Con respecto a la carta al editor en la que se hace referencia a nuestro artículo1, queríamos, en primer lugar, agradecer el interés suscitado por nuestro trabajo, así como los comentarios realizados a partir del mismo.
Los procesos de adaptación transcultural y validación son complejos y requieren una metodología rigurosa y bien establecida. Estamos completamente de acuerdo con el autor cuando expresa la necesidad de utilizar una terminología uniforme en lo que a estudios psicométricos de calidad de vida se refiere. En ocasiones, los términos «adaptación transcultural», «validación lingüística» y «validación» son empleados de forma sinónima y, aunque pertenecen al mismo campo de conocimiento, el autor de la carta nos explica con claridad sus diferencias.
Nuestro grupo siguió las normas, internacionalmente consensuadas, del grupo Mapi ResearchTrust a la hora de realizar la adaptación transcultural del Pediatric Quality of Life Eosinophilic Esophagitis Module2. Esta metodología ha sido seguida también por otros autores que han adaptado transculturalmente al español otros cuestionarios de calidad de vida3,4.
Las observaciones citadas nos han llevado a revisar nuestro trabajo, y hemos descubierto que, al hablar de que «el equipo investigador se comprometió a seguir las recomendaciones de validación», habría sido más correcto comentar que «el equipo investigador se comprometió a seguir las recomendaciones de adaptación transcultural». El texto referido expone cómo realizar la adaptación transcultural, cuyo término en inglés es «linguistic validation»; probablemente se ha traducido literalmente «validation» por «validación», en vez de emplear el término adaptación, proceso al que se refiere el artículo.
Nuestro próximo objetivo consistirá en comprobar las propiedades psicométricas del cuestionario Peds QoL EoE Module, adaptado transculturalmente al español.
Agradecemos la pertinencia de la aclaración publicada, que nos servirá en un futuro para trabajar con más rigor en el campo de la psicometría.