Sr. Editor:
La dificultad respiratoria del recién nacido es uno de los motivos de ingreso más frecuente en las unidades neonatales. En el diagnóstico diferencial hemos de incluir patología del aparato respiratorio (enfermedad de membrana hialina, taquipnea transitoria del recién nacido, síndrome de aspiración meconial, aire ectópico y otras causas menos frecuentes como obstrucción de la vía aérea), así como patología a nivel extrarrespiratorio (cardiopatías, trastornos metabólicos, anemia, hipovolemia, hipotermia, sepsis, afectación neurológica, etc.).
Presentamos el caso de un recién nacido a término que ingresa por dificultad respiratoria a las 16h de vida. Antecedentes obstétricos: madre de 34 años, secundigesta, secundípara sin antecedentes de interés, con embarazo controlado de 40 semanas de duración. Tras amniorrexis que dio salida a líquido claro, nace mediante parto espontáneo un niño de 2.724g de peso (P10-25) y test de Apgar de 9, 10 y 10 a los 1, 5 y 10min, respectivamente. A la exploración física se encuentra polipneico con tiraje subcostal e intercostal y aleteo nasal. Buen murmullo vesicular bilateral con ruidos transmitidos de vías altas. Postura en hiperextensión cervical. Coanas permeables. Resto de la exploración, sin hallazgos patológicos. Pruebas complementarias: se solicitaron radiografía de tórax, hemograma, bioquímica y proteína C reactiva, que fueron normales en varios controles. La gasometría mostró una acidosis respiratoria al ingreso, que se corrigió en el siguiente control al segundo día de vida. Debido a la marcada hiperextensión cervical que mantenía el recién nacido y con la sospecha de obstrucción de la vía aérea se realizó una tomografía computarizada de cráneo (fig. 1) y, posteriormente, una resonancia magnética (fig. 2) donde se aprecia la existencia de una masa quística y lobulada de baja densidad bilateral, más marcada en el lado izquierdo, desde el canto interno de la órbita hasta la región inferior de la fosa nasal. No se apreciaron anomalías en las coanas ni estenosis en la apertura piriforme. Estos hallazgos son compatibles con un dacriocistocele bilateral congénito con mucocele de extensión intranasal. Se realiza una valoración conjunta por otorrinolaringología y oftalmología indica la intervención quirúrgica vía nasal, la cual es aplazada dado que a las 96h de vida mejora la función respiratoria y se remiten los signos de dificultad respiratoria espontáneamente al sexto día de vida. Tras dos semanas de vida presenta tumefacción violácea bilateral en canto interno ocular con epífora y secreción mucosa.
El dacriocistocele congénito es una malformación que consiste en una obstrucción del sistema excretor lacrimal1, principalmente en la válvula de Hassner (en el ostium nasolacrimal) o en la de Rosenmüller (entre el conducto común y el saco lacrimal), y una acumulación de secreción mucosa a dicho nivel con su consecuente dilatación. La mayoría de los casos son asintomáticos, y presentan sólo el 2–6 %2 síntomas de gravedad. Debido a la acumulación de secreciones mucosas puede formarse un mucocele de extensión intranasal que puede causar dificultad respiratoria y/o para la alimentación, o bien en el saco lacrimal, que se manifiesta con tumefacción violácea, epífora y secreción mucosa; ésta es la forma más frecuente. Debe hacerse un diagnóstico diferencial con atresia de coanas, dacriocistitis o masa nasal (encefalocele, gliomas, hemangiomas)3 como causas de obstrucción de la vía aérea superior. El tratamiento cuando asocia mucocele intranasal y es sintomático consiste en su extirpación mediante abordaje endoscópico nasal4,5.La adquisición de la respiración bucal6 de los neonatos puede hacer mejorar la sintomatología y demorar la intervención, como ocurrió en nuestro caso.