En urgencias pediátricas la ecografía es una herramienta muy útil para la valoración clínica orbitaria y el diagnóstico de procesos que afectan a la cámara posterior del ojo1.
La catarata es la indicación más común de la ecografía ocular en pediatría2.
Hasta la actualidad el diagnóstico de catarata infantil ha sido establecido por los oftalmólogos.
Con la utilización de la ecografía clínica, además de la medición de la vaina del nervio óptico para el cribado diagnóstico inicial de hipertensión intracraneal3, podemos realizar aproximaciones diagnósticas como retinoblastoma, enfermedad de Coats, desprendimiento retiniano y catarata.
Presentamos el caso de un lactante de 3 meses de edad cuyos padres consultan porque presenta regurgitaciones frecuentes. La exploración física es normal salvo la presencia de leucocoria bilateral. Realizamos una ecografía ocular donde se objetiva, en un plano coronal a nivel del cristalino, una imagen ecoica puntiforme compatible con catarata (fig. 1). En el plano axial no se evidencian alteraciones en el polo posterior ni en la región retrobulbar (fig. 2). Se remite a consulta de oftalmología con la sospecha de catarata polar congénita y se confirma el diagnóstico de una de sus variantes, catarata piramidal.
La ecografía ocular se realiza con el paciente de decúbito supino y con los párpados cerrados, al menos en dos planos ortogonales, y debe seguir la filosofía ALARA (As Low As Reasonably Achievable) para minimizar los índices térmicos y mecánicos. Se aplica un transductor lineal de alta frecuencia (5-10 MHz) sobre el párpado superior y se identifica, en un plano coronal a nivel del cristalino, el iris como una estructura que rodea a una zona circular hipoecoica correspondiente a la pupila. En el centro de la misma se pone de manifiesto una imagen ecoica puntiforme que ilustra la existencia de catarata en cada uno de los ojos.
Con este caso ponemos de manifiesto la importancia de la exploración física completa de lactantes pequeños cuyo motivo de consulta es ajeno a los hallazgos patológicos encontrados. Además, con la utilización de la ecografía clínica podemos reducir el abanico de posibilidades diagnósticas y descartar procesos de pronóstico ominoso, lo que resulta muy tranquilizador para la familia hasta la conclusión diagnóstica.