Niña de 7 años que acude a urgencias con hemiparesia derecha de inicio súbito con 30min de evolución. El hemograma inicial, así como la velocidad de sedimentación, bioquímica y proteína C reactiva resultaron normales. La tomografía computarizada craneal fue normal, por lo que se realizó resonancia magnética con angioresonancia (ARM) (fig. 1). Se instauró tratamiento de soporte general y se realizaron estudios complementarios: panel completo de autoanticuerpos, serología para familia Herpesviridae, ecografía Doppler de vasos cervicales y ecocardiograma transtorácico, sin encontrarse alguna anormalidad que explicara el ictus.
Estudio vascular por angioresonancia magnética realizado durante la etapa aguda del padecimiento, muestra un defecto de llenado irregular en el calibre y forma del segmento M1 izquierdo sin compromiso de la circulación distal. A la derecha, secuencia de difusión por resonancia magnética, muestra imagen hiperintensa localizada en la cabeza del núcleo caudado, capsula interna y núcleo lenticular consistente con infarto agudo.
El tratamiento al alta fue con ácido acetilsalicílico 75mg/día y rehabilitación física, su puntaje en la escala modificada de Rankin (EMR) fue de 4. Cuatro meses después se efectuó una nueva ARM en la cual persistieron las alteraciones previamente observadas (fig. 2). Un año después del evento, la EMR es de 1, sin recurrencia de episodios isquémicos.
Estudio vascular por angioresonancia magnética realizado 4 meses después del egreso hospitalario, muestra persistencia del defecto de llenado identificado inicialmente en el segmento M1 izquierdo con circulación distal normal. A la derecha, secuencia T2 por resonancia magnética, muestra imagen hiperintensa consistente con zona de malacia localizada en la cabeza del núcleo caudado y porción medial del núcleo lenticular, la cápsula interna aparece integra.
La arteriopatía focal cerebral unilateral es una de las causas más importante de ictus infantil1. Se le considera como una arteriopatía monofásica que permanece estrictamente unilateral con un curso estable o reversible2. En los casos donde los estudios auxiliares no demuestran un proceso inflamatorio infeccioso o autoinmune asociado, el tratamiento óptimo continúa siendo tema de controversia3. La realización de estudios vasculares de seguimiento es clave para la diferenciación de los casos de arteriopatía progresiva, los cuales conllevan un peor pronóstico, sin embargo, aún en los casos sin progresión hasta el 59% de los niños presentan secuelas neurológicas permanentes, y el 77% tiene lesiones arteriales residuales.