Las intoxicaciones son una de las causas más frecuentes de accidentes en pediatría y un motivo de consulta infrecuente dentro de los servicios de urgencias1 (0,3% de las consultas de los servicios de urgencias pediátricos, según el Grupo de Trabajo de Intoxicaciones de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría)2. Las sustancias tóxicas ingeridas con mayor frecuencia son productos de limpieza, medicamentos y productos de cuidado personal3, siendo las intoxicaciones por plantas poco frecuentes. Generalmente, las intoxicaciones por plantas se tratan de situaciones que revisten poca gravedad, sin embargo en algunas ocasiones existe riesgo de muerte o de producir secuelas importantes para el niño4.
Presentamos el caso de una niña de 4 años, sin antecedentes personales de interés, que consulta en urgencias tras ingerir 2 horas y media antes unas semillas procedentes de una vaina de un arbusto que se encontraban en su urbanización (fig. 1). La familia aportaba la vaina de la cual la niña extrajo las semillas, refiriendo que ingirió un total de 4 semillas. Media hora después de la ingesta comenzó a presentar dolor abdominal acompañado de vómitos de contenido alimentario. A su llegada a urgencias la paciente se encontraba asintomática y la exploración física fue normal a excepción de una palidez cutánea llamativa.
Después de identificar la especie ingerida (Spartium junceum), se contactó con el Instituto Nacional de Toxicología, que recomendó únicamente observación clínica en urgencias y control de constantes, sin que se considerara necesario el estudio toxicológico en sangre y orina2. La paciente permaneció en observación durante 6 h, desapareciendo el dolor abdominal y los vómitos, y manteniéndose en todo momento hemodinámicamente estable.
Spartium es un género monotípico de plantas con flores perteneciente a la familia Fabaceae. Su única especie: Spartium junceum, también llamada retama de olor o gayomba, es un arbusto elevado que habita en toda la región mediterránea. Se trata de una planta juncácea gris verdosa, de tallos erectos y ramificados, con escasas y pequeñas hojas, que crece formando matas. A finales de primavera y principios de verano se cubre de flores amarillas brillantes (fig. 2), y a finales del verano, sus vainas de semillas maduran en color negro.
En la Península Ibérica es muy abundante, utilizándose con frecuencia para embellecer las cunetas o divisorias de la carretera, así como en jardines y restauración paisajística. Por este motivo, la gayomba se asocia a España en buena parte de los países europeos según denotan sus nombres populares. Así es denominada en alemán Spanischer Ginster (genista española), en francés genêt d¿Espagne (genista de España), y en inglés Spanish broom (escoba o retama española).
Sus flores y semillas se han utilizado en medicina popular como aperitivo, diurético y emetizante. El cocimiento de los tallos pelados se emplea en el Sahara contra las mordeduras de víboras5.
Los efectos tóxicos derivan de los alcaloides esparteína y cistina, los cuales se encuentran en toda la planta6. Ambos alcaloides tienen una acción similar a la nicotina7, provocando inicialmente una estimulación transitoria de receptores colinérgicos nicotínicos seguido de una inhibición persistente por desensibilización. Por otra parte, la esparteína presenta un efecto quinidina-like sobre el corazón, reduciendo la sensibilidad y la conductividad del músculo cardiaco.
La clínica varía en función de la dosis, vía de exposición y el tiempo transcurrido. Los primeros síntomas aparecen en torno a la hora de la ingesta y consisten en irritación leve de la mucosa oral y faríngea, hipersalivación y vómitos. El dolor abdominal y la diarrea son resultantes de la estimulación parasimpática. En los casos más graves, aparecen manifestaciones neurológicas (midriasis, cefalea, delirio, confusión mental y convulsiones) y en casos avanzados puede aparecer hipotonía, parálisis muscular, hipotensión, bradicardia, coma e insuficiencia respiratoria, que pueden conducir a la muerte del paciente8.
Existen pocas referencias bibliográficas sobre la intoxicación por Spartium junceum en niños, la mayoría de ellas hacen referencia a adultos8. Se desconoce cuál es la dosis tóxica, en nuestro caso 4 semillas fueron suficientes para causar clínica gastrointestinal en la paciente; sin embargo otra niña que también ingirió las semillas pero en menor cantidad, solo presentó dolor abdominal sin vómitos.
Las intoxicaciones por plantas en niños pequeños suelen producirse de forma accidental o en el contexto de un juego (como resultó nuestro caso), pudiendo haber casos de ingesta voluntaria como en el caso de los adolescentes2. En el manejo de estas situaciones infrecuentes resulta fundamental la comunicación con los centros de referencia de toxicología, tanto para el reconocimiento, identificación o confirmación del tóxico, como para la elección de pruebas complementarias y medidas terapéuticas a adoptar en cada caso4.