Niño de 3 años, valorado en urgencias por fiebre y tos de una semana de evolución, con buen estado general. A la auscultación pulmonar destacaba hipoventilación y crepitantes en base izquierda, mostrando la radiografía de tórax aumento de densidad en lóbulo inferior izquierdo con imágenes hidroaéreas en su interior y pinzamiento del seno costo-diafragmático ipsilateral (fig. 1). El paciente no disponía de radiografías previas; se planteó diagnóstico diferencial entre neumonía complicada con necrosis y derrame paraneumónico versus hernia diafragmática congénita con contenido intestinal en tórax. Se solicitó tomografía computarizada torácica, que demostró integridad diafragmática, identificando imagen compatible con neumonía cavitada sin derrame pleural (fig. 2). Tras antibioterapia endovenosa con cefotaxima y clindamicina presentó normalización radiológica a los 2 meses del alta (fig. 3).
Las hernias diafragmáticas congénitas habitualmente son diagnosticadas prenatalmente1 o en periodo neonatal2, pero diagnósticos tardíos han sido descritos, en ocasiones con síntomas que simulan una neumonía1–3. Radiológicamente se manifiestan como aire abdominal a nivel intratorácico, con posibilidad de desplazamiento mediastínico2,3; sin embargo, la radiografía de tórax puede no ser diagnóstica, pudiendo simular un proceso inflamatorio neumónico2.
Tanto la neumonía cavitada como la hernia diafragmática congénita de diagnóstico tardío son entidades infrecuentes en pediatría, pero con elevada morbilidad1,3,4. En ocasiones el diagnóstico diferencial entre ambos procesos no queda claro con la radiografía de tórax, siendo necesario recurrir a otros métodos radiológicos que aporten mayor información3. Una adecuada anamnesis y exploración física, así como un abordaje multidisciplinar son fundamentales para una correcta actuación.