A pesar del perfil de seguridad de la isotretinoína, existen casos de efectos adversos graves poco conocidos, como son la rabdomiólisis y las alteraciones psiquiátricas.
Presentamos el caso de un varón de 16 años, sin antecedentes personales de interés, con un acné nódulo-quístico grave, que tras un control analítico con parámetros dentro de la normalidad inició tratamiento con isotretinoína a dosis de 20mg/día. Tras descartar efectos adversos clínicos o analíticos, aumentamos la dosis a 40mg/día. Durante el tratamiento el paciente presentó dos efectos adversos graves. El primero, que ocurrió 2 meses después de iniciar la dosis de 40mg, fue un intento de autolisis con gas, que los psiquiatras valoraron de gran intencionalidad debido al método utilizado. Además, los familiares del paciente referían que este presentaba un humor más depresivo desde que había iniciado el tratamiento con isotretinoína y por esta razón retiraron el fármaco sin consultar previamente con el médico prescriptor, sospechando ya una posible asociación causal. A raíz del episodio se detectaron unos niveles de creatincinasa (CPK) de 2.157 U/L que se atribuyeron inicialmente al episodio autolítico, ya que el paciente permaneció tumbado en el suelo alrededor de 20 min. En los controles analíticos de las semanas posteriores los niveles de CPK fueron oscilando desde 449 U/L hasta llegar a 7.000 U/L. El paciente no era deportista ni había realizado ejercicio intenso, no refería toma de otros fármacos ni tóxicos y no presentaba dolor muscular ni orinas oscuras. Remitimos al paciente a urgencias para realizar análisis de tóxicos pero el paciente se fue antes de ser atendido. A pesar de tener que descartar otros procesos antes de atribuir la causa a la isotretinoína, la clara relación temporal de ambos procesos con la introducción del fármaco y la descripción de casos similares publicados nos hacen pensar que puedan tratarse de efectos adversos de la isotretinoína. Por ello, y por la gravedad de estos efectos adversos, retiramos la medicación y seguimos vigilando y estudiando al paciente. Asimismo realizamos conjuntamente con el Servicio de Farmacia de nuestro hospital una comunicación al Sistema Español de Farmacovigilancia, notificándose al Centro Autonómico del SEFV-H correspondiente.
La isotretinoína fue introducida en la década de los años ochenta y desde entonces ha revolucionado el manejo del acné vulgar1,2. La mayoría de los pacientes presentan efectos adversos leves y dosis-dependientes, que suelen ser bien tolerados y en la mayoría de casos no obligan a la suspensión del tratamiento, como son la queilitis, el eccema o la astenia3. Existen controversias sobre la asociación de isotretinoína y alteraciones psiquiátricas, sobre todo depresión y riesgo de autolisis4. Estos efectos adversos psiquiátricos están plasmados en la ficha técnica del fármaco y son clasificados como raros (≥1/10.000, <1/1.000) y muy raros (≤1/10.000). Sin embargo, es de vital importancia informar a los pacientes, padres o cuidadores de los posibles efectos adversos psiquiátricos, sobre todo en caso de que existan antecedentes de depresión. Debemos recalcar que delante de un cambio de humor se debe retirar el fármaco y consultar sin demora con el médico prescriptor. Puede que la simple retirada del fármaco no sea suficiente para tratar los síntomas, por lo que deberemos realizar un seguimiento estrecho del paciente o consultar a servicios especializados cuando sea necesario. Menos conocida es su asociación con la elevación de CPK, de la cual existen pocos casos publicados5–11.
En resumen, presentamos un caso de elevación de CPK e intento de autolisis en un paciente en tratamiento con isotretinoína, dos efectos secundarios graves y potencialmente letales. Todavía no existe suficiente evidencia para atribuir directamente estos procesos al fármaco; sin embargo, debemos conocer su posible asociación para detectarlos precozmente y poder actuar en consecuencia.
Igualmente, consideramos importante que estos casos sean comunicados a los servicios de farmacovigilancia.