Sr. Director:
En primer lugar, quisiéramos agradecerle la posibilidad que nos brinda su revista para poder aclarar las dudas que han planteado nuestros colegas de Valencia e invitar al debate tras la publicación de nuestro artículo1 publicado en marzo de este año.
Efectivamente, tal y como comentan en la carta, son llamativas las diferencias encontradas entre ambos estudios1,2, pero la metodología ha sido diferente y la palpación tiende a sobreestimar la prevalencia de bocio3.
Respecto a la prevalencia de bocio es cierto que nuestro percentil 97 es superior al de la Organización Mundial de la Salud (OMS)4 como ha ocurrido en otras ocasiones5-7 a la edad de 6, 7, 9 y 11 años y, por tanto, encontramos en nuestro estudio 10 niñas y 7 niños con volúmenes tiroideos superiores al percentil 97 de la OMS4, siendo, en consecuencia, la prevalencia de bocio por edad del 7,39 %, tal como se envió a esta misma revista la fe de erratas, pendiente aún de ser publicada.
El cálculo de la muestra se obtuvo teniendo en cuenta la prevalencia de bocio recogida en otras publicaciones en España, esperando encontrar una prevalencia del 20-30 %.
La ecografía tiroidea se realizó, de forma aleatoria, a 230 niños del total. Si bien esta muestra no es representativa de nuestra población para el cálculo de bocio, no se hallaron diferencias significativas en su distribución respecto al sexo, edad ni lugar de residencia y se obtuvo un coeficiente de 0,783, 0,35 y 0,077, respectivamente, por lo que consideramos que la cifra real no estará muy alejada de los valores mencionados.
Para la realización del estudio se utilizó el Thyromobil, una furgoneta equipada con el material adecuado para este fin y utilizada en los principales estudios internacionales realizados por expertos4-7.
De todas formas, debemos decir que nuestra mediana de yoduria muestra una adecuada ingesta de yodo en la actualidad y que sólo un 12,4 %1 manifiesta una deficiencia leve de yodo, lo cual concuerda con la prevalencia de bocio hallada mediante la ecografía.
A nuestro juicio, y tras revisión de la literatura publicada, no queda ninguna duda de las ventajas de la ecografía tiroidea frente a la exploración para estudios de prevalencia de trastornos por deficiencia de yodo4-10. No existen estudios de prevalencia de bocio diagnosticado mediante ecografía tiroidea en España y, a pesar de que los valores de referencia de la OMS4 probablemente disten aún de ser unos valores de referencia extrapolables a nuestra población, son el patrón actual para el diagnóstico de bocio en la población escolar. Es necesario realizar más estudios con ecografías tiroideas para que cada población tenga sus propios valores de referencia.
Debemos seguir insistiendo en el consumo exclusivo de sal yodada a nivel doméstico hasta llegar al 90 % recomendado por la OMS10 y en la yodación universal de la sal.
Correspondencia: Dra. A. Zubiaur Cantalapiedra.
Servicio de Urgencias de Pediatría.
Hospital General Universitario de Alicante.
Avda. Pintor Baeza, s/n. 03010 Alicante. España.
Correo electrónico: a.zubiaur@coma.es