El raquitismo por deficiencia de vitamina D continúa siendo un problema de salud entre los niños de muchas comunidades, especialmente entre los lactantes que son exclusivamente amamantados, lactantes de piel oscura que viven en zonas templadas, los bebés y sus madres en el oriente medio y los niños de países en desarrollo1,2. La producción de vitamina D con la exposición al sol es la forma primordial para evitar la deficiencia de vitamina D en los lactantes y niños de corta edad3. Menos del 10% deriva de orígenes dietéticos4. Las variaciones estacionales en el suero de 25 hidroxivitamina D de niños y adultos están bien documentadas, con niveles máximos en el medio del verano y el punto más bajo al final del invierno en los hemisferios norte y sur5,6. La lactancia materna es indiscutiblemente el alimento ideal para los lactantes, sin embargo, contiene menos de 25UI de vitamina D por litro que es insuficiente para la prevención del raquitismo7. Por lo tanto si el bebe está recibiendo lactancia materna exclusiva, de una madre deficiente de vitamina D y ambos son de raza oscura, el niño es susceptible al défici de vitamina D y por consiguiente puede desarrollar raquitismo8.
Se trata de una lactante, mujer de 5 meses de vida, ingresada en el mes de enero por bronquiolitis virus sincitial respiratorio positivo que de forma casual se detecta cifras de calcio en 6,4mg/dl (8,8–10,8mg/dl). Antecedentes de embarazo, parto y neonatal sin incidencias. Recibía lactancia materna exclusiva desde su nacimiento. Referían escasas salidas al aire libre y siempre cubierta de ropa. Su madre, de raza negra, no había recibido suplementos nutricionales durante el embarazo o lactancia y no tenía adecuada ingesta de lácteos. En la exploración física destaca craneotabes, rosario costal y ensanchamiento de muñecas. Se realiza analítica cuyos resultados se muestran a continuación. (tabla 1). La radiografía de tórax mostró ensanchamiento condrocostal y de los extremos costales. Y la radiografía de muñeca, ensanchamiento de la metáfisis del carpo, deflecamiento, imagen en copa y osteopenia (fig. 1). Todos ellos hallazgos compatibles con raquitismo figura 1.
Se pautó tratamiento con exposición solar, vitamina D3 (colecalciferol) y suplementos de calcio. A los 2 meses del tratamiento alcanzó una calcemia de 10,7mg/dl y se normalizaron el resto de los parámetros analíticos.
La reaparición del raquitismo por deficiencia de vitamina D en Europa y Norteamérica se asocia principalmente a los niños de piel oscura con dietas vegetarianas estrictas, lactantes de piel oscura con lactancia materna exclusiva durante más de 3–6 meses de edad, neonatos prematuros e hijos de madres con deficiencia de vitamina D9. No solo el hecho de tener la piel pigmentada puede ocasionar el déficit de vitamina D, sino también largos periodos de tiempo en el hospital, menor tiempo en exteriores, la cultura del vestir, fuerte protección solar, la zona residencial, etc. Los niños son más susceptibles a los bajos valores de vitamina D durante el invierno comparado con los meses de verano por consiguiente el raquitismo florido se presenta a finales de invierno o principios de la primavera como nuestro caso. El raquitismo debe incluirse en el diagnóstico diferencial de los niños que presentan falta de crecimiento, retrasos del desarrollo y anomalías ortopédicas. El diagnóstico precoz es esencial ya que la morbilidad puede ser minimizada si los niños son tratados antes de los 8 meses de vida. Aunque las recomendaciones actuales de la academia americana de pediatría es de 400UI de vitamina D para la prevención del raquitismo, debe considerarse suplementos de hasta 800UI para los lactantes de piel oscura que viven a gran latitud10. Es importante señalar que junto a la palpación habitual de la fontanela se debe buscar el craneotabes por ser un signo precoz y muy frecuente en el raquitismo además del rosario costal y el ensanchamiento de muñecas.