La importancia de los accidentes en la infancia viene determinada tanto por su elevada frecuencia como por las potenciales consecuencias sobre la salud, siendo la primera causa de muerte en niños mayores de un año1,2. La familia, los educadores y el estado son fundamentales a la hora de proporcionar a los menores ambientes seguros, educándoles para desarrollar las habilidades que les permitan hacer frente a los riesgos y legislando medidas encaminadas a prevenir los accidentes en la infancia.
La legislación española en Real Decreto 989/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el reglamento de artículos pirotécnicos y cartuchería establece 8 clases de artificios pirotécnicos, de los cuales solo pueden ser usados con fines recreativos los de categoría F1, F2 y F33. Los de categoría F1 son de muy baja peligrosidad y pueden ser utilizados por mayores de 12 años, los de categoría F2 son de peligrosidad baja y pueden ser utilizados por mayores de 16 años y los de categoría F3 son de peligrosidad media y solo pueden ser accionados por mayores de 18 años. Existen normativas autonómicas4 que reducen la edad de la norma estatal hasta los 8 años para la categoría F1 y 10 años para la categoría F2, aunque, en cualquier caso, la normativa prohíbe la venta y adquisición de petardos a menores de 12 años. Para que esa reducción sea aplicable se necesita una autorización por escrito de los padres o tutores legales, que no se tiene que presentar en ninguna administración, sino que se debe llevar encima en todo momento.
El objetivo del estudio es describir las características de los accidentes pirotécnicos atendidos en un servicio de urgencias pediátricas de un hospital terciario en una comunidad autónoma con reducción de la normativa de uso de material pirotécnico por edad.
Desde enero del 2014 a diciembre del 2018, consultaron por accidentes pirotécnicos 36 niños menores de 15 años concentrados fundamentalmente durante la semana festiva local. La media de edad fue de 8,7 años (mediana: 9 años; DE: 3,66; rango: 1-14 años) y un 63,89% eran varones. Un 38,8% de los accidentados tenían menos de 8 años, incumpliendo no solo la normativa estatal sino también la autonómica. En la mayoría de los casos (91,6%) el accidente ocurrió por la tarde-noche, durante el desarrollo de los actos festivos. No refieren con exactitud en ningún caso el tipo de material pirotécnico utilizado, aunque la capacidad lesiva se demuestra en las lesiones atendidas: lesiones oculares, quemaduras y lesiones por estallido (fig. 1). Desconocemos si en el momento del accidente, estaban acompañados por un adulto con la autorización adecuada.
La lesión más frecuente fue la quemadura de 2.° grado localizada en la mano derecha (66,6%), lo que demuestra que el accidente ocurrió durante la manipulación (fig. 2). Se produjeron 3 casos de quemaduras de 3.° grado y 4 casos de lesiones graves (11,1%) con pérdida de tejido, fractura y necesidad de cirugía e injerto, una niña de un año, durante un espectáculo pirotécnico, y 3 niños de 10 años, accidentados durante la manipulación. Un 19,4% presentaron lesiones que requirieron su derivación a la unidad de quemados de referencia.
El material pirotécnico no debe considerarse un juguete, sino un dispositivo que puede causar lesiones y quemaduras graves. La Academia Americana de Pediatría aconseja una restricción absoluta al uso de fuegos artificiales entre los niños5. La Alianza Europea para la Seguridad Infantil recomienda no dejar nunca a los niños jugar con juegos artificiales por el riesgo de lesiones. Al igual que en España, todos los países de la Unión Europea disponen de leyes que regulan e incluso prohíben la venta y uso de fuegos artificiales a niños, y que han repercutido positivamente al disminuir el número de accidentes6.
En nuestra muestra la mayoría de los niños sufrieron el accidente como manipuladores, y con una edad media menor que en otras series publicadas7, lo que implica la falta de supervisión activa y el incumplimiento de una permisiva legislación. Nuestros datos al provenir de una comunidad autónoma con especial tradición en el uso de material pirotécnico puede que no sean representativos de otras zonas de nuestro país. Es necesario un uso responsable del material pirotécnico, de acuerdo con la normativa vigente, que permita disfrutar y al mismo tiempo estar protegidos frente a accidentes.
El trabajo ha sido presentado como comunicación en la 24 Reunión de la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas (SEUP), Murcia 10 de mayo del 2019.