La piomiositis es una inflamación séptica del tejido muscular estriado, y constituye una rara causa de afectación osteoarticular en la infancia1.
Se presenta el caso de una adolescente de 12 años, previamente sana y sin antecedente traumático, valorada en nuestro servicio de urgencias por cuadro de malestar general y fiebre hasta 39°C de 2 días de evolución. Asociaba dolor cervical que se había iniciado el día del ingreso, habiendo recibido fisioterapia por sospecha de tortícolis sin mejoría completa. En la exploración no se observó foco para la fiebre, y se constató una contractura cervical izquierda. La analítica de sangre presentaba leucocitosis con neutrofilia y elevación de reactantes de fase aguda con creatinfofoscinasa (CPK) normal (tabla 1). Se obtuvo cultivo de sangre. La radiografía de tórax fue normal. Se ingresó para observación sin antibióticos dada la afectación del estado general y el dolor. En planta persistió el cuadro febril y el dolor musculoesquelético referido progresó focalizándose a nivel del área escapular izquierda, con impotencia funcional para elevar el hombro. A las 72 h del ingreso se comunicó el crecimiento de un bacilo gramnegativo en el hemocultivo recogido al ingreso. Dada la ausencia de mejoría clínica y con los datos recibidos se inició cefotaxima intravenosa en espera de identificación del microorganismo, que posteriormente se caracterizó como Moraxella osloensis (M. osloensis, sensible a ceftriaxona, cefuroxima y ciprofloxacino). Con la sospecha de proceso osteomuscular de origen infeccioso se hizo estudio de extensión. La valoración ORL descartó participación respiratoria. Se practicó resonancia magnética (RM) de columna cervical y hombro izquierdo, apreciándose importante edema en trapecio y deltoides, sin colección purulenta, sin afectación ósea y con derrame reactivo en la articulación (fig. 1). Se quedó afebril a las 24 h del inicio del antibiótico. Progresivamente fue mejorando el cuadro, con recuperación de la funcionalidad de la articulación, desaparición del dolor y descenso de parámetros inflamatorios hasta su normalización (tabla 1) durante el ingreso. Se mantuvo tratamiento intravenoso durante 8 días completando posteriormente 3 semanas de cefuroxima axetilo en domicilio.
Evolución analítica relacionada con el tratamiento antibiótico
Ingreso | +5 días tras ingreso (+2 días tras inicio de cefotaxima) | Alta (+9 días tras ingreso). Paso a tratamiento oral | Fin de tratamiento (4 semanas de antibiótico) | |
Leucocitos/μl (%N; %L) | 28.070 (95,5; 1,4) | 7.430 (59,4; 23,9) | 7 290 (67,9; 24,1) | 6.610 (58,9; 30,8) |
Hb (g/dl) | 13,8 | 13,4 | 14,8 | 13,8 |
Plaquetas/μl | 292.000 | 461.000 | 700.000 | 348.000 |
PCR (mg/dl) | 11,86 | 7,66 | 1,13 | < 0,01 |
VSG primera hora (mm) | 88 | 76 | 4 | |
CPK (UI/l) | 32 | 45 |
Dentro de las afectaciones osteoarticulares infecciosas, la piomiositis es una entidad infrecuente, sobre todo en climas templados como España1. Los gérmenes más frecuentemente implicados son Staphylococcus aureus (70-90%) y Streptococcus pyogenes (4-25%). La localización más frecuente es en miembros inferiores y con mucha frecuencia tras un traumatismo en esa región (35-50%)2. Es excepcional la localización en cintura escapular. Analíticamente suele encontrarse leucocitosis con neutrofilia y elevación de reactantes de fase aguda. Característicamente no se elevan las enzimas musculares, al ser un proceso de ocupación y no de destrucción muscular. Hay predominancia en varones.
Dentro del género Moraxella, la más conocida es M. catarrhalis, responsable de infecciones respiratorias como neumonía, sinusitis y otitis media3,4. Sin embargo, existen 7 familias de este género entre las que está M. osloensis4. Es un cocobacilo gramnegativo aeróbico, aislado muy infrecuentemente en muestras biológicas. Se ha aislado en el entorno inanimado de hospitales lo cual parece indicar que el microorganismo sea capaz de pasar al hombre desde el mismo5. Se ha obtenido en muestras de sangre, LCR, área ORL (oído, nariz y garganta), orina y secreciones genitales de pacientes, así como en faringe y área ORL de sujetos sanos. En cualquier caso, el hábitat natural de esta especie y la importancia clínica de las infecciones por la misma, así como su tratamiento, aún no han sido bien estudiados3.
La infección por M. osloensis se ha relacionado patogénicamente con endocarditis, endoftalmitis, neumonía, meningitis, osteomielitis, artritis séptica, vaginitis y bacteriemia3, habitualmente en sujetos con una condición predisponente (inmunodepresión, etc.). Hasta la fecha no tenemos constancia de otros casos de piomiositis por este microorganismo.
En cuanto al tratamiento, se ha comunicado el uso de aminoglucósidos, cefalosporinas y penicilinas con buenos resultados (se han descrito algunos casos de resistencia a meticilina)4.
El pronóstico de las infecciones por M. osloensis es bueno. Parece ser causante de un espectro variado de enfermedad pero hasta la fecha no se han documentado fallecimientos en relación directa con su infección.
Al margen de lo excepcional de este caso, la piomiositis es una entidad que debe sospecharse en los casos de afectación muscular localizada con fiebre, y se deben cubrir con antimicrobianos los gérmenes habitualmente implicados.