativamente mayor en el grupo de individuos de 15 a 18 años con respecto a los otros de menor edad y en los obesos con respecto a los normopeso y a los niños con sobrepeso.
TriglicéridosLa figura 3 muestra el comportamiento de las medias del log TG e intervalos de Tukey del 95 % para cada grupo según el IMC.
No se detectan interacciones significativas ni diferencias atribuibles al sexo o a la edad; sí en cambio al IMC (normopeso, sobrepeso y obesidad) (p < 0,01).
Efectuados los contrastes se concluye que el valor promedio para el grupo obeso y con sobrepeso es significativamente mayor que para el grupo con normopeso (fig. 3).
Colesterol LDLNo se detectan efectos significativos de interacción atribuibles a los factores principales.
Colesterol no-HDLLas figuras 4 y 5 muestran las medias del log (c-no-HDL) e intervalos de Tukey del 95 % para cada grupo etario y según el índice de masa corporal.
No se detectan interacciones significativas ni diferencias significativas atribuibles al sexo; sí en cambio al grupo etario (p < 0,05) y al IMC (normopeso, sobrepeso y obesidad) (p < 0,001).
Efectuados los contrastes se concluye que el valor promedio es significativamente mayor en el grupo de individuos de 15 a 18 años con respecto a los otros de menor edad y en los obesos con respecto a los normopeso y a los que tienen sobrepeso.
Correlacionando las variables lipídicas con los valores de riesgo en la población total (tabla 5) se observa en situación de riesgo potencial el 30 % de la población estudiada para CT, el 16 % para TG, el 28 % para c-LDL y el 17 % para c-no-HDL. En la población con valores de riesgo, los porcentajes observados corresponden a 3, 2, 4 y 3 %, respectivamente. En los 57 obesos detectados (n = 57; el 5,4 % de la población total), determinamos la prevalencia de los dos factores de riesgo estudiados: obesidad y dislipemia (tabla 6).
Estudio lipídico en la población total: valores normales y factores de riesgo
Colesterol total (%) | Triglicéridos (%) | c-LDL (%) | c-no-HDL (%) | |
Normal | 67 | 82 | 68 | 80 |
Riesgo potencial | 30 | 16 | 28 | 17 |
Riesgo | 3 | 2 | 4 | 3 |
c-no-HDL: colesterol no ligado a las lipoproteínas de alta densidad; c-LDL: colesterol de las lipoproteínas de baja densidad.
Prevalencia de dislipemia en la población obesa
CT | TG | c-LDL | c-no-HDL | |||||
n | % | n | % | n | % | n | % | |
Deseables | 6 | 11 | 40 | 72 | 21 | 37 | 21 | 38 |
Riego potencial | 35 | 62 | 15 | 26 | 29 | 52 | 28 | 50 |
Riesgo | 16 | 27 | 2 | 2 | 7 | 11 | 8 | 12 |
c-no-HDL: colesterol no ligado a las lipoproteínas de alta densidad;
c-LDL: colesterol de las lipoproteínas de baja densidad;
CT: colesterol total; TG: triglicéridos.
Cuando se compara la prevalencia de valores lipídicos alterados en el grupo obeso frente a la población total, se observan diferencias estadísticamente significativas con mayor porcentaje en situación de riesgo potencial en los parámetros CT, TG, c-LDL y c-no-HDL en los individuos obesos; en situación de riesgo se ven diferencias estadísticamente significativas en CT, c-LDL y c-no-HDL (comparación en las tablas 5 y 6).
DiscusiónEstudiamos el sobrepeso y la obesidad, y la relación con el perfil lipídico como potenciales factores de riesgo cardiovascular en una población de niños y adolescentes, atendiendo a la gravedad implícita de su presencia si se instalan en la niñez y persisten a lo largo de la vida.
En los países industrializados se reconoce al sobrepeso y la obesidad como un problema de salud pública, pero sólo en las dos últimas décadas éstos se mencionan en las poblaciones latinoamericanas, entre ellas Argentina5.
El notable incremento en la presencia de obesidad hace que sea considerada una epidemia global y es la enfermedad crónica no transmisible más prevalente en el mundo.
La obesidad infantil es un trastorno nutricional muy frecuente, de gran impacto en la salud tanto física como psiquicosocial, lo cual repercute en la adaptación del niño en la sociedad.
En Argentina existen muy pocos trabajos que aporten datos de alcance nacional de sobrepeso y obesidad en la infancia y la adolescencia. Los datos disponibles más representativos provienen de estudios realizados en la última década6 los cuáles fueron citados en el Consenso sobre factores de riesgo cardiovascular en pediatría7. La prevalencia de obesidad y sobrepeso encontrada por estos autores fue del 4,2 al 11 % y del 6,4 al 20,8 %, respectivamente (tabla 7), cifras que concuerdan con los resultados obtenidos en otras poblaciones del mundo. Como dato relevante de estos estudios, la cuarta parte de la población infanto-juvenil de nuestro país presenta un exceso de peso (sobrepeso más obesidad), cifra que se relaciona con los valores observados en países como Brasil, China y EE.UU.8.
Prevalencia de obesidad y sobrepeso en Argentina
Año | N.o estudiado | Edad | Sobrepeso (%) | Obesidad (%) | Referencia bibliográfica | |
Córdoba | 2000 | 1.362 | De 5 y 8 | 6,4 | 11,0 | 10 |
Nacional | 2003 | 1.289 | De 10 a 19 | 20,8 | 5,4 | 6 |
Corrientes | 2002 | 3.931 | De 6 a 11 | 14,0 | 8,3 | 11 |
Corrientes | 2001 | 2.115 | De 11 a 18 | 10,9 | 4,2 | 12 |
Mendoza | 2003 | 9.455 | De 5 a 16 | 7,1 | 4,7 | 13 |
Buenos Aires | 2002 | 27.974 | De 10 a 19 | – | 5,4 | 14 |
Salta | 2004 | 171 | De 5 a 17 | 14,7 | 8,0 | 15 |
Río Negro | 2003 | 927 | De 6 a 16 | 14,6 | 3,7 | 16 |
Nuestros resultados de la población total reflejan una prevalencia de sobrepeso del 13,9 % y de obesidad del 5,4 %, siendo ambos mayores entre las mujeres, el sobrepeso en el grupo de 10–14 años y la obesidad en las de 5–9 años. Se han publicado valores similares de sobrepeso y obesidad en otros sitios del país. En la provincia de Jujuy (2000) se obtuvieron el 3,2 % para niños de 4–10 años y el 4,8 % para 11–16 años9. En la ciudad de Córdoba el estudio (CESNI-CLACYD) arrojó el 6,4 y el 11 % para los niños de 5 y 8 años, respectivamente10. Con respecto al sobrepeso nuestros datos son semejantes con los obtenidos en las provincias de Salta, Corrientes y Río Negro.
Estudios llevados a cabo en diversos países y diferentes grupos étnicos demuestran que la obesidad en niños y adolescentes está asociada con alteraciones de lípidos y lipoproteínas; y con otros conocidos factores considerados de riesgo para las ECV en el adulto17.
Un informe del Examen Nacional de Salud y Nutrición de EE.UU. (NHANES)18 muestra que las concentraciones de CT y de c-LDL en varones y mujeres jóvenes obesos son mayores que en los no obesos, datos que se relacionan con los obtenidos en este trabajo en la población adolescente.
En la experiencia de Homend et al19, los niños y niñas con sobrepeso muestran un patrón dislipémico aterogénico; en nuestro trabajo esto se refleja en la correlación positiva entre el IMC y los lípidos alterados.
El panel de expertos en niveles de colesterol en niños y adolescentes recomienda tener en cuenta la hipercolesterolemia, por ser un factor de riesgo que puede iniciarse en la infancia y permanecer toda la vida20.
Si bien los valores de colesterol elevados por sí solos no permiten realizar predicciones sobre desarrollo de procesos ateroescleróticos, sí deben ser considerados por su relación con las lipoproteínas21.
El estudio FRICELA (Factores de Riesgo Coronario en la Adolescencia)17 presenta el 11 % de valores de CT a partir de 200mg/dl y el 35 % con CT de más de 170mg/dl, nuestros resultados en la población adolescente son el 8,1 y el 30 %, respectivamente. Datos similares se encuentran en Córdoba (Jovita)22, con el 12,3 y el 26,9 %, y en Corrientes, con el 9,8 y el 29,5%23.
La población total estudiada presenta el 16 % de individuos con valores de TG igual o por encima de 100mg/dl y el 2 % con valores de riesgo; en la obesa se presenta el 26 y el 1,8 %, respectivamente.
En el grupo de obesos hay una prevalencia del 7,1 % de individuos con CT superior a 170 e inferior a 200mg/dl y TG entre 100 y 150mg/dl, y del 10,7 % con CT a partir de 200mg/dl y TG entre 100 y 150mg/dl; en el grupo de sobrepeso las prevalencias son del 2,8 y el 3,5 %, respectivamente.
Los valores de CT y TG, ambos en rango de riesgo, tienen igual prevalencia en las poblaciones de obesos e individuos con sobrepeso.
Los datos hallados demuestran presencia asociada de hipertrigliceridemia con hipercolesterolemia con mayor impacto cuanto mayor sea el IMC.
Adult Treatment Panel (PANEL III)24 considera dentro del perfil lipídico los complejos lipoproteicos c-LDL y c-no-HDL de alto riesgo aterogénico. En nuestro estudio c-LDL y c-no-HDL mostraron alta prevalencia de valores por encima del corte que indica riesgo potencial y riesgo, el 32 % para c-LDL (28 y 4 %) y el 20 % para c-no-HDL (17 y 3 %), respectivamente. Hay diferencias estadísticamente significativas en la prevalencia de valores por encima del límite de riesgo y de riesgo potencial entre el grupo de obesos y la población total.
El hallazgo del comportamiento de c-LDL y c-no-HDL asociado con la obesidad es compatible con el impacto adverso del sobrepeso en la niñez y adolescencia25.
A consecuencia de las comprobaciones efectuadas, se propone las determinaciones de CT, c-LDL y c-no-HDL como parámetro recomendable para controlar las dislipemias asociadas a la obesidad y el sobrepeso en la niñez y la adolescencia.
Nuestros resultados confirman la asociación entre obesidad y alteraciones del metabolismo lipídico.
Las altas prevalencias de dislipemias halladas en el grupo de niños y adolescentes estudiados sugiere promover conductas preventivas de enfermedades en la edad adulta.
En conclusión, podemos afirmar que en aproximadamente la quinta parte de la población de niños y adolescentes estudiados encontramos exceso de peso (sobrepeso más obesidad), dato que concuerda con los observados por otros autores. Se encontró una correlación positiva entre IMC y dislipemia, y fue significativamente mayor la prevalencia de alteraciones lipídicas en la población con exceso de peso.
La prevención de sobrepeso y el control de las dislipemias desde edades tempranas se proponen como un desafío para la implementación de estrategias que promuevan un estilo de vida y de alimentación más saludable que tiendan a mejorar las expectativas y calidad de vida de las generaciones futuras.
- Inicio
- Todos los contenidos
- Publique su artículo
- Acerca de la revista
- Métricas