La espondilodiscitis es una inflamación del disco intervertebral y las vértebras adyacentes. Es una entidad poco frecuente, si bien su incidencia exacta es desconocida. El diagnóstico es difícil ya que al inicio los síntomas son muy inespecíficos, sobre todo en determinadas edades, y es especialmente complicado en menores de 3 años.
El propósito de esta comunicación es presentar el caso de una espondilodiscitis en una niña de 12 meses de edad con comienzo inusual.
Caso clínicoNiña de 12 meses, sin antecedentes de interés, que desde un mes antes padece estreñimiento que alterna con diarrea. Asocia rechazo del alimento, irritabilidad y negativa a la deambulación. Por este motivo había acudido a urgencias en varias ocasiones. Se inicia estudio en consultas y destacan en la exploración inicial pliegues de adelgazamiento con masas musculares blandas y abdomen globuloso sin otros hallazgos patológicos. En el análisis de sangre se observa una leucocitosis de 14.440leucocitos/μl (neutrófilos: 33,2%; linfocitos: 59,8%), trombocitosis de 585.000plaquetas/μl y proteína C reactiva (PCR) de 0,9mg/dl; serie roja normal y marcadores de celiaquía negativos. Inicialmente se realiza enema opaco que descarta enfermedad de Hirsprung y queda pendiente realizar manometría.
Diez días más tarde de que se la viera en consultas externas, acude de nuevo a urgencias por cuadro de deposiciones diarreicas y vómitos. En la exploración física se observa mal estado general, con llanto intenso al intentar sentarla o colocarla en bipedestación. En la analítica el único dato reseñable es una velocidad de sedimentación globular (VSG) de 50mm en la primera hora, sin presentar otras alteraciones en la analítica.
Por la clínica del aparato locomotor, se amplia el estudio y se sospecha una posible afectación de la columna vertebral. La resonancia magnética muestra desestructuración del disco intervertebral L2–L3, con importante afectación de partes blandas que protruyen hacia el interior del canal raquídeo y se introducen a través de los agujeros de conjunción. El estudio electromiográfico revela signos de radiculopatía motora aguda en L2–L3 (fig. 1).
RM de columna completa. El disco intervetebral L2-L3 presenta una marcada alteración de la señal y desestructuración del mismo. Existe un componente de partes blandas posterior que protruye hacia el interior del canal raquídeo, improntando el margen anterior del saco tecal. Discreta rectificación de la cifosis dorsal.
Se inicia tratamiento con cloxacilina y cefuroxima intravenosos durante 11 días con evolución favorable. Al alta presenta sedestación estable aunque persiste dolor a la hiperextensión de la columna lumbar y en la radiografía simple de columna se observa disminución del espacio interdiscal L2–L3 (fig. 2).
ComentariosLas manifestaciones típicas de la espondilodiscitis, tales como rechazo a la deambulación, sedestación o bipedestación, aparecen en estadios avanzados, lo que favorece la demora al diagnóstico de esta entidad1–6.
El comienzo con sintomatología gastrointestinal es excepcional. Algunos autores sostienen que hasta el 30% de estos pacientes puede presentar dolor abdominal y la alteración del ritmo intestinal (alteración del sistema nervioso vegetativo) es excepcional1,3–7. Se diagnosticó a nuestra paciente de un cuadro de gastroenteritis; realmente son deposiciones por rebosamiento secundarias a la distensión rectosigma secundaria a la disautonomía por la afectación radicular L2–L3 que se demostró con el electromiograma (EMG).
El tratamiento de la espondilodiscitis es controvertido3–5. Algunos autores sólo prescriben antibióticos cuando el paciente presenta afectación del estado general o presenta hemocultivo positivo, como es en nuestro caso. Se observó una clara mejoría al tercer día de su ingreso.
La evolución suele ser favorable, aunque un porcentaje elevado de pacientes presenta secuelas radiológicas consistentes, la mayoría, en disminución del espacio intervertebral1,3,5,6.
El principal factor implicado en el pronóstico es el diagnóstico precoz, que puede llegar a retrasarse en algunos casos hasta en un año3,5; la media es de 2–4 semanas1,3 por la inespecificidad de la clínica, como en nuestra paciente, en la que se demoró 40 días.
Ante un cuadro de alteración del tránsito intestinal de manera mantenida en el tiempo, en un lactante que previamente no ha presentado problemas de este tipo, uno de los diagnósticos diferenciales debe ser el de disautonomía e iniciar un estudio de su causa.