Sr. Editor:
Los términos dermatofitosis y tinea o tiña sirven para definir la infección de los tejidos queratinizados (piel, pelo y uñas) por un grupo de hongos denominados dermatofitos1,2. No debe confundirse con un cuadro infradiagnosticado llamado dermatofítides o reacción “ide”, que consiste en una erupción cutánea a distancia, no parasitada, producida por una reacción de hipersensibilidad frente a una infección fúngica primaria por dermatofitos3–5.
Presentamos el caso de una paciente afectada de tinea en el pabellón auricular derecho que desarrolló, durante la infección, dermatofítides en ambas mejillas que simulaban un síndrome de Gianotti-Crosti. Es importante conocer esta entidad para evitar tratamientos innecesarios, y para diferenciarla de otras dermatosis como dermatitis atópica, urticaria, sobreinfección bacteriana, dermatitis de contacto, diseminación de la infección micótica y muchas otras enfermedades cutáneas a las que puede imitar5.
Niña de 3 años de edad sin antecedentes personales de interés es remitida por su pediatra para estudio de una lesión pruriginosa en la oreja derecha de 1 mes de evolución, tratada con emolientes 2 veces al día sin mejoría. En la última semana se asoció una erupción cutánea algo pruriginosa que afectaba a ambas mejillas.
En la exploración física se observaron placas circinadas eritemato-descamativas localizadas en pabellón auricular izquierdo, párpado superior del ojo izquierdo y dorso de tercer dedo de mano derecha; también se apreciaron múltiples pápulas eritematosas dispuestas en ambas mejillas (fig. 1). El resto de la exploración cutánea y de los anejos cutáneos fue compatible con la normalidad.
Se recogieron escamas de la oreja derecha, el examen en fresco con tinción de calcoflúor mostró escasas hifas y en el cultivo se aisló Trichophyton mentagrophytes. Tanto el examen en fresco como el cultivo de la muestra de mejilla derecha resultaron negativos.
Al reinterrogar a los padres sobre el posible contacto de la niña con animales, recordaron que un familiar cercano propietario de una granja de conejos había sido tratado un mes antes por tinea corporis. Se estableció el diagnóstico de tinea faciei en la oreja derecha y párpado superior de ojo izquierdo, y tinea corporis en el dorso del tercer dedo de la mano derecha con dermatofítides en mejillas similares a un síndrome de Gianotti-Crosti. Se pautó una aplicación diaria con flutrimazol al 1 % en crema y ducha diaria con sertaconazol en gel. Remitieron todas las lesiones cutáneas en menos de 1 mes.
Las dermatofítides requieren tres criterios para su diagnóstico: a) infección por dermatofitos confirmada, generalmente una forma inflamatoria; b) erupción a distancia de elementos no infecciosos, es decir, a diferencia de la lesión primaria, el examen directo y el cultivo son negativos, y c) desaparición espontánea de las dermatofítides tras la curación de la lesión fúngica primaria. Además, las pruebas cutáneas son positivas a la tricofitina (cultivo preparado a partir de cultivos de dermatofitos). Por lo general, esta prueba raras veces se realiza en la práctica cotidiana3,4.
Se observa en menos del 5 % de los pacientes con dermatofitosis. Sucede con mayor frecuencia en el curso de infecciones muy inflamatorias como querion de Celso, causado por Trichophyton verrucosum o tinea pedis ampollosa, causada sobre todo por la variante zoofílica de Trichophyton mentagrophytes o Epidermophyton floccosum, que suelen presentar cuadros más inflamatorios que Trichophyton rubrum4,5. Estas lesiones se pueden presentar ya al inicio de la infección o poco después. En ocasiones, las lesiones a distancia se desencadenan con el inicio de un tratamiento efectivo para la dermatofitosis, lo que no debe interpretarse como una reacción medicamentosa adversa ni debe suspenderse el tratamiento4.
La clínica es muy variada, puede aparecer de forma localizada o generalizada6,7: a) dermatofítides liquenoides, pápulas foliculares de pequeño tamaño, acuminadas que se agrupan de forma simétrica en el tronco, zona lateral del cuello y, con menor frecuencia, en la cara; a menudo, coexisten con un querion de Celso5; b) dermatofítides dishidrosiformes, vesículas en caras laterales de dedos y palma de manos, muchas veces asociadas a tinea pedis muy inflamatoria4,5,8, y c) otros patrones reactivos, mucho más raros y de dudoso significado, son eritema nudoso, reacción de tipo erisipela (especialmente en la región pretibial acompañado una tinea pedis interdigital), eritema anular centrífugo, eritema exudativo multiforme, lesiones eczematosas que simulan pitiriasis rosada u otitis crónica externa9, psoriasis6, eritrodermia o urticaria10. Es importante el diagnóstico diferencial de una dermatofítide con cuadros cutáneos similares originados por una infección bacteriana.
Aunque el mecanismo preciso se desconoce, estas reacciones se asocian con una respuesta de hipersensibilidad retardada a la prueba de tricofitina.
Si la reacción “ide” es muy intensa (diseminada o gran inflamación) puede requerir el uso de corticoides tópicos o sistémicos para minimizar los síntomas.