Las hernias inguinales indirectas son frecuentes en la población pediátrica, siendo especialmente prevalentes en los pacientes prematuros1. En el caso de los niños su origen radica en una persistencia del conducto peritoneo-vaginal, mientras que en el caso de las niñas su origen radica en una persistencia del conducto de Nuck, una evaginación embriológica del peritoneo parietal que discurre junto al ligamento redondo a través del canal inguinal hasta alcanzar los labios mayores. El contenido herniario más frecuente son las asas intestinales, aunque en el caso de las niñas es posible encontrar, como en este caso, el ovario, la trompa de Falopio e incluso el útero2.
Una paciente de 16 días de edad acudió a nuestro centro con una tumoración inguinal izquierda de 48horas de evolución. La paciente estaba asintomática. La exploración física reveló la presencia de una hernia inguinal izquierda irreductible, sin flogosis cutánea. Se realizó un estudio ecográfico que informó de la presencia del ovario en el saco herniario, sin compromiso vascular (fig. 1). Se realizó una inguinotomía, identificándose una hernia inguinal indirecta a expensas de una persistencia del conducto de Nuck. El contenido de la hernia incluía el ovario, el ligamento ovárico, la trompa de Falopio, las fimbrias y el útero (fig. 2). Se redujo el contenido a la cavidad abdominal y se realizó una herniorrafia. La paciente presentó una evolución postoperatoria favorable. Actualmente está asintomática y en seguimiento.
Fotografía intraoperatoria. El ovario (asterisco blanco), el ligamento ovárico (cabeza de flecha blanca), la trompa de Falopio (flecha blanca), las fimbrias (triple cabeza de flecha blanca) y el útero (flecha blanca discontinua) están incluidos dentro del saco herniario, que está referenciado con fórceps hemostáticos.
Es importante, cuando se opera una hernia inguinal femenina, especialmente en una paciente recién nacida, considerar la posible presencia de un ovario incluido en la hernia. Aunque la presencia del útero es excepcional, con 73 casos publicados hasta la fecha3, hay que asumir su posible presencia. Una exploración quirúrgica cuidadosa y metódica evita lesiones iatrogénicas.