Información de la revista
Vol. 77. Núm. 4.
Páginas 283-284 (Octubre 2012)
Compartir
Compartir
Descargar PDF
Más opciones de artículo
Vol. 77. Núm. 4.
Páginas 283-284 (Octubre 2012)
Carta al Editor
Acceso a texto completo
Enfermedad de Crohn con marcadores serológicos de enfermedad celíaca positivos
Chrohn's disease with positive serological markers for coeliac disease
Visitas
16725
N. Quirós Espigares
Autor para correspondencia
nataliaquirosespigares@hotmail.com

Autor para correspondencia.
, J. Rubio Santiago, S. Rodriguez Barrero, J. Ortiz Tardío
Unidad de Pediatría, Hospital de Jerez, Jerez de la Frontera, Cádiz, España
Este artículo ha recibido
Información del artículo
Texto completo
Bibliografía
Descargar PDF
Estadísticas
Texto completo
Sr. Editor:

La incidencia de enfermedad inflamatoria intestinal (EII) se ha visto incrementada en las últimas décadas en países del Sur de Europa1. En España, la tasa de incidencia global de EII en menores de 18 años ha aumentado desde 0,89 (IC del 95%, 0,7-1,1) a 2,51 casos (IC del 95%, 2,1-2,8)/100.000 habitantes/año para el período 1996-2009, siendo dicho incremento más evidente en la enfermedad de Crohn (EC) (de 0,48 a 1,57) que en la colitis ulcerosa (CU) (0,35 a 0,76)2. La exposición a diversos factores ambientales e infecciosos en individuos genéticamente predispuestos desencadena una respuesta inmunoinflamatoria anómala3. Las variantes genéticas condicionan distintos grados de susceptibilidad y afectan sobre todo a la inmunidad innata, moléculas del sistema HLA presentadoras de antígeno, permeabilidad intestinal (alteraciones algunas determinadas genéticamente; otras producto de la acción de diversas citocinas inflamatorias), procesamiento intracelular de bacterias y/o respuesta inflamatoria. En condiciones normales, en un sujeto sano y en ausencia de bacterias patógenas intestinales, las células dendríticas presentadoras de antígeno estimulan la diferenciación de células T naïve (Th0) hacia células T CD4+ reguladoras (Th3) frente a células efectoras Th1 (en el caso de la EC) o Th2 (predominantes en la CU), obteniéndose así la tolerancia inmunológica de dicha flora comensal4.

Presentamos el caso clínico de una niña de 4 años que ingresa para estudio por cuadro de dolor abdominal localizado en la fosa ilíaca derecha, fiebre con afectación del estado general, diarrea y pérdida de peso. Antropometría al ingreso: P: 11,5 kg (<p3), T: 98,7cm (p10-25), índice de Waterlow para peso del 72% al ingreso. Antecedentes personales: perinatal normal. Peso de recién nacido: 2.630 g. Lactancia materna exclusiva 6 meses. Gluten introducido a los 10 meses.

En el estudio actual realizado destacan: VSG elevada: 50-98mm/h; IgA antigliadina: 74,4 U/ml, e IgA antitransglutaminasa: 266 U/ml. La ecografía abdominal muestra un engrosamiento mural difuso del ciego y el colon descendente, así como adenopatías mesentéricas de tamaño significativo, junto con una acumulación de trazador en el ciego y algo menos intenso en el íleon, en el estudio gammagráfico con 99mTc-HMPAO. Se realiza una endoscopia digestiva completa con toma de biopsia: se observan lesiones inflamatorias a nivel de la válvula ileocecal, el ciego y el colon descendente, compatibles con EC de actividad leve. Se instaura tratamiento con mesalazina por vía oral y NEDC con fórmula polimérica, siendo la evolución clínica favorable. A los 6 meses del diagnóstico presenta un peso de 14,100 kg (p 3-10), normalización de IgA antigliadina y antitransglutaminasa, tipificación HLA DQ2/DQ8 negativa y anticuerpos frente Saccharomyces cerivisiae (ASCA) positivos (21 U/ml). Actualmente se encuentra en remisión, con adecuado estado nutricional.

La combinación de la biopsia duodenoyeyunal negativa, tipificación HLA negativa para los haplotipos DQ2/DQ8, remisión clínica sin exclusión del gluten y normalización progresiva de los marcadores serológicos permitieron descartar con certeza la enfermedad celíaca. No hay que olvidar que la asociación de celiaquía y EII está descrita en la literatura, aunque con escasas referencias a la edad pediátrica5–9. Ambas enfermedades comparten un origen multifactorial que determina una respuesta inmunoinflamatoria anómala a favor de células T efectoras (LTh1 y 2). Defectos en la barrera intestinal con aumento en su permeabilidad facilitarían la translocación bacteriana y una mayor presentación de antígenos, fenómeno que se postula como el principal desencadenante de dicha respuesta anómala, en la que participan múltiples mediadores como la interleucina 15, sobreexpresada en ambas entidades. Incluso desde el punto de vista genético, hallazgos recientes muestran loci de riesgo comunes entre ambas enfermedades10,11. A pesar de la elevada especificidad de los tests serológicos de la enfermedad celíaca12, se ha descrito positividad de los mismos en ciertas entidades (anticuerpos antitransglutaminasa [TGt] positivos en EII, hepatopatía crónica, estadio final de la insuficiencia cardíaca o enfermedad artrítica entre otras)13,14. La presencia de TGt en sobrenadante fecal de enfermos con EII hace pensar en la presencia a nivel de la mucosa intestinal de esta proteína (liberada a la matriz extracelular tras producirse el daño tisular), estando relacionados los niveles de anticuerpo frente a TGt con el área afectada y/o la severidad de las lesiones, con una correlación positiva entre las puntuaciones del score CDAI (Crohns disease activity index) y los títulos de IgA anti-TGt. La expresión, por tanto, de anticuerpos frente TGt es un fenómeno relacionado más con la lesión de la mucosa que con el componente autoinmunitario de la propia enfermedad15,16. En base a los nuevos criterios ESPGHAN para el diagnóstico de enfermedad celíaca17, en un paciente con clínica compatible y cifras normales de IgA sérica total que, tras ser transferido al gastroenterólogo infantil, presentase títulos de IgA anti-TGt elevados (>×10 los VN), estaría indicada la realización de anticuerpos antiendomisio y tipificación HLA DQ2/8. En caso de ser ambos positivos y existir respuesta clínica y analítica favorables tras la exclusión de gluten, se confirmaría el diagnóstico de celiaquía (obviando la biopsia intestinal, piedra angular del diagnóstico hasta hora). En los casos en que ambos resultasen negativos, la elevación de IgA antiTGt se interpretaría como un falso positivo, como en nuestra paciente.

Bibliografía
[1]
M. Castro, B. Papadatou, M. Baldassare, F. Balli, A. Barabino, C. Barbera, et al.
Inflammatory Bowel Disease in children and adolescents in Italy: data from the pediatric National IBD Register.
Inflamm Bowel Dis, 14 (2008), pp. 1246-1252
[2]
J. Martin De Carpi, A. Rodríguez, E. Ramos, S. Jiménez, M.J. Martínez, IBD Working Group of SEGHNP.
Increasing incidence of pediatric inflammatory bowel disease in Spain: epidemiologic data of a 25-year period.
XVIII Congreso de la SEGHNP. Barcelona 2011 Mayo 5-7., pp. 15
[3]
S.B. Hanauer.
Inflammatory bowel disease: epidemiology, pathogenesis and therapeutic opportunities.
Inflamm Bowel Dis, 12 (2006), pp. S3-S9
[4]
R.J. Xavier, D.K. Podolsky.
Unravelling the pathogenesis of inflamatory bowel disease.
Nature, 448 (2007), pp. 427-434
[5]
M. Cottone, M. Cappello, A. Puleo, C. Cipolla, M.G. Filippazzo.
Familial association of Crohn's and celiac diseases.
Lancet, 2 (1989), pp. 338
[6]
A. Chakraborty, A.R. Bremner, I. Moore, R.M. Beattie.
Coeliac disease and Crohn's disease: an association not to be forgotten.
Hosp Med, 64 (2003), pp. 684-685
[7]
K. Hemminki, X. Li, K. Sundquist, J. Sundquist.
Shared familial aggregation of susceptibility to autoimmune diseases.
Arthritis Rheum, 60 (2009), pp. 2845-2847
[8]
M. Masachs, F. Casellas, J.R. Malagelada.
Inflammatory bowel disease in celiac patients.
Rev Esp Enferm Dig, 99 (2007), pp. 446-450
[9]
J. Martín de Carpi, P. Vilar Escrigas, V. Varea Calderón.
Co-existing coeliac and inflammatory bowel disease.
An Pediatr (Barc), 70 (2009), pp. 94-95
[10]
E.A. Festen, P. Goyette, T. Green, G. Boucher, C. Beauchamp, G. Trynka, et al.
A meta-analysis of genome-wide association scans identifies IL18RAP, PTPN2, TAGAP, and PUS10 as shared risk loci for Crohn's disease and celiac disease.
PLoS Genet, 7 (2011), pp. e1001283
[11]
E. Einarsdottir.
IL23R in the Swedish, Finnish. Hungarian and Italian populations: association with IBD and psoriasis, and linkage to celiac disease.
BMC Med Genet, 10 (2009), pp. 8
[12]
A. Rostom, C. Dubé, A. Cranney, N. Saloojee, C. Garritty, M. Sampson, et al.
The Diagnostic accuracy of serologic tests for celiac disease: a systematic review.
Gastroenterology, 128 (2005), pp. S38-S46
[13]
P. Weber, K.P. Zimmer, S. Husemann, E. Harms.
False-positive gliadin and endomysium antibodies and exocrine pancreatic insufficiency as pitfalls in the differential diagnosis of duodenal Crohn's versus celiac disease.
Am J Gastroenterol, 93 (1998), pp. 1177-1179
[14]
K. Sjöberg, S. Eriksson, B. Tenngart, E.B. Roth, H. Leffler, P. Stenberg.
Factor XIII and tissue transglutaminase antibodies in coeliac and inflammatory bowel disease.
Autoinmunity, 35 (2002), pp. 357-364
[15]
M. Di Tola, L. Sabatella, M.C. Anania, A. Viscido, R. Caprilli, R. Pica, et al.
Anti-tissue transglutaminase antibodies in inflamatory bowel disease: new evidence.
Clin Chem Lab Med, 42 (2004), pp. 1092-1097
[16]
Di Tola M, Sabbatella L, Picarelli A. Presence of AntiTissue Transglutaminase Antibodies as a sign of Tissue Lesion. Clin Chem. 2002; 48: 393-4.
[17]
European Society for Pediatric Gastroenterology.
Hepatology, and Nutrition guidelines for the diagnosis of coeliac disease.
J Pediatr Gastroenterol Nutr, 54 (2012), pp. 136-160
Copyright © 2011. Asociación Española de Pediatría
Idiomas
Anales de Pediatría
Opciones de artículo
Herramientas
es en

¿Es usted profesional sanitario apto para prescribir o dispensar medicamentos?

Are you a health professional able to prescribe or dispense drugs?