Presentamos el caso de una niña de 8 años, que en el 2002 fue diagnosticada de neuroblastoma en una masa cervical izquierda. Con el objetivo de descartar enfermedad a distancia, a la paciente se le realizó un estudio con 123I metaiodobenzylguanidina (MIBG) en nuestro servicio de Medicina Nuclear y una biopsia de médula ósea, sin que se evidenciaran metástasis, por lo que la paciente fue clasificada como estadio 2. Posteriormente se realizó tratamiento quimioterápico, alcanzando una respuesta completa.
En la última revisión en 2009, presenta una elevación significativa de catecolaminas en orina, por lo que se decide realizar un nuevo estudio con 123I MIBG, en el cual se evidencia captación fisiológica del radiotrazador (glándulas salivales, corazón y vejiga) y múltiples depósitos patológicos osteomedulares en la base craneal izquierda, columna vertebral, pelvis y esqueleto apendicular (húmero derecho, antebrazo izquierdo, tibia y fémur derechos) (fig. 1). También se le realizó un estudio con 18F-fluordesoxiglucosa (FDG) PET/TC en el que no se observó captación patológica del radiotrazador (fig. 2).
La biopsia vertebral confirmó la existencia de infiltración por neuroblastoma y el diagnóstico de recidiva metastásica, lo que reestadificó a la paciente a un estadio 4.
En la literatura existen diferentes publicaciones que hacen referencia a la comparación entre los dos estudios, constatándose que la FDG-PET/TC es superior a la MIBG en el diagnóstico de pacientes con neuroblastoma en estadios 1 y 2, así como en los que presenten una baja captación de 123I MIBG. Sin embargo, el estudio con 123I MIBG es superior en la evaluación de pacientes en estadio 4, debido a la mejor detección de metástasis óseas y en médula ósea, lo que queda confirmado en este caso.