Niña de 10 años, que acude a urgencias por dolor abdominal de un mes de evolución. En las últimas 24 h asocia vómitos biliosos. Como antecedente refiere pérdida de peso de 4kg y aumento de estatura en los últimos meses, así como vómitos ocasionales. Como único dato patológico asocia una amilasa de 150 U/L. Se realiza una ecografía abdominal, sin hallazgos. La paciente continúa con sintomatología a pesar del tratamiento con dieta absoluta y sonda nasogástrica.
Se realiza una tomografía computarizada abdominal (fig. 1), que descarta pancreatitis aguda, y muestra hallazgos indicativos de síndrome de Wilkie. Más tarde, un tránsito intestinal baritado lo confirma (fig. 2).
Se decide tratamiento conservador. Se coloca una sonda nasoyeyunal con alimentación enteral durante 2 semanas. La paciente presenta mejoría clínica, por lo que se intenta la tolerancia oral progresiva, siendo satisfactoria. En la actualidad, la paciente ha aumentado de peso y se mantiene asintomática.
El síndrome de Wilkie, o síndrome de la arteria mesentérica superior, tiene una incidencia del 0,013 al 0,3% de la población. Se debe sospechar ante un cuadro de dolor abdominal posprandial, asociado a náuseas y vómitos. Es un diagnóstico sobre todo de exclusión, con imágenes radiológicas características1. Es más frecuente en mujeres jóvenes y se asocia, entre otros, a pérdida de peso reciente, escoliosis y crecimiento rápido. Shin y Kim2 recomiendan tratamiento conservador al menos durante 6 semanas (sonda nasoyeyunal y dieta hipercalórica) antes de considerar cirugía, siendo la duodenoyeyunostomía la técnica quirúrgica más utilizada3.