El virus linfotropo humano tipo 1 (HTLV-1) es un retrovirus de distribución universal prevalente en algunas zonas endémicas del Caribe, países de América del Sur, Japón y el continente africano. En España, es una infección muy poco frecuente aunque en los últimos años han aumentado los casos descritos en pacientes, como el que presentamos, procedentes o relacionados con estas áreas1. Las vías de transmisión más importantes son la sexual, la transfusión de sangre o hemoderivados, la donación de órganos y la vía vertical, esta última de especial interés en pediatría. La infección suele permanecer asintomática durante décadas, por lo que habitualmente se manifiesta en adultos. Sin embargo, en áreas endémicas son bien conocidos los cuadros de dermatitis infecciosa y afectación neurológica en niños causados por este virus2.
Se trata de un varón de 11 años natural de Colombia y residente en nuestro país desde hace 5 años. En el estudio de una recién nacida hija de madre con diagnóstico reciente de mielopatía asociada a infección por HTLV-1 descubrimos a este paciente que es su hermano mayor. Entre sus antecedentes personales la gestación fue sin incidencias y el parto por vía vaginal en el país de origen, recibiendo lactancia materna durante 18 meses, el desarrollo psicomotor había sido normal, estaba escolarizado sin problemas y no referían dermatitis en los años previos. La exploración física era normal y el paciente se encontraba asintomático. Se solicitó serología frente al HTLV-1, que fue positiva y se confirmó en una segunda muestra con análisis de Western blot que se realizó en el Centro Nacional de Virología de Majadahonda. En la hermana se contraindicó la lactancia materna y se realizó serología al nacimiento que fue positiva y la reaccion en cadena de la polimerasa en plasma negativa en dos ocasiones separadas por 3 meses.
El HTLV-1 es un retrovirus que infecta de forma permanente a los linfocitos T CD4, en áreas endémicas puede alcanzar tasas de infección superiores al 1%2. La transmisión vertical ocurre hasta en un 25% de los hijos de madre infectada2,3. El riesgo aumenta proporcionalmente a la carga viral plasmática y es más importante durante la lactancia materna que ha demostrado ser la responsable de la mayoría de las infecciones, en especial si, como en nuestro paciente, ésta se prolonga más de 6 meses2,4.
El cuadro clínico más frecuente en niños de la infección por HTLV-1 es la dermatitis infecciosa, que se puede confundir con un brote de dermatitis atópica de evolución tórpida2,5. Para su diagnóstico La Grenade2 propuso los siguientes criterios diagnósticos, requiriéndose el cumplimiento de 4 para su confirmación siendo obligatorios a, b y e:
- a)
Eccema del cuero cabelludo, axilas, ingles, oído externo, área retroauricular, párpados, piel paranasal y cuello.
- b)
Rinorrea acuosa crónica sin otros signos de rinitis.
- c)
Dermatitis crónica recurrente con buena respuesta a tratamiento antibiótico pero con recurrencia tras su retirada
- d)
Inicio en la infancia temprana.
- e)
Serología positiva para el HTLV-1.
Estudios recientes han relacionado la presencia de estas lesiones con afectación neurológica precoz4.
La afectación neurológica más típica en adultos es la mielopatía asociada a infección por HTLV-1 que, sin embargo, es muy poco frecuente en la edad pediátrica y aparece en adolescentes2,6. No obstante, síntomas más sutiles como parestesias, pérdida de fuerza en miembros inferiores durante el ejercicio, estreñimiento crónico o dolor lumbar pueden presentarse en niños y una exploración neurológica minuciosa puede alertar sobre la afectación espinal4. Es importante la detección precoz de estos síntomas porque, aun en ausencia de un tratamiento curativo en la actualidad, los pacientes se pueden beneficiar de un tratamiento sintomático y rehabilitador que mejore su calidad de vida4. Otros cuadros asociados a la infección como la leucemia-linfoma T tipo adulto, cuadros autoinmunitarios, como uveítis, artritis y tiroiditis, e infecciones parasitarias como la estrongiloidiasis también se han descrito en pediatría7.
Como conclusión, la presencia en nuestro país de una población inmigrante con una prevalencia de infección por HTLV-1 desconocida podría justificar la exclusión de la misma en embarazadas procedentes de área endémica con factores de riesgo o sintomatología sugestiva mediante la realización de la prueba serológica con el fin de, en aquéllas que fuera positivo, desaconsejar la lactancia materna y poder evitar así la mayoría de las transmisiones por vía vertical7. Igualmente, se ha incluido a este virus en la serología que se debe realizar en donantes de órganos procedentes de áreas endémicas y se aconseja en los donantes de sangre1.