Sr. Editor:
Agradecemos los comentarios realizados por M.ªJ. Redondo a nuestro trabajo sobre el síndrome de desgaste profesional en el personal asistencial pediátrico 1,2.
Estamos totalmente de acuerdo en que esta "patología" es relevante y hasta ahora ha sido poco estudiada en general y, de forma específica, en las personas que atienden a los niños enfermos. Por ello, hemos considerado de interés el realizar un estudio que aportara alguna información sobre la situación en nuestro medio asistencial. Somos conscientes (y así lo hacemos notar en nuestro trabajo) que nuestros datos son limitados y no pueden ser generalizados a otros colectivos o ámbitos asistenciales, aunque creemos que pueden ser útiles, como una referencia más, para las personas interesadas en el tema.
La escala de Maslach es una herramienta que permite evaluar de algún modo el síndrome de desgaste profesional. Su principal virtud es el hecho de que constituye el método de medición utilizado en la mayor parte de los estudios publicados 3,4. Es cierto que con dicha escala se obtienen puntuaciones para tres subescalas: cansancio emocional, despersonalización y realización personal, y también que las puntuaciones altas en las dos primeras (grado alto de cansancio emocional y despersonalización) se corresponderían con puntuaciones bajas en la última (o sea, grado alto de falta de realización personal). Por tanto, no pueden sumarse directamente las puntuaciones para obtener un "valor global" de desgaste profesional. Sin embargo, sí puede otorgarse una calificación global de desgaste profesional a aquellos sujetos que obtienen puntuaciones en el rango de grado alto en las tres subescalas, criterio que hemos utilizado nosotros, siguiendo el ejemplo de otros autores 5.
Por último, en nuestra discusión no hemos pretendido realizar una comparación numérica entre nuestros datos y los resultados obtenidos por otros autores, ya que la diferente metodología de los estudios no lo permite. En cambio, sí que nos ha parecido oportuno el incluir una tabla con dichos datos, que pudieran ser informativos para aquellas personas, pertenecientes a diversos colectivos asistenciales y preocupadas por esta problemática.
Esperamos que los resultados de nuestro trabajo hayan contribuido de algún modo a llamar la atención sobre el síndrome del desgaste profesional en el ámbito de la Pediatría y que estimulen la puesta en marcha de nuevos y mejores estudios que permitan incrementar el conocimiento de este problema y aporten claves para disminuir su incidencia y atenuar sus efectos adversos.