Presentamos 2 casos en los que se atribuye decoloración secundaria al propofol.
El primero se trata de una paciente de 3 años ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos con síndrome epiléptico por infección febril, que precisa coma barbitúrico, dieta cetogénica, terapia electroconvulsivante y múltiples fármacos antiepilépticos, evidenciando discreta respuesta a propofol (dosis máxima 4,5mg/kg/h). Tras 12 días con propofol y dieta cetogénica se evidencia orina verdosa (fig. 1) y fondo de ojo blanquecino (fig. 2a), aclarándose la orina y el fondo de ojo (fig. 2b) en horas y días, respectivamente, tras descender sus dosis.
La coloración verdosa de la orina puede ser debida a metabolitos inocuos y no nefrotóxicos de fármacos (propofol), biliverdina en orina (Pseudomonas aeruginosa) o sustancias colorantes (azul de metileno)1. Se trata de un signo muy infrecuente y benigno en relación con una dosis excesiva, prolongada o tras el inicio de su infusión.
El aspecto blanquecino de los vasos retinianos (lipidemia retinal)2 puede verse favorecido por la combinación de una dieta cetogénica con el propofol. Sin embargo, este signo no se ha relacionado con el temido síndrome de infusión de propofol.
El segundo caso es el de una lactante de 22 meses sometida a artrodesis cervical en la que, tras recibir sedoanalgesia con propofol durante 2 semanas (dosis máxima 4mg/kg/h), se aprecia cambio de coloración del cabello, que se normaliza tras 6 meses (fig. 3). La decoloración capilar por propofol se describe por metabolitos fenólicos excretados en las glándulas sebáceas del cuero cabelludo3. Es importante reconocer estos signos benignos para evitar la realización de pruebas innecesarias.