Las dermatofitosis son un importante motivo de consulta pediátrica, siendo la tiña del cuero cabelludo la forma de dermatofitosis más frecuente en la infancia1. En el presente caso, se muestra la dermatoscopia como técnica exploratoria complementaria.
Paciente de 7 años, originario de Cabo Verde; acude por descamación de cuero cabelludo, moderadamente pruriginosa, de 2 meses de evolución. Se encontraba en Italia desde hacía un mes. La exploración del cuero cabelludo presentaba una ligera descamación, más evidenciable con el raspado, sin eritema y sin placas alopécicas evidentes (fig. 1). En el examen por dermatoscopia, se hallaron pelos incurvados sobre su eje longitudinal, conocidos como pelos en coma, y pelos en sacacorchos (fig. 2). Con la sospecha de tinea capitis (TC), se realizó un cultivo de la descamación de cuero cabelludo, dando como resultado Trichophyton violaceum.
La TC es una condición fácilmente reconocible usualmente. El agente etiológico más frecuente en los países mediterráneos es Microsporum canis, generando placas alopécicas de varios centímetros de tamaño2 .Sin embargo, la epidemiología de las dermatofitosis es variable a lo largo del tiempo sobre la base de distintos factores: clima, desarrollo socioeconómico, uso de antifúngicos y cambios demográficos. Así, en la actualidad, debido fundamentalmente a la inmigración africana las formas tricofíticas y antropofílicas (menos evidentes clínicamente) se están incrementando en Europa2. El objetivo del estudio es poner de manifiesto la importancia de la dermatoscopia como técnica complementaria no invasiva para orientar el diagnóstico de TC, especialmente en formas con poca inflamación y áreas alopécicas poco evidentes. Los pelos en coma y los pelos en sacacorchos son 2 signos dermatoscópicos fácilmente apreciables, resultado de la rotura y caída del tallo del pelo por dermatofitos3,4.