Sr. Editor:
Las enfermedades transmitidas por garrapatas comprenden un variado espectro de afecciones infecciosas de distribución universal, entre las que se encuentran las rickettsiosis.
Se aporta el caso de una niña de 4 años que fue traída a la consulta tras sufrir una picadura de garrapata en el cuero cabelludo. Tras advertir su presencia, un familiar había extraído el artrópodo con unas pinzas y lo conservó congelado (fig. 1). Durante los 2 días previos la niña había estado jugando en una zona con abundante maleza. En el momento de la primera exploración la paciente se mostraba asintomática, salvo por el dolor a la palpación en la zona de la picadura, donde había aparecido una lesión negruzca (fig. 1).
Figura 1. Imagen de la garrapata y detalle de la mancha negra en el cuero cabelludo de la paciente.
Se inició tratamiento profiláctico con claritromicina, y desinfección de la herida. A las pocas horas, la paciente presentó cefalea, y fiebre de 39 °C, que se mantuvo durante un día. En los sucesivos controles se apreciaron adenopatías laterocervicales y la persistencia de la mancha negra. El tratamiento se mantuvo 14 días. Finalmente la paciente quedó asintomática, con un área de alopecia cicatricial de 1 cm en el lugar de la picadura.
El estudio serológico realizado a suero único mostró un título débilmente positivo (1/64) frente a Rickettsia spp. Se identificó la garrapata como un Dermatocentor marginatus, y la técnica de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) de los fluidos biológicos del artrópodo detectó la presencia de Rickettsia slovaca.
El género Rickettsia está constituido por diferentes especies de bacterias gramnegativas y se enmarca dentro de la familia Rickettsiaceae (que además incluye a Coxiella, Ehrlichia y Bartonella). Son parásitos intracelulares, de corta viabilidad fuera de los reservorios y de los vectores que infectan, y presentan dificultad para su cultivo en el laboratorio. El ciclo vital salvaje se mantiene al infectar distintas especies de hospedadores (en general mamíferos) y vectores (en su mayoría garrapatas y pulgas). El ser humano constituye un huésped accidental en la mayoría de casos 1.
Desde hace unos 10 años se ha observado una nueva enfermedad causada por una rickettsia del grupo de las fiebres manchadas, la R. slovaca. En un principio se identificó en garrapatas de Eslovaquia, y desde las primeras descripciones de infecciones en humanos 2, se han descrito nuevos casos en otros países europeos, incluida España. Su reservorio y vector es una garrapata, la D. marginatus. Este artrópodo es más abundante en la zona meridional de la Península, especialmente en zonas de maleza, de donde se fija a la piel del ganado o pequeños mamíferos 3. En niños la picadura suele producirse en el cuero cabelludo o en otras áreas altas del cuerpo. Comparte la escara negra (tache noire) en la zona de la picadura como otras rickettsiosis, y un halo eritematoso en sus bordes como en la enfermedad de Lyme. El tiempo de incubación difiere de otras rickettsiosis, y son características las adenopatías satélites dolorosas, que originan el término linfoadenopatía transmitida por garrapatas o TIBOLA (de las siglas tick-borne lymphadenopathy) 4, así como la cefalea en los pacientes que sufren la picadura en la cabeza. En ocasiones se puede producir la coinfección con Coxiella burnetii, el agente causal de la fiebre Q 5. La determinación mediante la PCR del germen en el sujeto o el artrópodo infectado, puede facilitar el diagnóstico precoz 6.
Como en otras rickettsiosis el tratamiento de primera elección son las tetraciclinas o cloranfenicol. La claritromicina ha demostrado ser una alternativa útil en las formas no graves de fiebres manchadas, especialmente en los niños menores de 8 años 7. En regiones de riesgo, se recomienda evitar las zonas de maleza y emplear repelentes para garrapatas, ropa y calzado protector. Ante la picadura del artrópodo, debe retirarse en menos de 24 h mediante tracción continua con unas pinzas finas, lo más cerca de la piel del sujeto 8. Si un niño sufre picaduras de garrapatas en una zona endémica, ha de ser vigilado por si aparece fiebre, cefalea o erupción cutánea. Existe controversia sobre la profilaxis antibiótica tras la picadura de la garrapata para la prevención de la enfermedad de Lyme y otras rickettsiosis 9.
Correspondencia: Dr. P.J. Alcalá Minagorre. CAP del Albir.
San Pere, 13. Alfaz del Pí. 03581 Alicante. España.
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