Presentamos dos casos de tinea nigra con localización en la muñeca. El primer caso es una paciente femenina de 2 años y 3 meses de edad, con una dermatosis localizada en el miembro superior izquierdo, que afecta a la cara ventral y el borde interno de la muñeca, constituida por mácula elíptica y color café claro, con bordes regulares, elevados y bien definidos, de un tono más oscuro que el resto de la lesión. Los diámetros de la lesión son 7mm en su diámetro menor por 12mm en su diámetro mayor y está acompañada de abundante sudoración de ambas manos (fig. 1).
Esta lesión inició aproximadamente hace 6 meses como una pequeña mácula con crecimiento progresivo, hasta tener las medidas actuales. La paciente recibió tratamiento con antibióticos y esteroides tópicos, sin observar mejoría.
Se indica cultivo para hongos de la escama obtenida al raspar la piel afectada, obteniendo como resultado el crecimiento de Hortaea werneckii, por lo que se diagnostica como tinea nigra. Se prescribe tratamiento con bifonazol en crema al 1% por un mes, obteniendo curación clínica. Cuatro meses después se observa recaída de la lesión, por lo que se repite el tratamiento antimicótico antes mencionado y se agrega el uso de clorhidróxido de aluminio hexahidratado al 20%, en aplicación tópica diaria por 4 meses, para el tratamiento de la hiperhidrosis, por la probabilidad de ser el factor que desencadenó la recaída. Se obtiene curación clínica un mes después y no se han observado recaídas en 2 años de seguimiento.
El segundo caso es un paciente masculino de 11 años y 6 meses de edad, con una dermatosis localizada en el miembro superior derecho, que afecta a la cara interna de la muñeca, constituida por una mácula elíptica de 42mm por 15mm, de iguales características que la primera paciente (fig. 2). Esta lesión tenía 11 meses de crecimiento progresivo y centrífugo. El paciente no había recibido tratamientos previos para su dermatosis.
Por medio de un cultivo para hongos de la escama obtenida de la lesión, se confirmó el diagnóstico de tinea nigra, al obtener el crecimiento de Hortaea werneckii. Se indica tratamiento con bifonazol en crema al 1% por un mes, desapareciendo la lesión durante este periodo. No se han observado recaídas durante 2 meses de seguimiento.
La tinea nigra es una infección micótica superficial que afecta solamente al estrato corneo de la epidermis, sin diseminarse a los estratos inferiores de la piel1,2, causada por un hongo dematiáceo2,3, que por ser un microorganismo altamente pleomorfo en su aspecto macroscópico y microscópico en los medios de cultivo o cuando parasita al ser humano, ha recibido múltiples denominaciones hasta obtener su denominación actual Hortaea werneckii1,2.
Esta enfermedad es rara aun en países tropicales, de donde se reportan la mayoría de los casos. En el Hospital General de México representa el 0,085% de todas las micosis que consultan en el área de dermatología1, mientras que en un hospital brasileño, ubicado en una zona costera, representa el 0,26% de todos los pacientes que consultan por enfermedades micóticas, en el servicio de dermatología de esa institución4. Esta baja frecuencia de reportes puede deberse a subdiagnóstico, por tratarse de una enfermedad asintomática que puede curar espontáneamente1,5.
Esta micosis puede observarse a cualquier edad, pero es más frecuente en pacientes femeninas menores de 20 años4, aunque son raros los reportes en pacientes menores de 5 años1,4,6-8. Clínicamente se manifiesta como una mácula de color café a negro, de bordes bien definidos, donde se acentúa el color de la lesión, localizada en las palmas y con menos frecuencia en las plantas, la cara lateral de los dedos, el cuello o el tórax, en la revisión que realizamos de la literatura médica no encontramos reportes de lesiones en la cara palmar de la muñeca.
La tinea nigra es una enfermedad totalmente benigna que frecuentemente se confunde con lesiones melanocíticas como lentigos, nevos de unión, nevos displásicos o melanomas, por lo que reconocer la enfermedad es de suma importancia para evitar procedimientos quirúrgicos innecesarios como biopsias o cirugías amplias y sus consecuentes cicatrices2,6. El tratamiento es simple y efectivo; pueden usarse queratolíticos como ácido salicílico, urea o ungüento de Whitfield1, fórmula magistral compuesta por ácido salicílico al 6% y ácido benzoico al 12% en vaselina9. Otra opción terapéutica son los antimicóticos tópicos1, tratamiento que recibieron nuestros pacientes.