Sr. Editor:
La artritis por inmunocomplejos (AIC) es una entidad poco frecuente, secundaria a distintas etiologías infecciosas, siendo la de origen meningocócica una de las más prevalentes. El cuadro clínico se caracteriza por tumefacción, dolor e impotencia funcional de la zona afectada, tras el 4.°-5.° día de inicio de antibioterapia. El diagnóstico es de exclusión, descartando principalmente artritis séptica, precisando en ocasiones punción articular. El tratamiento incluye el control de la infección más el empleo de antiinflamatorios, siendo necesario iniciar corticoterapia si persiste el cuadro.
Se presentan dos casos clínicos con diagnóstico compatible con AIC secundaria a enfermedad meningocócica.
Caso 1Varón de 6 años que acude a nuestro hospital por fiebre y exantema petequial. Presenta mal estado general, mal perfundido, taquicárdico, rigidez de nuca, decaimiento y lesiones equimóticas. Ante la sospecha cuadro séptico se inicia antibioterapia empírica, precisando expansores de volumen y soporte inotrópico que progresivamente se fue retirando. Resultados microbiológicos compatibles con infección por meningococo C. Al 4.° día de evolución presenta tumefacción y dolor de ambas rodillas y codo izquierdo, dolor en la fascia plantar derecha y lesiones cutáneas induradas, calientes y eritematosas junto con reaparición de la fiebre. En la radiografía de tórax se aprecia discreto derrame pleural. La analítica de control evidencia elevación discreta de reactantes de fase aguda. En la ecografía de rodillas se aprecia un derrame articular leve. Se diagnostica de artritis, vasculitis, pleuritis y fascitis plantar por inmunocomplejos, iniciándose tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos precisando corticoterapia (2 mg/kg/día) ante la persistencia de la sintomatología. Al alta mejoría clínica y analítica.
Caso 2Varón de un mes que ingresa por fiebre, irritabilidad y rechazo de tomas. A la exploración física presenta regular estado general, irritabilidad. Resto sin hallazgos. Presentaba elevación de reactantes de fase aguda iniciándose antibioterapia empírica ante la sospecha de infección grave. El hemocultivo fue positivo para Neisseria meningitidis C. Al 4.° día de inicio de la antibioterapia, presenta dolor e impotencia funcional en el miembro superior derecho, focalizándose en el hombro. La radiografía no mostraba hallazgos patológicos. Ante la sospecha clínica de artritis por inmunocomplejos se inicia tratamiento con antiinflamatorios, cediendo al alta toda sintomatología sin secuela posterior.
La enfermedad meningocócica es una patología que presenta una elevada morbimortalidad en la edad pediátrica. Se han estudiado en profundidad las complicaciones agudas, pero existen pocas referencias respecto a las complicaciones de la fase subaguda, del 4.° al 10.° día desde el inicio de antibioterapia1.
Estas complicaciones son las llamadas reacciones de hipersensibilidad tipo III y están mediadas por inmunocomplejos, formados por unión del antígeno polisacárido meningocócico y su anticuerpo, que mediante activación del complemento y migración de polimorfonucleares producen daño en los tejidos2, 3. Estas reacciones también pueden observarse en entidades tales como glomerulonefritis postestreptocócica4, artritis reactiva tras infección por Yersinia enterocolitica5 y enfermedad gonocócica diseminada6.
Las reacciones de hipersensibilidad tipo III se presentan como artritis, vasculitis, episcleritis, pericarditis, pleuritis junto con un repunte febril y una discreta elevación de reactantes de fase aguda7.
La artritis es la manifestación más frecuente constituyendo un 13% de los casos de complicaciones asociadas a inmunocomplejos. Afecta a rodillas, tobillos y codos principalmente. Se presenta como artralgia, inflamación articular y limitación del movimiento. En el líquido sinovial no se encuentran bacterias y el cultivo es negativo, a diferencia de la artritis séptica donde se producen crecimientos bacterianos1, 7, 8. El tratamiento es sintomático empleando antiinflamatorios no esteroideos, y se precisan corticoides en caso de no mejoría. El tratamiento antibiótico no influye en el curso de la enfermedad8. El pronóstico es bueno; se encuentran pocos casos en la bibliografía con afectación del hueso subcondral, con remineralización posterior9.
La vasculitis se presenta como lesiones nodulares, pustulares o rash cutáneo. En la pericarditis encontramos dolor retroesternal, roce pericárdico, anomalías en el electroencefalograma y aumento de la silueta cardiaca en radiografía de tórax y ecocardiografía. La pleuritis muestra derrame pleural en la radiografía de tórax, dolor a la inspiración y roce pleural1, 7.
Algunos autores consideran el aumento de reactantes de fase aguda y la reaparición de la fiebre como factores pronósticos para el desarrollo de las reacciones de hipersensibilidad tipo III10. Otros los consideran como un síntoma en sí mismo, previo a otras manifestaciones y su presencia debe hacernos pensar en esta posibilidad diagnóstica.1
En resumen, debemos resaltar que la AIC es la manifestación más frecuente de la enfermedad por inmunocomplejos y su incidencia es mayor en los casos secundarios a infección meningocócica. La clínica comienza tras el 4.°-5.° día tras el inicio de la antibioterapia, y es importante realizar el diagnóstico diferencial con la artritis séptica. El tratamiento es sintomático empleando antiinflamatorios no esteroideos, precisando en ocasiones, corticoides. Por lo general, el pronóstico es excelente.
Autor para correspondencia. Nataliasg_84@hotmail.com