Las quejas somáticas son frecuentes en la infancia. La investigación ha puesto de manifiesto su relación con la conciencia emocional y la inadaptación. El estudio tuvo 3 objetivos: 1) analizar la prevalencia de las quejas somáticas; 2) explorar las relaciones entre las variables evaluadas: quejas somáticas, diferenciar emociones, comunicar verbalmente emociones, no esconder emociones, conciencia corporal, atender emociones de otros, análisis de las propias emociones, inadaptación personal, inadaptación social, inadaptación familiar e inadaptación escolar, y 3) identificar variables predictoras de las quejas somáticas.
Pacientes y métodosLos participantes, seleccionados aleatoriamente, fueron 1.134 escolares de 10-12 años (media ± desviación típica=10,99±0,88), de ambos sexos. Se aplicaron el Listado de quejas somáticas, cuestionario de conciencia emocional y el Test autoevaluativo multifactorial de adaptación infantil.
ResultadosLos resultados indicaron que la prevalencia de quejas somáticas es del 90,2%, siendo el cansancio, el dolor de cabeza y el dolor de estómago los más frecuentes. Los mareos y el dolor de cabeza son superiores en niñas y las quejas disminuyen con la edad. Las quejas somáticas se relacionan negativamente con la conciencia emocional y positivamente con la inadaptación. Las variables que más contribuyen en la predicción de las quejas somáticas son la inadaptación personal (25,1%) y diferenciar emociones (2,5%).
ConclusionesEl trabajo permite concluir que la inadaptación personal es la mejor predictora de las quejas somáticas, así a mayor conciencia emocional y mejor adaptación, menor es el número de quejas somáticas presentadas, siendo la infancia una etapa evolutiva con importante malestar físico.
Somatic complaints are common in childhood. Research has shown their relationship with emotional awareness and maladjustment. The study had three objectives: 1) to analyze the prevalence of somatic complaints; 2) To explore the relationships between the variables evaluated: somatic complaints, differentiating emotions, verbal sharing of emotions, not hiding emotions, body awareness, attending to others’ emotions, analysis of emotions, and personal, social, family, and school maladjustments; and 3) To identify predictors of somatic complaints.
Patients and methodsThe study included a total of 1,134 randomly selected schoolchildren of both sexes between 10-12 years old (M=10.99; SD=0.88). The Somatic Complaint List, Emotional Awareness Questionnaire, and Self-reported Multifactor Test of Childhood Adaptation were used to gather information.
ResultsThe results showed that the prevalence of somatic complaints was 90.2%, with fatigue, headache and stomachache being the most frequently. Dizziness and headache were more common in girls, and the frequency of complaints decreases with age. Somatic complaints are negatively related to emotional awareness, and positively related to maladjustment. The variables that contribute the most to the prediction of somatic complaints are personal maladjustment (25.1%) and differentiating emotions (2.5%).
ConclusionsThe study shows that personal maladjustment is the best predictor of somatic complaints; the more emotional awareness and better adapted the child, the fewer somatic complaints they lodge. Childhood is a stage with significant physical discomfort.
Las quejas somáticas (QS) son percepciones desagradables experimentadas subjetivamente en el cuerpo1,2. El 25% de los/as niños/as que acuden a consulta pediátrica presentan síntomas físicos que se explican mejor como problemas psicosomáticos que como enfermedades médicas3. Los estudios epidemiológicos señalan un aumento de la prevalencia de QS2,4,5, indicándose que entre el 5 y el 30% de niños de 8-16 años se ven afectados3,6,7. Algunos trabajos señalan el dolor gastrointestinal como la QS más común, con una prevalencia entre el 8 y el 25% en edad escolar8, pero otros señalan la fatiga (12,1%)1 o el dolor de cabeza (58,5%) como los más prevalentes9,10. Si atendemos al sexo y la edad, las niñas presentan más QS que los niños1,8,10,11, incrementándose la prevalencia en la primera infancia y al inicio de la adolescencia12.
Como consecuencia de la ausencia de causas orgánicas detectables, el interés es creciente por los procesos implicados en los factores psicosociales2,5,10-14. Este estudio analiza 2 posibles factores: el funcionamiento emocional a través de la conciencia emocional y la inadaptación del menor en distintos contextos.
La relación entre funcionamiento emocional y QS2,15,16 indica que la alexitimia, habilidad limitada para identificar y comunicar emociones, es la característica principal de las personas con QS17,18. Dicha relación ha sido confirmada en población infantil13,19, observándose que la incapacidad para diferenciar emociones y una fuerte conciencia de síntomas corporales durante la experiencia emocional contribuyen a la predicción de QS13,20. Van der Veek et al.2 indican que los/as niños/as con pobre conciencia emocional tienen dificultades para reconocer las emociones que experimentan y también para afrontarlas de forma eficaz. El uso de estrategias de afrontamiento desadaptativas conduce a experimentar más síntomas somáticos como respuesta al conflicto emocional no resuelto21.
Las QS recurrentes deterioran el funcionamiento psicosocial del niño e influyen negativamente en la rutina familiar, en la concentración, el desarrollo cognitivo y el rendimiento académico4,9,16,21,22. Además, los niños con QS presentan mayor absentismo escolar, menor participación en actividades extraescolares y peores relaciones interpersonales 4,5,9,10,22. Vila et al.22 observaron que el 47% de los niños con QS presentaba alteraciones de concentración, el 30% faltaba a clase y el 24% veía menos a sus amigos. También se ha estudiado la presencia de QS como consecuencia de desajustes personales y problemas sociales. En este sentido, relaciones problemáticas con los compañeros o un ambiente familiar conflictivo conllevan afectos negativos que aumentan la probabilidad de QS6,15,23,24.
Como conclusión, se debe señalar que las QS son comunes en la infancia; sin embargo, la investigación es escasa25. Se evidencia que en la etiología de las QS no solo se encuentran factores médicos, sino también psicosociales. Estas observaciones muestran la importancia de conocer las posibles influencias sobre las QS, con la finalidad de poder definir intervenciones eficaces.
En este contexto, se plantean tres objetivos: 1) analizar la prevalencia de QS; 2) explorar las relaciones entre las variables evaluadas, y 3) identificar variables predictoras de QS. Tomando como referencia los hallazgos de estudios previos, las hipótesis propuestas fueron: 1) la tasa de prevalencia de QS estará entre el 5 y el 30%, siendo más frecuentes el dolor de cabeza y estómago; 2) las QS se relacionarán negativamente con las variables de conciencia emocional y positivamente con las variables de inadaptación, y 3) serán variables predictoras de QS: diferenciar emociones, comunicar verbalmente emociones, conciencia corporal e inadaptación social.
Pacientes y métodosParticipantesLos participantes fueron 1.134 niños/as, entre 10 y 12 años (M ± DT=10,99 ±0,80), distribuidos de forma homogénea según sexo y edad (53,4% chicas; 46,6% chicos; 371 de 10 años; 401 de 11 años; 362 de 12 años), todos ellos pertenecientes a 12 centros educativos públicos y concertados de la Comunidad Valenciana (España). El muestreo fue estratificado por conglomerados, en función de las ciudades/número de habitantes, tipo de institución (público o concertado), el número de alumnos en cada colegio y los grupos de edad.
Instrumentos de medidaPara evaluar las QS se utilizó el Listado de quejas somáticas (SCL)26. Este instrumento evalúa la frecuencia de haber experimentado dolor en las últimas 4 semanas. Está formado por 11 ítems, con 3 alternativas (1=nunca; 2=a veces; 3=a menudo) que ofrecen una puntuación global. De los 11 ítems que componen la escala, 1 se refiere a dolor general y 8 a QS concretas: cansancio, dolor de estómago, debilidad, mareo, dolor de cabeza, vómito, desmayo y dolor de pecho. Dos ítems son de contraste y están referidos a bienestar: me siento sano y me siento bien. La fiabilidad ha sido adecuada (α=0,81) y estudios previos muestran buenas propiedades psicométricas: NFI=0,95; CFI=0,94; IFI=0,94; RMSEA=0,07 (p<0,001)27.
La conciencia emocional se midió con el Cuestionario de conciencia emocional (EAQ)13; consta de 30 ítems con 3 alternativas de (1=no es verdad; 2=a veces; 3=es verdad). Evalúa 6 dimensiones: Diferenciar emociones (capacidad de identificar, discriminar y comprender la causa de las emociones, 7 ítems); Compartir emociones verbalmente (comunicar los sentimientos propios a otros, 3 ítems); No esconder emociones (expresión abierta y adecuada de emociones, 5 ítems); Conciencia corporal (capacidad de conectar las sensaciones físicas con las emociones, 5 ítems); Atender emociones de otros (interés por escuchar y/o percibir las emociones ajenas, 5 ítems), y Análisis de las propias emociones (interés por percibir y comprender las propias emociones, 5 ítems). A mayor puntuación en cada dimensión, se supone un nivel más alto de dicha habilidad. Los factores presentan índices de fiabilidad aceptables (entre α=0,63 y α=0,68) y la estructura factorial ha sido confirmada para la versión española (método de máxima verosimilitud): NFI=0,92, CFI=0,91, IFI=0,91, RMSEA=0,03 (p<0,001)27.
La inadaptación fue evaluada con el Test autoevaluativo multifactorial de adaptación infantil (TAMAI)28. Evalúa inadaptación y está compuesto por 172 ítems dicotómicos (0=no, 1=sí). En todas las dimensiones, a mayor puntuación mayor nivel de inadaptación. Se han utilizado 4 escalas: Personal (desajuste del niño consigo mismo y dificultad para aceptar la realidad, rango 0-35), Social (falta de control, respeto y consideración a los demás, reducción de las relaciones y desconfianza, rango 0-35), Familiar (insatisfacción con el clima del hogar y relación de los padres, rango 0-5), y Escolar (bajo rendimiento, conductas disruptivas y actitud desfavorable, rango 0-30). La fiabilidad de las escalas utilizadas han sido adecuadas (α=0,82, α=0,78, α=0,69 y α=0,88, respectivamente), alcanzando una fiabilidad de α=0,89 en la muestra de los autores28.
Dichos autoinformes están diseñados para utilizarse a partir de 8 años, edad en la que el menor puede informar de sus sentimientos y experiencias29.
Diseño y procedimientoEl estudio utilizó una metodología descriptiva de corte transversal. Se contactó con los centros educativos para exponer los objetivos de la investigación, promover su colaboración y solicitar consentimiento. Se envió una carta a los padres explicando el estudio y solicitando el consentimiento de los participantes.
El tratamiento estadístico de los datos se realizó mediante el paquete estadístico SPSS (v.21). Se llevaron a cabo cálculos de estadísticos descriptivos para las variables de estudio, correlaciones bivariadas de Spearson para estudiar la relación entre las variables, pruebas t de Student y análisis multivariados de varianza para estudiar diferencias entre grupos y, por último, análisis de regresión jerárquicas paso a paso, comprobándose los supuestos necesarios30.
Consideraciones éticasEl estudio fue aprobado por el comité ético de la Conselleria d’Educació de la Comunitat Valenciana, respetando los principios incluidos en la Declaración de Helsinki y en las normativas vigentes. Los autoinformes fueron aplicados por el tutor/a de forma colectiva en horario escolar, en 2 sesiones de 45 min.
ResultadosPrevalenciaLa queja con mayor prevalencia es el cansancio, un 81,3% de los niños evaluados; le siguen el dolor de cabeza (45,7%) y el dolor de estómago (43,7%), mientras que la queja desmayo es la que menos prevalencia tiene (11,7%) (tabla 1).
Prevalencia de quejas somáticas (ordenadas de mayor a menor)
Quejas somáticas | Prevalencia |
---|---|
1. Me siento cansado | 81,3% |
2. Tengo dolor de cabeza | 45,7% |
3. Tengo dolor de estómago | 43,7% |
4. Me siento débil | 30,3% |
5. Estoy mareado | 30,2% |
6. Tengo dolor en el pecho | 22,9% |
7. Tengo ganas de vomitar | 22,8% |
8. Siento que me desmayo | 11,7% |
Si atendemos al número de QS presentadas, solo el 9,8% de los/as niños/as evaluados/as dicen sentirse libres de quejas; el 40% de los niños tienen una o 2 quejas y el 12,9% tienen 6 o más quejas (tabla 2). Para estos análisis, se ha considerado que existe la queja cuando la respuesta es «A veces» o «A menudo».
Frecuencia de quejas somáticas
Número de quejas | F | % | % acumulado |
---|---|---|---|
Sin quejas | 111 | 9,8 | 9,8 |
Con 1 queja | 253 | 22,3 | 32,1 |
Con 2 quejas | 212 | 18,7 | 50,8 |
Con 3 quejas | 165 | 14,6 | 65,3 |
Con 4 quejas | 127 | 11,2 | 76,5 |
Con 5 quejas | 120 | 10,6 | 87,1 |
Con 6 quejas | 66 | 5,8 | 92,9 |
Con 7 quejas | 42 | 3,7 | 96,6 |
Con 8 quejas | 38 | 3,4 | 100 |
Total | 1.134 | 100 | 100 |
Los resultados muestran diferencias estadísticamente significativas a favor de las chicas en QS, como Estoy mareado (p≤0,004) y Dolor de cabeza (p≤0,006). También en escalas del EAQ, Conciencia corporal (p≤0,001), Atender emociones de otros (p≤0,001) y Análisis de las propias emociones (p≤0,001). Y a favor de los chicos en las escalas del TAMAI, Inadaptación social (p ≤0,001) e Inadaptación escolar (p≤0,001).
En cuanto a la edad, se observaron diferencias estadísticamente significativas en algunas QS: Me siento débil (p≤0,003), Estoy mareado (p≤0,008) y Tengo ganas de vomitar (p≤0,032). También en las variables del EAQ: Diferenciar emociones (p≤0,001) y Conciencia corporal (p≤0,009), y en las variables Inadaptación personal (p≤0,001) e Inadaptación familiar (p≤0,001) del TAMAI, indicando que a mayor edad, niveles menores de QS en todas las variables, excepto en Diferenciar emociones. El tamaño del efecto fue bajo en todos los casos.
Conciencia emocional e inadaptación: diferencias según queja somáticaPara analizar las diferencias en conciencia emocional e inadaptación en función de las QS se dividió a los participantes en grupos, según la puntuación obtenida en el SCL, utilizándose una estratificación por terciles como punto de corte. Los resultados del análisis indicaron diferencias estadísticamente significativas en todas las variables evaluadas, excepto en Análisis de las propias emociones (tabla 3), observándose que los/as niños/as con nivel bajo de QS obtienen puntuaciones más elevadas en Diferenciar emociones (p≤0,001), Comunicar verbalmente emociones (p≤0,001), No esconder emociones (p≤0,001), Atender emociones de otros (p≤0,001) y Análisis de las propias emociones (p≤0,035). Sin embargo, obtienen puntuaciones más bajas en Conciencia corporal (p≤0,001) e Inadaptación personal (p≤0,001), Social (p≤0,001), Familiar (p≤0,001) y Escolar (p≤0,001). Aunque los análisis post hoc de Tukey confirmaron las diferencias entre los 3 grupos, el tamaño del efecto fue bajo.
Diferencias de medias según el nivel de quejas somáticas en las variables evaluadas (ANOVA)
Variables | Nivel de quejas somáticas | F | p | ||
---|---|---|---|---|---|
Bajo n=437M ± DT | Medio n=341M ± DT | Alto n=356M ± DT | |||
EAQ | |||||
Diferenciar emociones | 2,45 ± 0,42 | 2,36 ± 0,40 | 2,19 ± 0,40 | 37.241 | 0,001 |
Comunicar verbalmente emociones | 2,22 ± 0,54 | 2,05 ± 0,56 | 1,90 ± 0,54 | 33,150 | 0,001 |
No esconder emociones | 2,13 ± 0,54 | 2,05 ± 0,56 | 1,90 ± 0,54 | 8,147 | 0,001 |
Conciencia corporal | 2,02 ± 0,55 | 2,15 ± 0,51 | 2,28 ± 0,45 | 25,578 | 0,001 |
Atender emociones de otros | 2,64 ± 0,39 | 2,60 ± 0,37 | 2,53 ± 0,41 | 7,413 | 0,001 |
Análisis de las propias emociones | 2,40 ± 0,44 | 2,38 ± 0,42 | 2,32 ± 0,41 | 3,364 | 0,035 |
TAMAI | |||||
Inadaptación personal | 7,29 ± 4,27 | 9,48 ± 4,76 | 12,88 ± 5,7 | 125,037 | 0,001 |
Inadaptación social | 6,38 ± 4,12 | 7,45 ± 3,91 | 8,95 ± 5,14 | 33,059 | 0,001 |
Inadaptación familiar | 0,42 ± 0,91 | 0,48 ± 0,97 | 0,84 ± 1,22 | 17,889 | 0,001 |
Inadaptación escolar | 6,65 ± 5,02 | 7,57 ± 5,33 | 9,42 ± 6,40 | 24,271 | 0,001 |
DT: desviación típica; M: media.
En la correlación realizada (tabla 4) se observaron relaciones negativas entre las QS y las variables Diferenciar emociones (r=−0,305; p≤0,001), Comunicar verbalmente emociones (r=−00,257; p≤0,001) y Atender emociones de otros (r=−0,131; p≤0,001), mientras son positivas entre las QS y la Conciencia corporal (r=0,229; p≤0,001), la Inadaptación personal (r=0,495; p≤0,001), Social (r=0,285; p≤0,001), Familiar (r=0,213; p≤0,001) y Escolar (r=0,223; p≤0,001).
Correlación de Pearson entre las distintas variables evaluadas (n=1.134)
SCL | EAQ | TAMAI | ||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 | 10 | |
EAQ | ||||||||||
2 | −0,305*** | – | ||||||||
3 | −0,257*** | 0,316*** | – | |||||||
4 | −0,163*** | 0,272*** | 0,331*** | – | ||||||
5 | 0,229*** | −0,287*** | −0,192*** | −0,159*** | – | |||||
6 | −0,131*** | 0,029 | 0,148*** | 0,124*** | 0,123*** | – | ||||
7 | −0,058 | −0,195*** | 0,040 | −0,051 | 0,246*** | 0,404*** | – | |||
TAMAI | ||||||||||
8 | 0,495*** | −0,308*** | −0,322*** | −0,251*** | 0,183*** | −0,216*** | −0,118*** | – | ||
9 | 0,285*** | −0,197*** | −0,261*** | −0,205*** | 0,040 | −0,295*** | −0,185*** | 0,581*** | – | |
10 | 0,213*** | −0,167*** | −0,122*** | −0,075* | −0,002 | −0,086** | −0,071* | 0,312*** | 0,241*** | – |
11 | 0,223*** | −0,151*** | −0,157*** | −0,139*** | −0,002 | −0,246*** | −0,226*** | 0,445*** | 0,624*** | 0,220*** |
1: Quejas somáticas; 2: Diferenciar emociones; 3: Comunicar verbalmente emociones; 4: No esconder emociones; 5: Conciencia corporal; 6: Atender emociones de otros; 7: Análisis de las propias emociones; 8: Inadaptación personal; 9: Inadaptación social; 10: Inadaptación familiar; 11: Inadaptación escolar.
El análisis de regresión lineal con QS como variable criterio y conciencia emocional e inadaptación como predictoras (tabla 5) señaló que, del conjunto de variables predictoras, 6 resultaron estadísticamente significativas: Inadaptación personal (β=0,394; ΔR2=0,251), Diferenciar emociones (β=−0,133; ΔR2=0,026), Conciencia corporal (β=0,122; ΔR2=0,011), Análisis de las propias emociones (β=−0,058; ΔR2=0,004), Comunicar verbalmente emociones (β=−0,059; ΔR2=0,003) e Inadaptación familiar (β=0,057; ΔR2=0,003). Los coeficientes de regresión estandarizados beta indican que estas variables tienen poco peso sobre las QS, a excepción de Inadaptación personal. El conjunto de dichas variables predicen un 29,4% de la varianza explicada de las QS.
Análisis de regresión para las variables evaluadas sobre las Quejas somáticas
R | R2 | Δ R2 | Error típico | B | Error típico | Constante | β | t | p | |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Inadaptación personal | 0,501 | 0,251 | 0,131 | 3,05 | 0,254 | 0,019 | 12,150 | 0,394 | 13,447 | 0,001 |
Diferenciar emociones | 0,527 | 0,277 | 0,094 | 3,00 | −1,104 | 0,239 | 15,756 | −0,133 | −4,612 | 0,001 |
Conciencia corporal | 0,537 | 0,288 | 0,017 | 2,98 | 0,819 | 0,185 | 13,713 | 0,122 | 4,419 | 0,001 |
Análisis de las propias emociones | 0,540 | 0,292 | 0,016 | 2,97 | −0,470 | 0,222 | 15,072 | −0,058 | −2,115 | 0,035 |
Comunicar verbalmente emociones | 0,543 | 0,295 | 0,031 | 2,97 | −0,369 | 0,174 | 15,661 | −0,059 | −2,119 | 0,034 |
Inadaptación familiar | 0,545 | 0,298 | 0,003 | 2,96 | 0,189 | 0,090 | 15,426 | 0,057 | 2,097 | 0,036 |
Se plantearon como objetivos analizar la prevalencia de QS, explorar su relación con la conciencia emocional y la inadaptación, e identificar las variables predictoras. Los resultados indican diferencias según sexo y edad; sin embargo no se incluyeron dichas variables en el resto de análisis por el bajo tamaño del efecto. Los resultados obtenidos no están en línea con la literatura previa9,10; las chicas solo obtuvieron puntuaciones superiores que los chicos en dolor de cabeza y ganas de vomitar. En cuanto a la edad, se observa una disminución de las QS, pero no el aumento de frecuencia que señalaba la literatura previa1,9,12, y tampoco mayor prevalencia del dolor de cabeza en niños mayores.
Centrándonos en las hipótesis, se esperaba una prevalencia de QS comprendida entre el 5 y el 30%3,6; sin embargo, las obtenidas han sido superiores. Solo el 9,8% de los participantes dicen sentirse libres de QS, lo que significa que el 90,2% ha presentado algún tipo de dolor en las últimas semanas. Así, aunque el 22,3% de los participantes tienen solo una QS, no es el patrón habitual, ya que el 67,9% de los participantes acumula 2 o más QS. En este sentido, los resultados indican un aumento de la prevalencia de QS en la infancia4,5 y son alarmantes por las altas tasas alcanzadas y porque no se trata de muestra clínica, sino de muestra comunitaria. Los resultados señalan que el dolor de cabeza y el de estómago tienen prevalencias similares (45,7% y 43,7%, respectivamente), estas son las QS más prevalentes en la literatura consultada8,9. Sin embargo, la QS más prevalente es el cansancio (81,3%), similar a la fatiga señalada por Barkmann et al.1. Si se analiza el ritmo de vida de la sociedad actual, es normal que los/as niños/as se sientan cansados/as, pues la conciliación de la vida laboral y familiar es complicada. La rutina diaria implica la jornada escolar y también combinar los horarios laborales de los padres con los deberes y actividades extraescolares (idiomas, música, deportes). Esta situación da lugar a la prolongación de la jornada, retrasando la hora de ir a dormir y disminuyendo las horas de descanso. En relación con la alta prevalencia observada, también podría deberse a características de la muestra o de los autoinformes utilizados en la evaluación. Sin embargo, el hecho de que los autoinformes hayan sido utilizados previamente y que los resultados observados estén en consonancia con la literatura otorga validez a la hipótesis.
La segunda hipótesis planteaba que las QS se relacionaran negativamente con las variables de conciencia emocional y positivamente con las de inadaptación. En este sentido, las QS se han relacionado, tal y como se esperaba, negativamente con las variables Diferenciar emociones, Comunicar verbalmente emociones, No esconder emociones y Atender emociones de otros2,15,21. Se debe destacar la relación positiva entre QS y Conciencia corporal. De forma similar a trabajos previos con el EAQ2,21, y con la finalidad de homogeneizar la interpretación de los análisis con respecto a todos los aspectos de la conciencia emocional, se puntuó la escala Conciencia corporal sin invertir los ítems. Los resultados parecen confusos, ya que ser consciente de las sensaciones físicas que acompañan a las emociones debería ser bueno, pero aparece ligado a QS. Sin embargo, son similares a los obtenidos en investigaciones previas13,14, en las que los menores más conscientes de la relación entre sensaciones corporales y emociones refieren más síntomas somáticos. Una posible explicación es que estos niños son muy conscientes de sus sensaciones y, en consecuencia, son más nerviosos, manifestando ansiedad mediante QS. Por otro lado, la relación entre QS e inadaptación personal, social, familiar y escolar es positiva4-6,9,10,16,21. Se debe señalar que la relación positiva entre las QS y la inadaptación personal es la más alta en nuestros resultados. Esto es relevante por la poca información encontrada relacionando dichas variables, aunque sí existen trabajos sobre la relación de las QS con inadaptación y problemas sociales, escolares y familiares4,6,9,16,23,24. Quizás se ha infravalorado la importancia de variables intrapersonales en trabajos previos, en pro de variables interpersonales, debido a las dificultades que conlleva su evaluación.
La tercera hipótesis indicaba que los aspectos de la conciencia emocional relacionados con la alexitimia fueran los que más contribuyeran a la explicación de las QS2,13, acompañados de la Inadaptación social4,16,23. Sin embargo, la variable con mayor varianza explicada es Inadaptación personal; el resto de las variables tienen un peso menor. Como se ha señalado anteriormente, son escasos los trabajos que relacionan QS e Inadaptación personal, aunque sí se han relacionado con variables como autoestima, calidad de vida, bienestar, afecto y ajuste2,4-6,9,15. La escala Inadaptación personal del TAMAI se refiere al ajuste y el equilibrio del individuo consigo mismo; es una definición compleja pero permite observar la relevancia que el mundo interior del niño tiene en su bienestar físico. Teniendo en cuenta los resultados, el estudio de aspectos personales del/de la niño/a es importante para comprender qué le pasa, cómo le afecta y cuáles son sus consecuencias. Desde edad temprana, los niños tienen sus propios sentimientos/pensamientos sobre lo que sucede en su entorno, siendo importante comprender su funcionamiento personal y cómo afrontan los conflictos diarios. Así, cuanto más eficaces son sus estrategias de afrontamiento, su ajuste es mayor, disminuyendo los problemas de salud y de índole social.
Como limitaciones, podría destacarse la utilización exclusiva de medidas de autoinforme, aunque a partir de los 8 años los/as niños/as poseen conocimiento directo de sus pensamientos y sentimientos, y sus respuestas pueden ser fiables29. También se debe señalar que el tamaño del efecto ha sido bajo en todos los casos; sin embargo, sí que se han observado diferencias significativas, por ello se debe atender a la dirección en que apuntan dichos resultados y profundizar en futuras investigaciones. Por último, sería interesante la inclusión de diferentes informantes, como padres, pediatras y profesores, para lograr mayor comprensión de la problemática y su alcance.
En conclusión, la prevalencia de QS en niños/as de 10-12 años (muestra no clínica) es alta; el 90,2% de los participantes refirió alguna QS. Además, la conciencia emocional tiene importancia en la comprensión de las QS; sin embargo, la variable que más contribuye a su aparición es la Inadaptación personal. Así, centrarse solo en la relación entre conciencia emocional y QS es una perspectiva simplista sobre la problemática, pues las QS no son solo resultado de un pobre manejo emocional en el día a día, sino una respuesta física del propio cuerpo ante problemas y conflictos personales.
El estudio es relevante porque aporta una nueva perspectiva para comprender las QS. La infancia es una etapa evolutiva con importante malestar físico, que requiere mayor atención10,27. Las intervenciones implementadas en los centros escolares de forma colectiva27, dirigidas a desarrollar habilidades emocionales y estrategias de afrontamiento pueden contribuir al bienestar, disminuyendo la prevalencia de QS, y también la utilización de los servicios sanitarios de atención primaria, y las ausencias laborales de los padres.
FinanciaciónEsta investigación ha sido subvencionada por:
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El Ministerio de Ciencia e Innovación (Proyecto PSI2010-18742).
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La Consellería d’Educació de la Generalitat Valenciana (PROMETEO/2011/009).
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La Universitat de València (Ayuda para investigadores en formación predoctoral «Atracció de Talent»).
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El Departamento de Educación, Política Lingüística y Cultura del Gobierno Vasco (IT638-13).
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La Unidad de Formación e Investigación de la Universidad del País Vasco (UFIPSIXXI-11/04).
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.