La alfa-1 antitripsina (AAT) es una proteína cuya principal función es la inactivación de la elastasa neutrofílica. El gen que codifica la AAT se transmite por herencia mendeliana simple, de manera autosómica codominante mediante 2 alelos, uno de cada progenitor. El alelo normal se denomina PiM. Los alelos deficientes más frecuentes son PiS y PiZ que codifican proteínas anormales, que polimerizan en el hígado, de modo que el 80-90% de las moléculas de AAT-Z y el 40-50% de las AAT-S son retenidas dentro del hepatocito agrupadas en polímeros. Las principales manifestaciones clínicas del déficit grave de AAT (asociado a los genotipos PI*ZZ y PI*SZ, principalmente) son la hepatopatía, debido a la toxicidad de los polímeros y el enfisema pulmonar en la edad adulta, especialmente en fumadores, por la baja concentración de proteína.
La frecuencia génica de 104/1.000 individuos para la mutación PiS y de 17/1.000 individuos para la PiZ, indica que deben existir unos 12.000 individuos PiZZ y unos 145.000 PiSZ en España1. Sin embargo, solo una minoría, inferior al 5% de los casos, desarrolla hepatopatía grave y, aproximadamente, el 60% de los fumadores adultos sufre EPOC.
El Registro Español de Pacientes con déficit de AAT (REDAAT) se fundó en los años noventa para recoger inicialmente información sobre los adultos con enfermedad pulmonar y los individuos detectados por cribado familiar y, posteriormente, también niños. Los datos se recogen por una red de más de 120 médicos a través de la web http://www.redaat.es2,3.
A continuación describimos la primera serie de pacientes infantiles con DAAT publicada en nuestro país, constituida por los casos registrados en el REDAAT.
De un total de 511 individuos incluidos en el REDAAT hasta el 1 de enero de 2014, los menores de 18 años sumaban 42 (8,3%) casos. Predominaban los varones 25 (59,5%). La distribución por fenotipos era la siguiente: 32 (76,2%) Pi*ZZ; 7 (16,7%) PiSZ y 3 (7%) portadores de variantes raras. La edad media de diagnóstico fue de 7,3 años (DE: 6,2). El 33,3% de los niños se encontraba asintomático y un 45% presentaba algún tipo de síntoma respiratorio. La edad media de inicio de los síntomas fue de 8,7 años (DE: 7).
La enfermedad hepática fue el motivo para la determinación del DAAT en el 47,6% de los casos, seguida por el cribado familiar que supuso el 28,6%. La sintomatología más frecuente fue tos productiva (16,7%), seguida de crisis de disnea (11,9%) y disnea de esfuerzo (9,5%) (tabla 1). No se dispone de información detallada sobre función hepática ni sintomatología digestiva, pero en los casos detectados por hepatopatía, la hipertransaminasemia leve fue el principal hallazgo. En cuanto a la evolución, un único paciente precisó trasplante hepático.
Motivo para la determinación de la AAT y sintomatología respiratoria de los pacientes pediátricos incluidos en el REDAAT
Motivo | Síntoma principal |
---|---|
Enfermedad hepática 20 (48,8) | Asintomático 14 (33,3) |
Cribado familiar 12 (29,3) | No consta 9 (21,4) |
Enfermedad pulmonar 6 (14,6) | Tos productiva 7 (16,7) |
Otros 2 (4,9) | Crisis de disnea 5 (11,9) |
Otra enfermedad 1 (2,4) | Disnea de esfuerzo 4 (9,5) |
No consta 1 (2,4) | Tos 3 (9,1) |
Datos expresados como n (%)
AAT: alfa-1 antitripsina; REDAAT: Registro Español de Pacientes con Déficit de alfa-1 antitripsina.
La población infantil representa un subgrupo especial dentro del registro, ya que inicialmente se restringía a adultos. El principal motivo de determinación de la AAT fue la enfermedad hepática seguido del cribado familiar. Hay un elevado número de niños con síntomas respiratorios que no se pueden considerar como secundarios al DAAT, ya que no son específicos de la afectación pulmonar por el déficit, y se conoce que la incidencia de problemas respiratorios en los niños Pi*ZZ es similar a de la población general4.
El interés en incluir a estos pacientes en el registro y, especialmente, en recoger información a largo plazo, radica en poder estudiar en el futuro el impacto del diagnóstico precoz en la evolución clínica de los afectados, conocer la historia natural de la enfermedad pulmonar asociada al déficit desde su inicio, e incrementar el interés de los pediatras en la detección de los niños con déficit grave de AAT.
Su detección permite asesorar a las familias sobre el riesgo de transmitir los alelos deficientes a sus descendientes pero a la vez, concienciar en hábitos de vida saludables debido a que se conoce que los individuos no fumadores tienen una esperanza de vida similar a la población general, mientras que los expuestos al humo del tabaco tienen un elevado riesgo de desarrollar enfisema, con un gran impacto en la calidad de vida y también en la supervivencia. También, trabajos anteriores han constatado que la incorporación al consumo de tabaco en los adolescentes con DAAT fue inferior a la población general y tras 20 años de seguimiento la función pulmonar se mantuvo normal5. Además, el diagnóstico en la infancia permite ampliar el calendario vacunal (vacuna antigripal), y el tratamiento precoz de las infecciones y alergias para minimizar el daño pulmonar futuro.