Niña de 16 meses, sin antecedentes de interés, que consulta por tumefacción del pabellón auricular izquierdo de tres semanas de evolución, sin otros síntomas. Recibió antibioterapia tópica y amoxicilina-clavulánico por vía oral, sin mejoría. Niegan picadura de insecto, traumatismos o viajes recientes. Presenta tumefacción y enrojecimiento del pabellón auricular izquierdo, con lesión exudativo-costrosa (fig. 1). Analítica sanguínea sin signos de infección. Se orienta como pericondritis aguda, se realiza frotis de la lesión e ingresa para antibioterapia con ceftazidima. Muestra mejoría progresiva y cultivo positivo para Pseudomonas aeruginosa sensible a los antibióticos testados, manteniéndose ciprofloxacino por vía oral al alta. Reingresa cinco días después por empeoramiento de los signos inflamatorios, iniciándose biterapia con ceftazidima y amikacina. Tras 10 días de tratamiento por vía intravenosa, por estancamiento clínico, se recoge frotis para estudio de infección por Leishmania mediante reacción en cadena de la polimerasa. El resultado es positivo, iniciándose anfotericina B liposomal (6 dosis a 3mg/kg/día, días 1-5, y día 14), con mejoría rápida y completa.
La leishmaniasis cutánea está causada por diversas especies de Leishmania, endémicas en nuestro país, pero de incidencia poco conocida1. Consiste en una lesión exudativo-costrosa en zonas corporales expuestas, pudiendo pasar desapercibida la picadura inicial. La tasa de sobreinfección bacteriana es del 25-50%2. En esta paciente, con diagnóstico inicial de pericondritis aguda, causada por Pseudomonas aeruginosa en el 90% de los casos3, la falta de mejoría hizo revalorar el diagnóstico.
La localización de la lesión, el no referir picadura y la sobreinfección por Pseudomonas dificultaron un diagnóstico que requiere un alto índice de sospecha.