Desde hace años se conoce la presencia de cambios pre y postictales en el estatus epiléptico en las pruebas de imagen cerebral. Con la aparición de la RM cerebral estos cambios han sido mejor definidos1,2.
Respecto al virus influenza tipo B, puede existir compromiso del SNC en forma de convulsiones febriles y afebriles, encefalopatía aguda desmielinizante y encefalopatía necrotizante aguda, entre otras3.
Presentamos un niño de 4 años, con antecedentes de: embarazo por fecundación in vitro, gemelar controlado con parto eutócico pretérmino a las 36 semanas, con desarrollo psicomotor adecuado a su edad, salvo en el área del lenguaje, con diagnóstico de trastorno específico del desarrollo del lenguaje. Previamente se habían realizado potenciales evocados auditivos y electroencefalograma con resultado normal.
Acude a Urgencias por un episodio de náuseas y desviación de la mirada a la izquierda, permaneciendo somnoliento durante 3h. Posteriormente presenta hipertonía generalizada con aumento de salivación y relajación de esfínteres seguida de movimientos tónico-clónicos en los miembros superiores y desviación de la mirada hacia la izquierda durante 20min.
En la exploración neurológica se observó un aumento de la base de sustentación, siendo el resto de la exploración normal, incluidos los signos meníngeos negativos.
En Urgencias, la tomografía computarizada de cráneo y la analítica básica fueron normales. Se realiza una punción lumbar durante su estancia en Urgencias por aumento de temperatura, con bioquímica urgente normal (células 0/mm3, glucosa 72 mg/dl, proteínas 22 mg/dl, eritrocitos 132/mm3). Se inicia tratamiento antiepiléptico con ácido valproico y aciclovir.
Durante los días posteriores no vuelve a presentar nuevas crisis y el estado general mejora. Presenta algún pico febril junto con tos y rinorrea. Se realiza un electroencefalograma que muestra lentitud de fondo en hemisferio derecho, focos de punta y punta-onda occipital derecha e izquierda independientes y agudas seudoperiódicas frontales derechas. La RMN de cráneo muestra un aumento de intensidad de señal en T2 así como restricción de la difusión en hipocampo derecho, posiblemente secundario a edema poscrítico (fig. 1).
Durante la semana siguiente el niño permanece sin crisis y con exploración normal. El registro con electroencefalograma muestra una clara mejoría, con actividad epiléptica occipital durante el sueño, ocasional en vigilia. Se reciben los resultados de PCR de virus del herpes simple, que son negativos y se retira aciclovir. Los resultados de aspirado nasofaríngeo muestran positividad para antígeno de influenza tipo B. La segunda RMN de cráneo es similar a la previa. Días después, permaneciendo asintomático, es dado de alta con tratamiento antiepiléptico con ácido valproico (fig. 2).
A los 5 meses el niño sigue asintomático, con tratamiento con ácido valproico. La imagen en RM se ha normalizado y el electroencefalograma de sueño no muestra cambios con respecto al anterior.
Un año después del episodio no ha vuelto a presentar crisis epilépticas y su desarrollo del lenguaje es normal. Se plantea la retirada de tratamiento anticomicial previa realización de electroencefalograma.
Es conocida la relación causal entre estatus epiléptico y cuadros virales en niños. La RMN cerebral es una prueba obligatoria en el diagnóstico de pacientes con crisis epilépticas, ya que nos permite identificar posibles lesiones responsables de estos episodios.
Respecto a las secuencias en RM, el aumento de señal en T2 y difusión se han mostrado útiles en la determinación de la extensión y la gravedad de los daños neuronales tempranas causadas por descargas epilépticas en pacientes con estatus epiléptico4,5.
La infección por virus influenza en los niños menores de 5 años puede producir fiebre alta con grados variables de compromiso del estado general, rinitis, cefalea y odinofagia. Aunque las complicaciones más frecuentes suelen ser respiratorias, pueden existir también complicaciones del SNC. Se han descrito convulsiones febriles y afebriles, alteración del nivel de consciencia, síndrome de Guillaim Barré, encefalopatía aguda desmielinizante, mielitis transversa, psicosis aguda, síndrome del lóbulo frontal, mutismo, alucinaciones visuales y encefalopatía necrotizante aguda6. El 90% de los niños presentan el cuadro respiratorio de influenza previo al inicio de los síntomas neurológicos. Posteriormente, evolucionan con un rápido compromiso de consciencia y convulsiones precoces7.
Las infecciones virales desempeñan un papel muy importante en el primer episodio de estatus epiléptico en niños sin problemas neurológicos previos. Las convulsiones febriles complejas son importantes predictoras de epilepsia del lóbulo temporal, esclerosis de hipocampo y daño neuronal8,9. La evolución a corto plazo suele ser favorable; sin embargo, se debe realizar un seguimiento a largo plazo para detectar posibles déficits cognitivos, del comportamiento o epileptiformes10. En nuestro paciente fue especialmente importante el papel de la RM de cráneo (la localización de las lesiones y su posterior normalización) y los análisis con PCR de virus para confirmar la etiología del cuadro.