Hemos leído con interés el artículo publicado por Piñeiro et al. «¿Es la transmisión vertical de Chlamydia trachomatis un problema poco reconocido en España?»1, publicado en el número de junio.
En el citado trabajo, los autores hacen referencia a la transmisión perinatal de la infección por Chlamydia trachomatis, y estiman una transmisión al recién nacido del 10,7% partiendo de una muestra de 103 mujeres infectadas en el puerperio. Los recién nacidos fueron analizados entre 7 y 10 días después del parto mediante exudado faríngeo y conjuntival, este último en la parte final del estudio y en los casos que presentaron conjuntivitis.
Existen algunos estudios en nuestro país relativos a la prevalencia de infección por Chlamydia entre mujeres sexualmente activas. Fernández-Benítez et al.2, publicaron en el año 2013 una prevalencia del 4% en mujeres entre 15-24 años partiendo de un tamaño muestral de 1.048 mujeres. En 2016, Piñeiro et al.3, publicaron una prevalencia del 1% en mujeres gestantes de todas las edades y de un 6% en menores de 25 años. Considerando una prevalencia de un 1% global, los autores estiman que podría haber unos 446 recién nacidos al año en España con una infección vertical por Chlamydia.
Es bien conocido que el mayor riesgo de infección por C. trachomatis, se concentra en las mujeres más jóvenes (entre 15 y 24 años). Teniendo este dato en consideración, en el Hospital La Paz se está llevando a cabo un estudio prospectivo de despistaje de infección por C. trachomatis en gestantes de esta edad, mediante cribado en el puerperio realizando reacción en cadena de polimerasa en orina. Aunque nuestros resultados son aún preliminares, con una muestra de 52 mujeres de 15-25 años, la prevalencia de infección es mucho más elevada que la descrita anteriormente, alcanzando una cifra del 26,92% (IC: 14,9-39). En nuestra serie, un 69% de las madres infectadas fueron extrajeras, de origen latinoamericano en su mayoría.
Actualmente, el cribado de infección por Chlamydia en gestantes se realiza en EE. UU., Alemania, Japón, Canadá4 y en nuestro país, en la comunidad catalana desde el año 2018. Los datos que sostienen la implantación de un cribado para Chlamydia en gestantes recomiendan su realización en la edad comprendida entre 15-25 años o en mujeres con factores de riesgo para la infección (soltera, múltiples parejas sexuales, antecedentes de infección de transmisión sexual, etcétera).
Estimamos según nuestro estudio que la prevalencia en mujeres menores de 25 años es significativamente mayor que la citada en el artículo de Piñeiro et al., por lo que al menos en este grupo de edad, el número de recién nacidos infectados podría ser muy superior al que ha sido calculado por los autores. Si estos datos se confirman, la implantación del cribado durante el embarazo, podría evitar la transmisión vertical a un número importante de recién nacidos y debería ser considerado en otras comunidades autónomas.