Recién nacida a término sin antecedentes de interés. Parto vaginal eutócico. Nace con llanto espontáneo, por lo que no precisa reanimación, y se realiza contacto precoz. Apgar 10/10. A las 24h de vida presenta un aumento del tamaño de la región cervical anterior y supraclavicular (fig. 1), con crepitación a la palpación, indicativo de enfisema subcutáneo. Asocia taquipnea leve con saturación de oxígeno y resto de las constantes normales.
Se realiza radiografía de tórax (fig. 2), identificando un enfisema subcutáneo con neumomediastino y neumotórax derecho, con el signo de las «alas de ángel» (o signo de «spinnaker sail»), producido por la elevación y la delimitación de los lóbulos tímicos debido a la presencia de aire en el mediastino.
Durante el ingreso la taquipnea mejora de forma progresiva y, a las 36h de vida, queda asintomática. Al alta, a las 96h de vida, presenta una resolución casi total de los signos radiológicos (fig. 3).
El neumomediastino espontáneo en el periodo neonatal es una entidad muy poco frecuente, con una incidencia de en torno al 0,1%, aunque se cree que es una afección infradiagnosticada por la frecuente ausencia de repercusión clínica1. La mayoría de los casos se manejan de manera conservadora, requiriendo oxigenoterapia en escasas ocasiones.
La aparición de enfisema subcutáneo dentro del contexto clínico del neumomediastino es poco habitual, estimándose una incidencia de alrededor del 10% en neonatos2. Sin embargo, en alguna serie con pacientes más mayores, la cifra asciende hasta el 60%3.
Aunque en nuestro caso el neumomediastino apareciese de forma espontánea, debido a su fisiopatología es más frecuente que se asocie a ventilación mecánica, aspiración meconial, neumonía o traumatismos periparto2.