Aunque en los últimos años se han conseguido importantes avances en la humanización del parto y en la atención a los recién nacidos en España, aún nos encontramos a bastante distancia de otros países de nuestro entorno. El parto fuera del hospital es un tema muy controvertido y que genera muchas dudas sobre su seguridad a obstetras y pediatras. Aunque aún es poco frecuente en España (4,9/1.000 partos en 20131), el parto fuera del hospital es una práctica con una demanda creciente en nuestro medio y un hecho habitual en otros países europeos como Holanda o Reino Unido. En diciembre de 2014 se ha publicado una actualización de la guía inglesa NICE sobre la atención al parto que ha generado un amplio debate2. En dicha guía se recomienda a las gestantes con un embarazo de bajo riesgo parir fuera de las tradicionales unidades de obstetricia hospitalaria (en su domicilio o en una «casa de parto» independiente o adyacente al hospital). Esta recomendación está basada en las conclusiones de un amplio estudio realizado en el Reino Unido, que revelaba una menor tasa de cesáreas, de utilización de fórceps y de episiotomías, y un menor coste económico en aquellos partos que se iniciaban fuera del hospital, sin encontrar un incremento global de la morbimortalidad neonatal. Sin embargo, debemos ser prudentes a la hora de «importar» estas recomendaciones y de interpretar los datos de los trabajos. En el citado estudio, hasta un 45% de las nulíparas que iniciaron un parto domiciliario tuvieron que ser derivadas a un centro hospitalario y la odds ratio de muerte o complicación neonatal grave entre estas gestantes fue del 2,80 (IC 95%: 1,59-4,92) frente a la de un parto hospitalario. Este incremento de la morbimortalidad neonatal no se apreciaba cuando el parto se iniciaba en una «casa de parto», o cuando las madres que realizaban el parto domiciliario eran multíparas3. Por todo ello, la guía NICE remarca la importancia de la asistencia de una matrona con experiencia en este tipo de partos y un buen sistema coordinado de derivación hospitalaria: ninguna de estas 2 condiciones obligatorias en un parto extrahospitalario están implantadas de manera generalizada en nuestro sistema sanitario. Estudios realizados en EE.UU., donde la posibilidad del parto extrahospitalario no está tan integrada en el sistema sanitario como en el caso del Reino Unido, han demostrado un riesgo de mortalidad neonatal 4 veces superior en los partos domiciliarios asistidos que en los partos hospitalarios4. Por todo ello, con la actual estructura sanitaria, no se puede recomendar el parto domiciliario en España.
Nuestro sistema sanitario precisa de espacios respetuosos con la mujer gestante y el proceso del parto, que eviten la medicalización excesiva del mismo, pero que a su vez ofrezcan garantías de plena seguridad para la madre y el niño. Los datos europeos demuestran que el parto extrahospitalario puede aportar importantes ventajas para la madre y el recién nacido y en un futuro podría ser una alternativa en nuestro entorno, especialmente para las mujeres multíparas. Pero es necesario que se dote de los suficientes medios materiales, que el parto sea atendido por profesionales formados y acreditados, y que se encuentre perfectamente coordinado con las unidades de obstetricia y neonatología hospitalarias. Es necesario que transformemos el sistema sanitario para que se adapte a las necesidades de la madre y el recién nacido, y no al contrario, como desgraciadamente ocurre con demasiada frecuencia.