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Vol. 88. Núm. 3.
Páginas 150-159 (marzo 2018)
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Vol. 88. Núm. 3.
Páginas 150-159 (marzo 2018)
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Análisis del maltrato prenatal en Cataluña entre los años 2011 y 2014
Analysis of prenatal abuse in catalonia between the years 2011 and 2014
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19236
Jordi Garcia Garciaa,b, Elena Campistol Masb, María Ángeles López-Vilcheza,b,
Autor para correspondencia
93488@parcdesalutmar.cat

Autor para correspondencia.
, María José Morcillo Buscatoc, Antonio Mur Sierraa,b
a Servicio de Pediatría, Hospital del Mar, España
b Universitat Autònoma de Barcelona, Hospital del Mar, Barcelona, España
c Direcció General d’Atenció a la Infància i l’Adolescència (DGAIA), Barcelona, España
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An Pediatr (Barc). 2018;89:320-110.1016/j.anpedi.2018.03.016
Sebastián Tornero Patricio, Liliana Charris-Castro, Laura Rey Granados
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Tablas (8)
Tabla 1. Resultados bloque materno [n, (%)]
Tabla 2. Tóxicos consumidos
Tabla 3. Resultados bloque perinatal en global y según consumo materno de drogas [n y (%)]
Tabla 4. Resultados bloque intervención social [n y (%)]
Tabla 5. Medidas al nacer (%) respecto a diferentes variables según estudio bivariante
Tabla 6. Comparación entre destino inicial y destino actual [n y (%)]
Tabla 7. Somatometría de los recién nacidos de madres consumidoras de tóxicos en comparación con las no consumidoras
Tabla 8. Edad gestacional según el consumo materno de tóxicos [n y (%)]
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Resumen
Introducción

El maltrato prenatal es aquel acto intencionado o negligente que causa un efecto nocivo al feto. Es un tipo de maltrato difícil de diagnosticar y manejar. Algunos indicadores de sospecha son la ausencia de control gestacional, el consumo materno de tóxicos o la problemática social del entorno materno.

Objetivo

Analizar los casos de maltrato prenatal registrados en Cataluña entre 2011 y 2014 para identificar el perfil de riesgo.

Métodos

Estudio descriptivo de corte transversal de una muestra de 222 casos de maltrato prenatal registrados en Cataluña entre 2011 y 2014.

Resultados

La edad media materna fue de 28,11 años. El 63% de los casos eran de nacionalidad española, un 76% estaba sin trabajo, el 60% no había seguido un correcto control gestacional, un 76% tenía interrupciones de embarazo previas, un 20% manifestaba haber sido maltratada por la pareja. Fueron frecuente los antecedentes de problemática social (76% intervención social; 30,5% retenciones de hijos previos; 13% tutela de la madre por la administración; 7% privación de libertad), con tasas elevadas de infección por enfermedades de transmisión vertical (VIH 4,95%, VHC 9%, coinfección VIH+VHC 1,8%), el 73% manifestó consumo de tóxicos (por orden de frecuencia cannabis, cocaína y heroína). En los neonatos, destacó el alto índice de prematuridad (26,3%) y el diagnóstico de síndrome de abstinencia en 34 casos. En el 51,6% el hijo está en la actualidad con su madre.

Conclusiones

En nuestra población de referencia con diagnóstico de maltrato prenatal destacan unos índices elevados de consumo materno de tóxicos, infección por VIH-VHC, desempleo, antecedentes de intervención social previa y mal control gestacional.

Palabras clave:
Maltrato prenatal
Maltrato fetal
Drogas y embarazo
Problemática social
Comportamiento materno
Indicadores de riesgo
Abstract
Introduction

Foetal abuse is that intentional or negligent act that causes a harmful effect to the foetus. It is a type of abuse difficult to diagnose and handle. Some indicators of suspicion are the absence of gestational control, the maternal consumption of toxic substances, or the problematic maternal social environment.

Objective

To analyse the cases of foetal abuse registered in Catalonia between 2011 and 2014 to identify the risk profile.

Methods

A cross-sectional descriptive study was conducted on a sample of 222 cases of prenatal abuse registered in Catalonia between 2011 and 2014.

Results

The mean maternal age was 28.11 years, with 63% of Spanish nationality, 76% were unemployed, 60% had not followed correct gestational control, 76% had previous pregnancy interruptions, 20% reported to have been mistreated by the partner, had history of social problems (76% social intervention, 30.5% previous child retention, 13% custody of the mother by the administration, 7% deprivation of liberty), with high rates of mother-to-child transmission of infection (HIV 4.95%, HCV 9%, HIV+HCV co-infection 1.8%), and 73% reported toxic use (in order of frequency, cannabis, cocaine and heroin). In newborns, the rate of prematurity (26.3%) is highlighted, as well as the diagnosis of withdrawal syndrome in 34 cases. Just over half (51.6%) of the infants are currently with their mother.

Conclusions

In our reference population with a diagnosis of prenatal abuse, there are high rates of maternal toxic consumption, HIV-HCV infection, unemployment, history of previous social intervention, and poor gestational control.

Keywords:
Prenatal abuse
Foetal abuse
Illicit drugs and pregnancy
Social problems
Maternal behaviour
Risk indicators
Texto completo
Introducción

Se entiende por maltrato prenatal cuando la gestante «no cuida el propio cuerpo, consciente o inconscientemente, ingiere drogas o sustancias psicotrópicas o recibe maltrato físico por otra persona»1,2. Este concepto es todavía poco conocido, a pesar de estar legislado en Cataluña desde el 2010 (Ley 14/2010 del 27 de mayo)3, cuando se reconocieron los derechos del niño antes de nacer y se otorgó al feto un valor que nunca antes se había contemplado.

En ocasiones resulta difícil su detección, por lo que son útiles los indicadores de riesgo, entre ellos, la falta de control médico del embarazo, el consumo de drogas, alcohol o psicofármacos sin prescripción facultativa, el rechazo del embarazo o la indiferencia emocional ante este, el tener hijos previos tutelados por la administración, la presencia de psicopatía o enfermedades no tratadas que pueden causar malformaciones o infecciones congénitas al feto, el maltrato físico de la madre, la participación en actos delictivos, el ejercicio de la prostitución o la negligencia en el cuidado del propio cuerpo en términos de salud, alimentación e higiene. Posnatalmente, un recién nacido con clínica sugestiva de síndrome de abstinencia a drogas (SAD) debería alertarnos de un posible maltrato prenatal2,4.

Las consecuencias del maltrato prenatal pueden ser muy graves y afectar al correcto desarrollo posterior del individuo. Son conocidos los posibles efectos perjudiciales sobre el feto del consumo de drogas durante la gestación, como las alteraciones en los patrones de proliferación, diferenciación y migración neuronal, la prematuridad, el menor peso, longitud y perímetro craneal, el SAD, con especial incidencia en el consumo de opiáceos y, más adelante, la aparición de retrasos psicomotores o trastornos del comportamiento. Además, el maltrato prenatal es un factor de riesgo de maltrato infantil posterior5,6.

El embarazo brinda la oportunidad de detectar situaciones de riesgo de maltrato prenatal por el mayor contacto con personal sanitario (comadronas, obstetras, enfermeras). También desde servicios sociales, psiquiatras o personal de los centros de atención y seguimiento de las drogodependencias, se debe valorar cualquier situación de riesgo ante una mujer embarazada. La detección precoz de indicadores de riesgo permite informar a la gestante del posible efecto dañino sobre el feto, reconducir la situación o poner en marcha el circuito establecido para proteger al feto/recién nacido.

El objetivo de este trabajo es analizar los casos de maltrato prenatal registrados en Cataluña entre los años 2011 y 2014 para identificar el perfil de riesgo de la población de nuestro ámbito de influencia y sus repercusiones sociales.

Material y métodos

Estudio descriptivo de corte transversal de 222 casos de maltrato prenatal declarados a la Dirección General de Atención a la Infancia y Adolescencia (DGAIA) en Cataluña entre los años 2011 y 2014. Se seleccionaron los datos de interés de los documentos electrónicos de cada sujeto registrados en el «Sistema de información de infancia y adolescencia»: informes médicos con datos clínicos y analíticos, e informes sociales basados en entrevistas a los padres y familiares, junto con la resolución social. Los casos se codificaron para mantener el anonimato de cada sujeto.

Las variables se estructuraron en 3bloques: materno, perinatal y de intervención social.

Variables del bloque materno: edad, nacionalidad, ocupación, número de hijos previos, control gestacional (considerando correcto un mínimo de 5 visitas; <5 poco controlado; y ninguna visita, no controlado)7, deseo de embarazo, interrupciones del embarazo previas, deseo de interrupción en la gestación actual, apoyo de la pareja, apoyo familiar, violencia de género durante el embarazo (manifestada por la mujer), retención de hijos previos, intervención social previa, enfermedades infecciosas (se consideran VIH, VHC y sífilis), enfermedades mentales (agrupadas según los criterios del DSM-IV)8, consumo de tóxicos durante la gestación (manifestado por la gestante), antecedentes de madre tutelada por la DGAIA y antecedentes de privación de libertad (en prisión o centro educativo de justicia juvenil, antes, durante y después de la gestación).

Variables del bloque perinatal: tipo de parto (eutócico/distócico), edad gestacional (pretérmino extremo<32 semanas; pretérmino moderado de 320 a 366 semanas; a término de 370 a 420 semanas; postérmino >420 semanas), peso, longitud y perímetro craneal al nacimiento, puntuación Apgar al minuto y a los 5 min, así como las incidencias perinatales durante el ingreso.

Variables del bloque de intervención social: quién había detectado el caso, qué medida se tomó al nacimiento (contención en núcleo familiar con la madre, acogida en familia extensa, acogida en familia de urgencia o acogida en institución), si esta se tomó antes o después del nacimiento y, por último, cuál es la situación administrativa del niño en la actualidad (madre, familia extensa, familia de acogida/adoptiva, familia de urgencia o institución) y cuándo se tomó esta decisión.

El análisis estadístico se ha realizado con el programa SPSS para Windows (versión 22). Las variables categóricas se presentan con su frecuencia absoluta y porcentaje correspondiente. Las comparaciones entre variables cualitativas o categóricas se han efectuado mediante la prueba de chi-cuadrado de Pearson o la exacta de Fisher en función de los criterios de aplicabilidad. Para las variables cuantitativas se ha utilizado la prueba de U de Mann-Whitney, en el caso de no cumplir las variables los criterios de normalidad. Se han considerado estadísticamente significativos los resultados con una p<0,05.

El estudio fue aprobado por el Comité de Investigación-Ética de la institución.

ResultadosBloque materno (tabla 1)

La edad media de las madres fue de 28,11 años, con un rango entre 14 y 47 años,; destacamos 36 casos de menores de 20 años. Predominaron las mujeres de nacionalidad española y solo en el 40% de los casos siguieron un control correcto de la gestación. La mayoría manifestaron que en algún momento de la gestación no deseaban el embarazo. Aproximadamente en la mitad de los casos la gestante no tenía apoyo del padre/pareja. Además, una de cada 5mujeres manifestó haber sido maltratada por su pareja. Hasta un 30,5% de las madres con hijos previos tenía al menos un hijo tutelado por la DGAIA, en el pasado o en el momento del estudio. El 14% (30 casos) tenía alguna enfermedad infecciosa transmisible durante la gestación: en total se contabilizaron 20 casos de VHC (9%), 11 de VIH (4,95%), de ellos 4 en coinfección VIH-VHC (1,8%) y 5 de sífilis (2,25%). De los 158 casos afectados de algún tipo de enfermedad mental, el trastorno por consumo de tóxicos fue el más observado (127 casos en total, en 51 de ellos asociado a otro trastorno psiquiátrico), seguido del trastorno de personalidad (41 casos), esquizofrenia o trastorno psicótico inespecífico (19 casos), trastorno ansioso-depresivo (17 casos) y retraso mental (14 casos), entre otros. Un 73% de las madres reconocieron un consumo activo de drogas durante el embarazo, ya fuera de forma esporádica o regular. Las drogas más consumidas fueron el cannabis y la cocaína, seguidas de la heroína (tabla 2). Un 13% de las madres habían sido tuteladas por la DGAIA cuando eran menores de edad. En 16 casos había antecedentes de privación de libertad, 7 de ellos durante la gestación (6 en centro penitenciario y uno en centro juvenil de justicia).

Tabla 1.

Resultados bloque materno [n, (%)]

Edad materna
≤15 años:  (2,25) 
16-20 años:  31  (13,96) 
21-25 años:  48  (21,62) 
26-30 años:  52  (23,42) 
31-35 años:  51  (22,97) 
36-40 años:  28  (12,61) 
>40 años:  (3,15) 
Nacionalidad
Española  139  −0,63 
No española  83  −0,37 
Ocupación
Sin trabajo  169  −0,76 
Con trabajo  53  −0,24 
Número de hijos previos
91  (40,99) 
62  (27,93) 
31  (13,96) 
≥3  38  (17,12) 
Control gestacional
No controlado  89  (40,09) 
Poco controlado  44  (19,82) 
Correcto  89  (40,09) 
Embarazo deseado
Sí  56  (25,23) 
No  166  (74,77) 
Interrupciones de embarazo previas
Sí  53  (23,87) 
No  169  (76,13) 
Deseo de interrumpir la gestación actual
Sí  28  (12,61) 
No  194  (87,39) 
Apoyo de la pareja
Sí  113  (50,90) 
No  109  (49,10) 
Apoyo familiar
Sí  131  (59,01) 
No  91  (40,99) 
Violencia de género durante embarazo
Sí  45  (20,27) 
No  177  (79,73) 
Retención de hijos previos
Sí  40  (30,5) 
No  91  (69,5) 
Intervención social previa
Sí  169  (76,13) 
No  53  (23,87) 
Enfermedades infecciosas
VHC  14  (6,30) 
VIH  (3,15) 
VIH+VHC  (1,80) 
Lúes  (1,35) 
Lúes+VHC  (0,90) 
Enfermedades mentales
Sí  158  (71,17) 
No  64  (28,83) 
Consumo de tóxicos
Sí  162  −0,73 
No  60  −0,27 
Madre tutelada por DGAIA
Sí  29  (13,06) 
No  193  (86,94) 
Privación de libertad
Sí 16  −0,07  −7 
No  206  −0,93 

DGAIA: Dirección General de Atención a la Infancia y Adolescencia; VHC: virus de la hepatitis C; VIH: virus de la inmunodeficiencia humana.

Tabla 2.

Tóxicos consumidos

Tóxico  Número de casos y (%) entre las 162 consumidoras  % de consumo entre las 222 madres 
Cannabis  90 (55,5)  40,5 
Cocaína  87 (53,7)  39,1 
Heroína  38 (23,4)  17,1 
Alcohol  34 (20,9)  15,3 
Metadona  30 (18,5)  13,5 
Benzodiacepinas  19 (11,7)  8,5 
Anfetaminas  15 (9,2)  6,7 
Shabú  2 (1,2)  0,9 
Combinaciones más frecuentes:
1 tóxico  72 (44,4)  32,4 
2 tóxicos  49 (30,2)  22 
3 tóxicos  27 (16,6)  12,1 
≥ 4 tóxicos  14 (8,6)  6,3 
Cannabis (solo)  45 (27,7)  20,7 
Cannabis y cocaína  19 (11,7)  8,5 
Cocaína  19 (11,7)  8,5 
Cocaína y alcohol  9 (5,5) 
Cocaína, heroína y metadona  8 (4,9)  3,6 
Alcohol  6 (3,7)  2,7 
Heroína y metadona  6 (3,7)  2,7 
Cannabis y alcohol  3 (1,8)  1,3 
Cocaína, cannabis y alcohol  3 (1,8)  1,3 
Otras  44 (27,1)  19,8 
Bloque perinatal (tabla 3)

Destaca que el 26,3% fueron prematuros (22,1% pretérmino moderado y 4,2% pretérmino extremo). La media de peso al nacer fue de 2.776,97 g, con un 28,5% de neonatos por debajo de los 2.500 g.

Tabla 3.

Resultados bloque perinatal en global y según consumo materno de drogas [n y (%)]

  No consume  Consume  Total 
Tipo de parto
Sin datos  13  18 
Eutócico  37 (67,3)  95 (63,7)  132 (64,7) 
Distócico  18 (32,7)  54 (36,3)  72 (35,2) 
Cesárea  12 (21,8)  36 (24,1)  48 (23,5) 
Vacuum  3 (5,4)  7 (4,7)  10 (4,9) 
Espátulas  2 (3,6)  6 (4)  8 (3,9) 
Fórceps  1 (1,8)  5 (3,3)  6 (2,9) 
Edad gestacional
Sin datos  23  32 
Postérmino 
A término  40 (78,4)  100 (71,9)  140 (73,7) 
Pretérmino  11 (21,6)  39 (28)  50 (26,3) 
Moderado  6 (11,8)  36 (25,9)  42 (22,1) 
Extremo  5 (9,8)  3 (2,2)  8 (4,2) 
Somatometría neonatal
Sin datos  23  29 
Peso medio (g)  2.995,74  2.691,99  2.776,98 
≥2.50046 (85,2)  92 (66,2)  138 (71,5) 
< 2.5008 (14,8)  47 (33,8)  55 (28,5) 
1.500-2.5006 (11,1)  45 (32,4)  51 (26,5) 
< 1.5002 (3,7)  2 (1,4)  4 (2) 
Longitud media (cm)  47,66  46,38  46,74 
Perímetro craneal medio (cm)  33,41  32,54  32,78 
Puntuación de Apgar
Sin datos  11  29  40 
Al minuto ≤8  9 (18,4)  23 (17,3)  32 (17,6) 
>8  40 (81,6)  110 (82,7)  150 (82,4) 
A los 5 min ≤8  3 (6,1)  7 (5,3)  10 (5,5) 
>8  46 (93,9)  126 (94,7)  172 (94,5) 

La incidencia perinatal más observada fue la presencia de tóxicos positivos en orina (133 casos en orina materna y del neonato y 14 casos solo detectados en orina materna). Respecto al consumo de tóxicos, se diagnosticaron 34 recién nacidos con SAD.

Bloque de intervención social (tabla 4)

Casi la mitad de los casos fueron detectados por neonatólogos (45,4%). En el 53,4% el destino inicial no fue con su madre (familia de urgencia, familia extensa o centro de acogida), mientras el 48,4% sigue sin estar con su madre en el momento del análisis.

Tabla 4.

Resultados bloque intervención social [n y (%)]

Detección del caso
Neonatólogo  101 (45,4) 
Obstetra  57 (25,6) 
Hijos previos retenidos  22 (10) 
Servicio de inserción social  17 (7,6) 
DGAIA por larga historia  11 (4,9) 
Psiquiatra/CAS  6 (2,7) 
Familia/amigos  4 (1,8) 
Prisión  2 (0,9) 
Equipo de atención a la mujer  1 (0,45) 
Policía (Mossos d’esquadra)  1 (0,45) 
Destino inicial
Sin datos 
Madre  103 (46,6) 
Familia de urgencia  51 (23,1) 
Familia extensa  35 (15,8) 
CRAE/CAUI  32 (14,5) 
Decisión sobre el destino inicial previa al nacimiento
  70 (31,5) 
No  152 (68,5) 
Destino actual
Sin datos 
Madre  114 (51,6) 
Familia adopción/acogida  63 (28,5) 
Familia extensa  38 (17,2) 
CRAE/CAUI  2 (0,9) 
Familia de urgencia  2 (0,9) 
Fuga  2 (0,9) 
Edad a la que cambia el destino
Sin datos 
Sin cambio  122 (55,7) 
Cambio  97 (44,3) 
Antes de los 12 meses  50 (51,54) 
Entre los 12 y los 24 meses  34 (35,05) 
Después de los 24 meses  13 (13,40) 

CAS: Centro de Atención y Seguimiento a Drogodependencias; CAUI: Centro de Acogida y Urgencia Infantil; CRAE: Centro Residencial de Acción Educativa; DGAIA: Dirección General de Atención a la Infancia y Adolescencia.

En el análisis bivariante de las intervenciones sociales (tabla 5), se observa que la nacionalidad, el control gestacional, la retención de hijos previos, el deseo de embarazo, la presencia de SAD neonatal, el consumo materno de tóxicos y el tipo de droga consumida, la presencia de esquizofrenia en la madre y el soporte paterno/familiar tienen una influencia significativa en la medida que se toma al nacer. Del total de casos en los que la DGAIA había retenido algún hijo previo (40), en un 77,5% la medida se tomó antes del nacimiento (p<0,001).

Tabla 5.

Medidas al nacer (%) respecto a diferentes variables según estudio bivariante

  Madre  Familia extensa  Familia de urgencia  Centro de acogida 
Nacionalidad materna (p = 0,007)
Española  52,5  18,7  21,6  7,2 
Extranjera  42,2  8,4  31,3  18,1 
Control gestacional (p < 0,001)
Sí  64  21,3  11,2  3,4 
No  38,2  6,7  38,2  16,9 
Poco  38,6  18,2  27,3  15,9 
Retención de hijos previos (p < 0,001)
Sí  9,5  19  61,9  9,5 
No  57,8  13,9  16,7  11,7 
Decisión previa al nacimiento (p < 0,001)
Sí  17,1  17,1  51,4  14,3 
No  63,2  13,8  13,2  9,9 
Embarazo deseado (p < 0,001)
Sí  76,8  17,9  3,6  1,8 
No  39,2  13,9  32,5  14,5 
SAD al nacer (p = 0,001)
Sí  20,6  32,4  38,2  8,8 
No  53,7  11,7  22,9  11,7 
Consumidora de tóxicos
Cannabis (p = 0,038)  58,9  13,3  22,2  5,6 
Cocaína (p = 0,063)  47,1 =  20,7  26,4  5,7 
Heroína (p < 0,001)  <12,8  28,2  46,2  12,8 
Alcohol (p = 0,042)  35,3  14,7  44,1  5,9 
Trastorno esquizofrénico (p = 0,001)
Sí  10,5  10,5  57,9  21,1 
No  52,2  15,3  22,2  10,3 
Soporte paterno (p < 0,001)
Sí  65,5  14,2  8,8  11,5 
No  31,2  15,6  42,2  11 
Soporte familiar (p < 0,001)
Sí  66,2  24,6  4,6  4,6 
No  23,1  1,1  54,9  20,9 
Madre tutelada por DGAIA (p = 0,419)
Sí  34,5  17,2  34,5  13,8 
No  50,8  14,5  23,8  10,9 
Madre privada de libertad (p = 0,1)
Sí  18,8  25  37,5  18,8 
No  51  14,1  24,3  10,7 

p: valores asociados a prueba chi-cuadrado de Pearson.

SAD: síndrome de abstinencia a drogas.

De las madres que, cuando eran menores de edad, habían sido tuteladas por la DGAIA o todavía lo eran, un porcentaje considerable (24,1 vs. 4,7%; p=0,002) tenían antecedentes de privación de libertad en prisión o centro juvenil y además consumían heroína de forma más frecuente que las que no habían sido tuteladas (31 vs. 15,5%; p=0,041).

Si comparamos el destino de los niños al nacer según el consumo materno de las principales drogas (tabla 5), las medidas que alejan al bebé del núcleo familiar son más frecuentes en consumidoras de heroína (59% de los casos; p<0,001), alcohol (50%; p=0,042) y en niños con SAD (47%; p=0,001).

En el grupo de las enfermedades mentales maternas, solo el 10,5% de los hijos de madres con trastorno esquizofrénico/trastorno psicótico inespecífico permanecía con la madre al nacer, mientras el 79% pasaba a familia de urgencia o centro de acogida (tabla 5; p=0,001). Dentro de este grupo, destaca un menor apoyo familiar que al resto de las madres (38,9 vs. 63,2%) y destaca que en el 94,7% había algún tipo de intervención social previa (vs. el 74,4%).

Si se compara el destino actual respecto el inicial (tabla 6), el 89,3% de los niños (p<0,001) que al nacer se decidió mantenerlos con la madre seguían actualmente con ella. De los que fueron inicialmente a un centro de acogida, la mayoría estaban en familias ajenas (acogida o adoptiva). Todos los casos que inicialmente fueron con familia extensa permanecían en ella o pasaban con la madre. Por último, de los que fueron a familia de urgencia y diagnóstico, solo un 9,8% (p<0,001) estaban actualmente con la madre, mientras la mayoría permanecían en familias ajenas. En global, en el 51,6% (114 casos) están en la actualidad con su madre.

Tabla 6.

Comparación entre destino inicial y destino actual [n y (%)]

Destino inicialDestino actual
    Madre  Familia extensa  Familia ajena  Otros (CRAE/CAUI, familia de urgencia, fuga) 
Madre  103  92 
% inicial  46,6  89,3  2,9  5,8  1,9 
CRAE/CAUI  32  21 
% inicial  14,5  15,6  12,5  65,6  6,3 
Familia extensa  35  12  23 
% inicial  15,8  34,3  65,7 
Familia de urgencia  51  36 
% inicial  23,1  9,8  15,7  70,6  3,9 
Total  221  114  38  63 
% actual51,6  17,2  28,5  2,7 

p=0,000 asociada a prueba exacta de Fisher.

CAUI: Centro de Acogida y Urgencia Infantil; CRAE: Centro Residencial de Acción Educativa; familia ajena: familia de acogida o adopción.

Si analizamos el efecto de los tóxicos en la somatometría neonatal (tabla 7), el grupo de consumidoras tienen hijos con un menor peso, longitud y perímetro craneal, con una edad gestacional media sin diferencias significativas respecto a las no consumidoras. En cuanto a la edad gestacional (tabla 8), las madres que consumen tóxicos tienen más prematuridad (28 vs. 21,6%), a expensas de prematuros moderados, mientras las no consumidoras tienen más prematuros extremos y más recién nacidos a término. Todos estos datos, con significación estadística (p=0,012).

Tabla 7.

Somatometría de los recién nacidos de madres consumidoras de tóxicos en comparación con las no consumidoras

  Edad gestacional media en semanas  Peso medio en g  Longitud media en cm  Perímetro craneal medio en cm 
No consume  37,87 (n 50)  2.995,74 (n 54)  47,66 (n 48)  33,41 (n 47) 
Consume  37,67 (n 139)  2.691,99 (n 139)  46,38 (n 124)  32,54 (n 123) 
p*  0,177  0,001  0,018  0,001 
*

p asociada a la prueba la U de Mann-Whitney de comparación de medias entre grupos.

Tabla 8.

Edad gestacional según el consumo materno de tóxicos [n y (%)]

  No consumo  Consumo  Total 
Pretérmino extremo (<32 sem)  5 (9,8)  3 (2,1)  8 (4,2) 
Pretérmino moderado (320-366 sem)  6 (11,8)  36 (25,9)  42 (22,1) 
Total pretérmino (<370 sem)  11 (21,6)  39 (28)  50 (26,3) 
A término (370-420 sem)  40 (78,4)  100 (71,9)  140 (73,7) 
Total  51  139  190 

p=0,012 asociada a prueba chi-cuadrado de Pearson.

Discusión

Los resultados de nuestro estudio confirman los indicadores de riesgo para el maltrato prenatal descritos en la literatura1,2.

La edad media de las madres (28,11 años) fue inferior a la edad media de las madres en Cataluña en el 2014 (31,7 años)9, y destacan las menores de 20 años (16,2% por un 2,45% en Cataluña 2014)9. La baja edad materna constituye un factor de riesgo para el maltrato fetal, ya sea por falta de conciencia de salud, un consumo más elevado de drogas, un embarazo no deseado/planificado o unos recursos económicos limitados10,11.

La tasa de empleo femenina en Cataluña entre los años 2011 y 2014 y en mujeres de 16-64 años osciló entre el 54,7 y el 59,7%9, mientras que en nuestro grupo solo el 24% tenía trabajo.

A pesar de que hay poco consenso en la literatura respecto a lo que se puede considerar un correcto control gestacional, en este estudio se ha seguido el protocolo de visitas del embarazo de la Generalitat de Cataluña7. En un estudio realizado en Barcelona en el año 2013, el 98,6% de las gestantes realizaron al menos 6 visitas al especialista de obstetricia12. La ausencia de control es, en sí mismo, un indicador de riesgo y motivo de denuncia de maltrato prenatal. En nuestro estudio tuvo una fuerte asociación con la medida que se tomó al nacer: fue casi el doble la permanencia con la madre si hubo un control adecuado.

La violencia de género hacia la gestante fue 10veces superior a la manifestada en los últimos 12 meses en mujeres residentes en España en una macroencuesta realizada entre septiembre y noviembre del 201413 (20 vs. 1,9%), y se considera per se un motivo de maltrato prenatal y de desamparo según la Ley 14/2010 del 27 de mayo3.

La prevalencia de VIH en madres de recién nacidos vivos se estima del 1,41‰ en España según un estudio en el 200814, mientras que en nuestro grupo se extrapola al 49,55‰. También fue muy superior la prevalencia de VHC (9%) respecto a las embarazadas de la población general (en torno al 1% según las fuentes consultadas)15,16. La tasa de coinfección VIH-VHC fue del 36,36%, mientras que en la población general se estima en torno al 20-25%17,18. Esto podría estar relacionado con el alto índice de consumo de drogas observado.

El consumo de tóxicos en mujeres embarazadas suele ser muy inferior al de la población general. A pesar de la escasez de datos en la literatura, en un estudio realizado en Estados Unidos se objetivó que el 5,4% de las gestantes consumían drogas ilícitas, mientras que las mujeres del mismo grupo de edad no embarazadas lo hacían en el 11,4%19. En nuestro grupo esta cifra se dispara. En España, en el estudio EDADES del 2013, el consumo poblacional de cannabis fue del 9,2%, cocaína 2,2% y heroína 0,1%, cifras muy inferiores a las registradas en nuestro grupo11.

Los efectos que tienen estas drogas sobre el feto son conocidos tanto en la prematuridad como en las alteraciones en el crecimiento fetal, como también se muestra en nuestro trabajo. El porcentaje de prematuridad fue muy superior al registrado en Cataluña en el 2014 (6,3%)9. Esta diferencia fue mayor en el grupo de madres consumidoras de tóxicos y a expensas de la prematuridad moderada. En consonancia con lo anterior, el porcentaje de peso al nacimiento menor a 2.500g también fue mayor al de los nacidos ese mismo año (7,4%)9: los hijos de madres consumidoras presentaron un peso, longitud y perímetro craneal al nacimiento inferior al de las no consumidoras.

La heroína es la droga con más casos asociados a acogida en familia ajena, seguramente por la problemática derivada de esta drogadicción: distocia social y familiar, ambiente marginal, carencia de recursos económicos, entre otros.

La edad del menor en la que se toma la última medida tutelar tiene un gran impacto sobre estos: está directamente relacionado con problemas sociales y neuroconductuales y dificulta el establecimiento del vínculo con la familia20. En nuestro grupo, en casi la mitad de los casos en los que hubo un cambio de destino del menor, este se produjo pasados los 12 meses de vida.

Teniendo en cuenta el alto porcentaje de control gestacional nulo, los neonatólogos fueron los que detectaron la mayor parte de los casos. Por eso, hay que incidir en el esfuerzo de otros profesionales que tratan con embarazadas para detectar el maltrato prenatal, sobre todo en el ámbito social, puesto que en nuestro estudio un alto porcentaje de las embarazadas tenía antecedentes de intervenciones sociales.

A pesar de que la ley actual reconoce el derecho del feto e insta a la detección del maltrato prenatal, respecto al consumo materno de tóxicos, su detección puede verse dificultada por la necesidad de consentimiento para la obtención de muestras biológicas, método con una eficacia muy superior a la detección por cuestionario21,22. En el protocolo actual del control gestacional no figuran exámenes complementarios destinados a la detección del consumo materno de drogas, tan solo se pregunta acerca de su uso, para lo que es necesario un alto índice de sospecha para su diagnóstico.

Una de las limitaciones de este estudio es que los datos fueron extraídos de los informes de la base de datos de la DGAIA, algunos de ellos realizados con base en entrevistas con las madres y familias (los de ámbito social), lo que no permite descartar cierto grado de subjetividad en alguna variable o el encubrimiento de datos por parte de los entrevistados. Otra limitación es el gran número de variables interrelacionadas que hacen difícil su análisis e interpretación, al ser cada caso muy complejo, por lo que se requiere un enfoque individual desde un abordaje multidisciplinario.

Como conclusión, según los resultados obtenidos, el perfil de madre que comete maltrato prenatal en nuestro ámbito de influencia es el de una mujer de unos 28 años, de nacionalidad española, sin trabajo, sin un correcto control gestacional, con un embarazo no deseado, que a menudo manifiesta ser maltratada por su pareja, presenta tasas elevadas de infección VIH/VHC, consume tóxicos (cannabis, cocaína, heroína) y tiene antecedentes de intervención social previa. Destacan los elevados índices de privación de libertad (prisión o centro juvenil) y consumo de tóxicos (heroína) entre las madres tuteladas por la DGAIA.

Cabe resaltar que el maltrato prenatal tiene un gran impacto en nuestra sociedad y todavía se tiene poca conciencia de él. Es esencial su detección y más aún su prevención puesto que, una vez establecido, el feto puede sufrir sus consecuencias a corto y largo plazo. Es importante tener claros los indicadores de riesgo que alertan de una posible situación de vulnerabilidad, para activar los circuitos establecidos entre las diferentes instituciones y realizar la actuación más adecuada para cada caso.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de interés.

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