Los mucoceles son lesiones que acontecen en la mucosa oral a expensas de una alteración en las glándulas salivales menores, y que en esencia consiste en una acumulación de material mucoide. Esta sustancia mucoide se retiene y acumula dando lugar a una tumefacción evidente y bien circunscrita1. Presentan dos factores etiológicos: traumatismos y la obstrucción ductal2. La incidencia se estima en 2,5 lesiones por cada 1.000 pacientes con mayor frecuencia en la segunda década de la vida3–5; con menor frecuencia, en pacientes menores de un año de vida6. Según Gatti et al7, solo hay descritos 5 casos de mucoceles congénitos en la literatura inglesa.
Se realizó un estudio retrospectivo en pacientes con diagnóstico clínico de mucocele oral congénito tratados en el servicio de cirugía oral y maxilofacial del Hospital Infantil La Fe de Valencia entre los años 1998 y 2008. Los casos que se trataron quirúrgicamente fueron revisados una semana antes de la cirugía para determinar si se habían resuelto espontáneamente. Se realizaron con anestesia general debido a la edad de los pacientes. Las lesiones fueron eliminadas quirúrgicamente mediante una escisión elíptica con bisturí frío alcanzando la capa muscular. Las lesiones fueron analizadas por el servicio de anatomía patológica del hospital. Todos los pacientes fueron revisados un mes después de la cirugía y 6 meses después. En ningún caso se produjo la recidiva de la lesión.
En el presente trabajo describimos 4 mucoceles congénitos, detallando a continuación sus características clínicas y su tratamiento:
Caso 1Niña de 6 meses de edad que presentaba desde el nacimiento una tumoración exofítica de aspecto benigno, ligeramente de color azulada en la cara ventral de la lengua (fig. 1). Tras la extirpación quirúrgica se obtuvo el diagnóstico histopatológico de mucocele de extravasación.
Caso 2Niño de 7 meses de edad que presentaba desde el nacimiento, en la úvula, una tumoración exofítica, de base sésil, blanda a la palpación; el diagnóstico clínico fue de mucocele. Tras 7 meses de seguimiento se obtuvo resolución espontánea sin recidiva posterior.
Caso 3Niño de 5 meses de edad, que presentaba desde el nacimiento en el labio inferior, una lesión bien delimitada, la mucosa que recubre la tumoración estaba integra. Era indoloro y no presentaba alteraciones funcionales. El diagnóstico clínico fue de mucocele. A los 3 meses de seguimiento, se produjo la resolución espontánea sin recidiva.
Caso 4Niño de 4 meses de edad que presentaba desde el nacimiento, en mucosa del labio inferior una lesión exofítica bien delimitada, no ulcerada y de aspecto blanquecino (fig. 2). Se realizó la extirpación quirúrgica porque los padres referían que interfería con la deglución. El diagnóstico histopatológico fue de mucocele de extravasación.
Los mucoceles tienen una incidencia menor en pacientes menores de un año de vida; así de una serie de 594 mucoceles en la población general, Cataldo y Mosadami6 observaron un 2,7%. Según Gatti et al7 hay descritos 5 casos de mucoceles congénitos en la literatura inglesa. En nuestro estudio, de los 4 mucoceles congénitos: 2 se trataron quirúrgicamente y los otros 2 se resolvieron completamente tras un periodo de seguimiento de 7 meses.
En la práctica, los mucoceles casi nunca son considerados un problema clínico. A pesar de todo, su aparición en los bebés recién nacidos puede interferir en la lactancia materna, y su desarrollo se caracteriza por episodios intermitentes de incrementos y descensos de volumen; en dos de las lesiones que presentamos desaparecieron espontáneamente. Hay que considerar el diagnóstico diferencial con las perlas de Epstein, nódulos de Bohn y quistes dermoides y epidermoides7.
Gatti et al7 comentan en su artículo que Standish y Shafer8 consideran que el trauma en el nacimiento podría ser la causa de los mucoceles congénitos en sus pacientes. Además de ello, existen cuatro situaciones posibles en las que el trauma puede producirse en los tejidos orales de un bebé durante la gestación y su desarrollo: succión digital intrauterina, el paso a través del canal del parto, la utilización de fórceps durante el parto y la manipulación del bebé por parte de la enfermera y el pediatra.
En los casos que hemos presentado, por la localización parece existir un componente traumático. En pacientes recién nacidos debería incluirse esta patología dentro de los distintos diagnósticos diferenciales, debiendo tratarse solo los que interfieran con la deglución, se tengan dudas acerca de su diagnóstico o aumenten de tamaño.