Sr. Editor:
La presencia de una hepatitis en el curso de una gastroenteritis por Campylobacter es una asociación previamente descrita en pacientes adultos. En la edad pediátrica se han publicado casos de hepatitis en el contexto de sepsis por el citado germen. Sin embargo, la observación de esta asociación en los lactantes con gastroenteritis sin sepsis no se ha comunicado previamente. Presentamos el caso de un lactante de 3 meses que presenta una hepatitis asociada a una gastroenteritis por Campylobacter sin cuadro séptico concomitante.
Caso clínico: se trata de un lactante de 3 meses de edad que ingresó en el hospital por presentar deposiciones diarreicas con sangre de una semana de evolución, algún vómito y pérdida del apetito. No se conocían antecedentes familiares relevantes. La madre tuvo una gestación controlada que cursó sin incidencias, el parto fue a término y eutócico, y el lactante tuvo un peso de 3.500g. La alimentación de lactancia materna fue durante un mes y posteriormente se administró fórmula de inicio. Al paciente nunca se le había administrado ningún tipo de medicación o producto de medicina alternativa (infusiones, productos homeopáticos, etc.). En el momento del ingreso presentaba un buen estado general, pesaba 5.800g y la temperatura era de 36,8°C con una exploración física, abdominal y de la zona perianal normales. Entre las exploraciones complementarias que se practican destaca 92mg/dl de glucosa, 12mg/dl de urea, 139mEq/l de sodio, 404mg/dl de Ig (inmunoglobulina) G, 19mg/dl de IgA, 68mg/dl de IgM, 4,66kU/l de IgE. En la IgE específica (CAP System), la leche de vaca, la alfalactoalbúmina, la betalactoglobulina y la caseina fueron inferiores a 0,35kU/l. El Prick test en proteínas de leche de vaca fue negativo y mostró 568U/l de alanina-aminotransferasa (ALT), 456U/l de aspartato-aminotransferasa (AST), 93U/l de gamma glutamiltranspeptidasa (GT), 242U/l de fosfatasa alcalina, 0,3mg/dl de bilirrubina total y 0,3mg/dl de proteína C reactiva. En el hemograma, el recuento leucocitario fue de 12.130 × 106/l (el 17% eran segmentados, el 1% eran cayados, el 63% eran linfocitos, el 16% eran monocitos y el 3% eran eosinófilos). En la ecografía hepática no hubo hallazgos patológicos. En el estudio serológico, el antígeno de superficie del virus de la hepatitis B, el virus de la hepatitis A, el virus de la hepatitis C, el citomegalovirus, el virus de Epstein Barr y el virus de la inmunodeficiencia humana resultaron negativos. La investigación de rotavirus en heces fue negativa. El día del ingreso se practicaron 2 coprocultivos que fueron positivos a Campylobacter jejuni. Se indicó un tratamiento con claritromicina. La gastroenteritis mejoró en 4 días y con ésta se observó la normalización de las pruebas hepáticas (tabla 1).
Tabla 1. Evolución clínica y analítica
Ingreso | 3.° día | 5.° día | 14.° día | 1 mes | 1 año | |
Diarrea | Sí | Mejoría | No | No | No | No |
ALT (U/l) | 568 | 258 | 87 | 32 | 22 | 49 |
AST (U/l) | 456 | 81 | 34 | 34 | 32 | 21 |
Gamma GT (U/l) | 93 | 90 | 87 | 61 | 26 | 18 |
Bilirrubina total (mg/dl) | 0,3 | 0,2 | 0,3 | 0,3 | 0,2 | 0,3 |
Coprocultivo | Campylobacter jejuni (2 coprocultivos) | ¿ | ¿ | ¿ | Negativo | ¿ |
ALT: alanina-aminotransferasa; AST: aspartato-aminotransferasa; GT: glutamiltranspeptidasa.
En este lactante que presentaba una gastroenteritis por C. jejuni se observaron unas cifras de ALT y de AST 15 veces superiores a los valores normales. Estas alteraciones hepáticas se normalizaron completamente en pocos días, que coincidieron con la normalización de su cuadro diarreico. No se realizó biopsia hepática. La evolución posterior ha sido excelente y no ha presentado en otro momento ninguna alteración de la función hepática.
El C. jejuni es uno de los principales causantes de gastroenteritis entre los niños menores de 2 años en todo el mundo. En los países desarrollados cursa con fiebre, dolor abdominal y diarrea sanguinolenta; mientras que en los países en vías de desarrollo cursa habitualmente con diarrea acuosa, dolor abdominal, leucocitos en heces y deshidratación en niños que, con frecuencia, ya presentaban previamente malnutrición1. Se han observado manifestaciones extraintestinales en el curso de la infección por C. jejuni, como síndrome de Guillain-Barre, artritis, uveitis, conjuntivitis, miopericarditis, endocarditis, eritema nudoso, colecistitis y pancreatitis1,2,3,4. La presencia de una hepatitis aguda en el curso de una infección por C. jejuni está bien documentada en pacientes adultos. La mayoría de los casos se han observado en el contexto de sepsis por Campylobacter5,6,7. La presencia de hipertransaminasemia discreta en el curso de gastroenteritis por Campylobacter en adultos también está bien documentada8,9,10. Tras revisar las bases de datos de PubMed y del Índice Médico Español no se ha encontrado ninguna publicación que refiera la observación de la hepatitis en el curso de una gastroenteritis por C. jejuni en un lactante en ausencia de cuadro séptico.
En esta carta se describe la presencia de un aumento marcado de la ALT y de la AST, así como un aumento moderado de la gamma GT en el curso de una gastroenteritis por C. jejuni que se resuelve junto con la mejoría clínica del cuadro gastrointestinal. Descartadas otras causas infecciosas o tóxicas, esta afectación hepática se atribuye a Campylobacter. Es posible que esta asociación pueda pasar desapercibida y quizás no sea infrecuente, dado que en los niños con diarrea sin complicaciones, no se suelen practicar exámenes complementarios.