Varón de 3 años con 72h de dolor abdominal intermitente, fiebre de 3h y vómitos autolimitados; asociaba episodios de llanto, encogimiento de piernas y diaforesis. El abdomen era difusamente doloroso y difícilmente valorable. La ecografía tuvo escasa rentabilidad por poca cooperación, sin identificar el apéndice ni signos inflamatorios. La analítica mostró leucocitosis (20.500/mm3), PCT 0,5ng/ml y PCR 61mg/l. Ante el dolor abdominal de etiología no filiada, y sin poder descartar una causa quirúrgica, ingresó en observación. Por persistencia sintomática se repitió la analítica 14h después identificando menos leucocitosis (19.100), descenso de PCT (0,3), aunque ligera elevación de PCR (69). Una nueva ecografía mostró un apéndice de hasta 11mm (fig. 1) y la cirugía reveló un plastrón no purulento conteniendo un apéndice torsionado que fue resecado. Los hallazgos operatorios se muestran en la figura 2 y se ilustran en la figura 3. La evolución postoperatoria fue favorable, dándose el alta 5 días después.
Durante el abordaje transumbilical video-asistido se apreció escasa cantidad de líquido seroso y un plastrón inflamatorio no purulento adherido a la pared abdominal anterior, conteniendo el apéndice cecal. Al exteriorizar el órgano se evidenció una torsión apendicular de 360° en sentido horario a 3cm de la base, que condicionaba una zona de cambio de calibre y coloración (flecha). Distal a este punto, el apéndice tenía un aspecto gangrenoso-violáceo, tenso y con intensa ingurgitación venosa, aunque sin reacción purulenta ni perforación macroscópica. Sin embargo, en el área proximal al punto de torsión, tanto el apéndice como su mesenterio presentaban un aspecto normal. La histopatología informó de apendicitis gangrenosa y áreas hemorrágicas.
Ilustración que representa el punto de la torsión axial y en bloque del apéndice cecal con sus estructuras vasculares, lo que condiciona una obstrucción de la luz apendicular (1), de los vasos venosos con importante ingurgitación vascular (2) y de la arteria apendicular con anulación de la irrigación, «isquemia blanca» y necrosis consecuente (3).
Fuente: Elaboración propia del autor de correspondencia.
El giro del apéndice sobre su eje longitudinal con obstrucción vascular y luminal, se denomina vólvulo o torsión apendicular1. Su incidencia es desconocida con menos de 80 casos reportados2. Clínicamente es indistinguible de una apendicitis clásica, aunque la ausencia de signos infecciosos podría hacer sospechar torsión, pues es un fenómeno isquémico más que séptico3. Este caso ilustra la diversidad de la afección apendicular y enriquece la literatura en una presentación excepcional de la apendicitis.