Desde la identificación de los primeros casos de dengue autóctono esporádico en áreas no endémicas (Croacia, Italia, Francia y Portugal), existe un riesgo real de que aparezca el primer caso autóctono en España, donde uno de los vectores responsables, Aedes albopictus (A. Albopictus), está establecido1. El vector primario, Aedes aegypti, presente en la isla de Madeira y áreas de los Países Bajos no se ha detectado en España2. El vector secundario, A. albopictus, se ha establecido en zonas españolas con características climatológicas que permiten su reproducción y supervivencia, especialmente en el área mediterránea (fig. 1). Es importante considerar que A. albopictus, además de dengue, es capaz de transmitir otros arbovirus como el virus chikungunya2. Se han comunicado casos autóctonos de Chikungunya en Francia e Italia, y recientemente, en Gandía, Valencia, se notificó el caso de un varón de 60 años sin antecedente de viaje a zona endémica, con un resultado positivo por ELISA (IgM), que no se confirmó posteriormente3.
¿Es posible que con el incremento progresivo de viajeros/inmigrantes que visitan amigos y familiares o los turistas que retornan de áreas endémicas, tengamos virus dengue (DENV) circulando en España? Según los datos epidemiológicos disponibles, el DENV no circula aún en nuestro país1. Sí se han documentado casos importados, aunque posiblemente su incidencia real esté infraestimada1 ya que hasta 2015 no era una enfermedad de declaración obligatoria, y solo uno de cada 4 casos presenta sintomatología. Estas infecciones no reconocidas paucisintomáticas, la presencia del vector A. albopictus y determinados factores antropogénicos, climatológicos y socioculturales podrían influir en la emergencia de casos de dengue autóctono en nuestro país1,2.
El dengue debe ser uno de los principales diagnósticos diferenciales en inmigrantes o viajeros con fiebre procedentes de áreas endémicas, y coincidimos con los autores de la carta en que debemos estar alerta para una detección precoz de casos de dengue autóctono en nuestro país. Por tanto, debería considerarse en la valoración del paciente con síndrome febril y clínica compatible sin antecedente de viaje a zona endémica, siempre que exista el antecedente epidemiológico de residir o haber residido en los 14 días previos en áreas donde existe el vector y se hayan diagnosticado casos recientes de dengue, y tras descartar otras enfermedades. Sin embargo, discrepamos que deba restringirse a pacientes con fiebre prolongada. La fiebre por dengue suele durar entre 2-7 días; los casos de fiebre prolongada suelen ser pacientes con dengue grave que presentan manifestaciones atípicas asociadas, como linfohistiocitosis hemofagocítica o síndrome de activación macrofágica4.
Para disminuir la probabilidad de emergencia de casos autóctonos, las acciones educativas e informativas son esenciales, insistiendo en las medidas de protección, así como en la búsqueda de consejo médico antes de viajar1, y de atención médica a los viajeros o inmigrantes, en caso de que presenten fiebre dentro de los 14 días de su llegada a España desde zonas endémicas.
Asimismo, las medidas que incidan tanto en el control de la población vectorial como en la recogida y confirmación de los casos sospechosos, ayudarán a prevenir la diseminación de esta arbovirosis en nuestra población.