Recientemente se ha publicado un trabajo sobre accidentes provocados por caballos, firmado por Muñiz et al1. Tras analizar su lectura, no me cabe sino felicitar a los autores por el contenido de éste y corroborar la importancia que tiene su prevención, ya que se ha observado un incremento de la práctica de la equitación por parte de niños y adolescentes en nuestro medio. Pensamos que se debe insistir sobre la prevención de este tipo de accidentes.
La literatura científica sobre este tema en nuestro país es muy escasa; no obstante, debemos destacar que ya en 1992, tuvimos la oportunidad de publicar un trabajo en el que se describía el tipo de lesiones producidas por caída del caballo en una serie de 4 niños ingresados en nuestro Departamento por esta razón en el plazo de 2 años2. Precisamente, todos los casos registrados eran varones, la lesión más frecuente fue el traumatismo craneoencefálico (3 casos), uno de ellos con fractura de cráneo que afectaba al occipital, mastoides y peñasco, con hemorragia y neumoencéfalo. El cuarto caso presentó fractura supracondílea del brazo derecho. Todos los pacientes evolucionaron favorablemente.
A pesar de que la frecuencia de este tipo de accidentes es escasa, queremos incidir, de acuerdo con los autores citados, en que el tipo de lesiones por caída de caballo o especie similar, como ponis, asnos, mulas, etc., suele ser grave y, por tanto, es imprescindible tomar medidas preventivas. Ya en 1987, Lloyd3 observó que el empleo sistemático de cascos protectores de la cabeza disminuía el número de traumatismos craneales graves y, posteriormente, se exigió el uso del casco para todo tipo de actividad ecuestre en Estados Unidos.
Como conclusión, y de acuerdo con los autores anteriormente citados, se debe recomendar ante la práctica de este deporte lo siguiente: a) información y educación sobre la práctica de equitación a todo el personal relacionado con ésta, y a los padres y a los niños que la van a practicar señalarles los riesgos que implica, y b) obligatoriedad de llevar casco adecuado en la monta. En la actualidad hay cascos que cumplen las normas establecidas desde 1988.