La Kingella kingae es un cocobacilo gramnegativo colonizador del tracto respiratorio superior. La tasa de colonización en la orofaringe en niños sanos según un estudio es del 17,5%1–3. Se asocia a artritis séptica, osteomielitis, espondilodiscitis, endocarditis, bacteriemias y, menos frecuentemente, infecciones del tracto respiratorio inferior y meningitis. Las publicaciones sobre bacteriemia aislada son infrecuentes y en la mayoría de ellas existe historia reciente de estomatitis, sintomatología respiratoria o gastrointestinal3–5. Se presentan 2 casos de bacteriemia aislada por K. kingae sin complicaciones.
Caso 1. Lactante de 8 meses con fiebre de 4 días asociado a aftas en la orofaringe. Presentaba buen estado general sin otras anomalías exploratorias. Se realizó un hemocultivo y un hemograma, donde se apreciaban 12.700 leucocitos, con el 59% de neutrófilos, el 31% de linfocitos y el 9% de monocitos, y una proteína C reactiva de 2,7mg/dl. Se orientó como infección vírica y se pautó tratamiento sintomático. A las 48h se aisló en el hemocultivo un bacilo gramnegativo. Se citó a consulta, que coincidió con dolor en el pie izquierdo en las 6h previas. En la exploración no presentaba limitación articular ni signos inflamatorios, pero sí marcha dificultosa con mal apoyo de la extremidad, por lo que se instauró tratamiento antiinflamatorio; la sintomatología duró una semana. A las 3 semanas se identificó el bacilo gramnegativo como K. kingae. Pese a la ausencia de manifestaciones clínicas, se realizó radiografía de las extremidades inferiores, sin que mostrara alteraciones significativas. El buen estado clínico y exploratorio motivó la abstención terapéutica.
Caso 2. Niña de 16 meses que consultó por deposiciones diarreicas y vómitos de 4 días de evolución asociadas a síndrome febril en las últimas 12h. En la exploración presentaba regular estado general sin que se apreciaran otras anomalías. La función renal, el hemograma y la gasometría fueron normales, con un sodio de 133,7mmol/l. Se instauró sueroterapia y hubo una posterior tolerancia de la alimentación oral y una mejoría de la consistencia de las deposiciones. El hemocultivo realizado al ingreso se informó como K. kingae, cuando el paciente estaba libre de toda manifestación clínica.
La identificación, en ambos casos, se realizó por tinción de Gram y se observó la morfología de la colonia y sus características bioquímicas (catalasa-nitrito negativo y oxidasa positiva). Las pruebas adicionales para completar su identificación se realizaron con API NH bioMerieux® y la identificación definitiva por secuenciación.
La K. kingae es un cocobacilo gramnegativo, aerobio, nutricionalmente exigente y de crecimiento lento. El 90% de los pacientes con infección invasiva fueron menores de 5 años, y alrededor del 60% ocurrió por debajo de los 2 años de edad3,4. El pico de incidencia se encuentra entre otoño e invierno y coincide con la mayor tasa de infecciones respiratorias4. Estudios epidemiológicos revelan que este microorganismo coloniza el tracto respiratorio de niños sanos entre los 6 y los 42 meses de edad2.
Los síntomas de infección respiratoria alta (43,8%), la estomatitis (16,4%) y las diarreas (13,7%)3 aparecen como sintomatología asociada, como en nuestros casos. Asimismo, la estomatitis puede estar asociada al riesgo de desarrollar bacteriemia o infección localizada, como ocurrió en el primer caso, al debilitarse la mucosa oral íntegra y penetrar la bacteria a la circulación sistémica5. En una publicación reciente, Kehl-Fie y St. Geme demostraron la presencia de una toxina RTX (del inglés Repeat in toxin) (pili tipo iv), que podría estar relacionada con la fisiopatología de la infección al promover la colonización en el tracto respiratorio, la penetración de la bacteria en el torrente sanguíneo, la evasión de la inmunidad celular y el daño a nivel articular6,7.
Sus características microbiológicas favorecen la escasa identificación. El requerimiento de varios días para su crecimiento en medios de cultivo sólidos, su escasa resistencia a las condiciones ambientales adversas, la baja concentración en focos de infección junto con la tendencia a la decoloración o la posibilidad de confundirse con otras bacterias del género Neiseeriaceace8 son factores condicionantes de la escasa descripción de casos. Por esto, el empleo de hemocultivo por sistema BACTEC®4,8 o el uso de la reacción en cadena de la polimerasa4,9 han permitido una mayor detección en comparación al cultivo.
Habitualmente tiene un curso benigno, como se corrobora en los casos descritos y también en el caso de infecciones localizadas invasivas con respuesta correcta al tratamiento con betalactámicos1,4,10.