El artículo titulado «Enfermedad meningocócica invasiva por serogrupo C en la era posvacunal y fallos vacunales»1 ha recibido un comentario en forma de carta al editor de Montesdeoca et al.2 en relación con la conclusión del resumen del trabajo, cuya redacción evidentemente puede inducir a error si se extrae del resto del contenido del documento, ya que su lectura completa no genera dudas.

Creemos que una mejor redacción de la conclusión podría ser: el serogrupo C representó solo el 8% (10 pacientes) de los casos de enfermedad meningocócica invasiva en un hospital de tercer nivel; tres casos fueron fallos vacunales.

Los autores de la carta hacen algunas consideraciones con respecto a la conclusión comentada, a las cuales queremos responder con algunas puntualizaciones de acuerdo con el contenido del artículo. Nuestro estudio se basa en un análisis retrospectivo de pacientes de un hospital de tercer nivel en el que se analiza el estado vacunal, según la historia clínica y el carnet de vacunaciones, con absoluta concordancia entre estas dos fuentes de información, por lo que consideramos que no se puede afirmar que los tres pacientes estaban «aparentemente» vacunados, como se indica en la carta. Nuestro estudio no pretende en ningún momento estimar los fallos de la vacuna antimeningocócica C en la población; solo nos referimos a los ocurridos en los 125 enfermos diagnosticados y con determinación del serogrupo en nuestro hospital. Tampoco se ha pretendido vincular los fallos con la efectividad vacunal, ni se hace referencia alguna a esta, cuestión que, como es lógico, requiere otro tipo de estudio con un distinto diseño. Estamos de acuerdo en que el porcentaje de fallos vacunales es muy bajo (tres en 18 años) y en que el mayor número de casos se observan en no vacunados, todo lo cual enfatiza el gran éxito de la vacunación sistemática frente al meningococo del serogrupo C, cuya incidencia ha disminuido de manera muy importante.