El herpes simple labial es una afección vírica producida principalmente por el VHS-1, que se presenta aproximadamente en un 33% de los niños de edad escolar. En la mayoría de los casos los pacientes suelen presentar pocos episodios durante su vida, pero hay circunstancias en las que el paciente, después de la primoinfección, desarrolla numerosos episodios en breves intervalos de tiempo, lo que limita de forma importante su calidad de vida. El herpes labial recurrente (HLR) parece ser más frecuente en niños inmunodeprimidos (VIH, afectados de linfomas/leucemias, en tratamientos con corticoides prolongados, etc.) y en niños con un nivel socioeconómico bajo1, aunque también se presenta en pacientes inmunocompetentes.
El porcentaje de pacientes que requieren un tratamiento supresor de herpes simple se estipula entre un 5–10% de los que presentan herpes labial (con un número de episodios anuales superior a 6). Este porcentaje su duplica cuando se considera el herpes genital recurrente. Este tratamiento se recomienda a pacientes cuyos episodios son extremadamente sintomáticos o bien cuya calidad de vida física y psicológica está altamente deteriorada2.
Revisamos los casos diagnosticados de HLR diagnosticados en nuestra unidad entre 2004 y 2007 en niños mayores de 12 años, con más de 6 episodios de herpes labial al año y que habían recibido tratamiento supresor con valaciclovir (500mg/día) durante 4 meses. Ninguno de los pacientes presentaba antecedentes personales de interés y todos ellos eran inmunocompetentes.
En todos los casos, los padres firmaron consentimiento informado previo a la realización del tratamiento y se practicó un control analítico inicial, a los 3 meses y al finalizar el tratamiento, que incluía hemograma completo y bioquímica general con perfiles hepáticos y renal. El período de seguimiento para comprobar el número de episodios al año tras la conclusión del tratamiento supresor se estableció en un año. Se realizó el test de calidad de vida dermatológica en su versión adaptada a población pediátrica pretratamiento y postratamiento (cDLQI). En la tabla 1 se recogen las principales características epidemiológicas y de respuesta de nuestra serie.
Características epidemiológicas de nuestra serie
Edad | Sexo | Número de episodios al año (pretratamiento) | Número de episodios al año (postratamiento) | Puntuación cDLQI pretratamiento | Puntuación cDLQI postratamiento |
12 | M | 7 | 2 | 18 | 6 |
14 | M | 6 | 1 | 19 | 5 |
14 | V | 6 | 1 | 17 | 5 |
13 | V | 8 | 3 | 21 | 6 |
cDLQI: test de calidad de vida dermatológica (versión adaptada a la población pediátrica pretratamiento y postratamiento); M: mujer; V: varón.
Ninguno de los pacientes desarrolló alteraciones analíticas durante el período de tratamiento y, dentro de los efectos secundarios, 2 de los 5 pacientes desarrollaron náuseas ocasionales en las 2 primeras semanas de tratamiento, que en ningún caso obligó a suspenderlo.
La eficacia de aciclovir y valaciclovir en su uso como tratamiento supresor para el HLR se ha demostrado en diferentes ensayos clínicos3,4. Las pautas utilizadas han variado de un ensayo clínico a otro: 800mg/día de aciclovir, 500mg o 1g/día de valaciclovir en ensayos clínicos en población adulta (nivel de evidencia II).
Los resultados han sido más prometedores con 500mg/día de valaciclovir: se consiguió que el 60% de los pacientes del grupo tratado permaneciese libre de enfermedad durante el tratamiento y que el tiempo que mediaba hasta la aparición de un nuevo episodio fuese estadísticamente superior (13,1 semanas) en comparación con el grupo placebo (9,6 semanas)3. Incluso la comparación de tratamiento continuo e intermitente parece más favorable a la primera en los últimos estudios realizados al respecto5.
Mediante la presente carta queremos reflejar nuestra experiencia positiva en el tratamiento supresor con valaciclovir para pacientes adolescentes con HLR, si bien son necesarios estudios o series más regladas para definir pautas posológicas más adecuadas. Somos conscientes de que el tamaño de nuestra serie es escaso, posiblemente debido al estado de inmunocompetencia de nuestros pacientes y a que es una enfermedad en muchos casos infradiagnosticada. Creemos también importante la reducción de la puntuación en el índice cDLQI, que traduce una mejoría importante en la calidad de vida de estos pacientes y, por extensión, de sus padres.