Hemos revisado el excelente trabajo de adaptación del cuestionario Pediatric Eosinophilic Esophagitis Quality of Life Module, cuya segunda etapa consistirá en hallar la validez y la fiabilidad de sus puntuaciones en población pediátrica española1. Dicha publicación nos motiva a exponer las diferencias entre estandarizar, adaptar y validar una prueba, con la finalidad de que esta terminología se emplee apropiadamente en futuros estudios psicométricos.
La estandarización de un instrumento consiste en sistematizar el proceso de administración, calificación e interpretación del mismo, de tal forma que se pueda aplicar a cualquier individuo bajo las mismas especificaciones. Sin embargo, cuando no se cumplen todos estos criterios, se puede hablar de una estandarización parcial o nula2.
La adaptación es un proceso complejo de modificación de un instrumento para ser utilizado en un contexto diferente para el que fue creado. Generalmente, la adaptación de una prueba resulta más práctica que construir una nueva e implica realizar la traducción de la versión original del test, la adaptación lingüística y la posterior demostración de la equivalencia entre ambas versiones3 a través de la validación de la prueba.
La validación es un proceso continuo donde se reúnen evidencias que apoyen la congruencia entre la interpretación de las puntuaciones obtenidas y la teoría en la que se basa el test. Para ello, existen 5 fuentes de validez: basada en el contenido, la estructura interna, la relación con otras variables, el proceso de respuesta y las consecuencias del test. Además, implica la demostración de la fiabilidad y la equivalencia de medida. Cabe señalar que la validación es una responsabilidad compartida entre el creador de una prueba y la persona que la utiliza, ya que ambos deben garantizar el buen funcionamiento del instrumento en los respectivos contextos4.
En tal sentido, la estandarización significa establecer un procedimiento específico para que la utilización de una prueba sea similar en cualquier entorno2. Por su parte, la adaptación se refiere a adecuar un test a un contexto diferente sin perder sus propiedades semánticas y psicométricas originales3. Finalmente, la validación consiste en analizar y reportar de manera continua la validez, la fiabilidad y la equivalencia de las puntuaciones de un test4 para asegurar que el instrumento funciona adecuadamente en distintas poblaciones.
Aunque dichas diferencias puedan parecer triviales, la aclaración resulta conveniente, pues permite tener un consenso en la utilización de los términos entre profesionales, investigadores y usuarios de pruebas psicométricas. De este modo, se evita el mal uso y abuso de tales conceptos en la literatura científica o en el lenguaje cotidiano. Por ello, se espera que esta carta contribuya al empleo pertinente de la terminología dentro del campo de la psicometría.